er en sí, porque una parte de ella se sentía fuera de la realidad. Durante toda su vida, los encuentros con esa dimensión a la que se trasladaba, habían tenido lugar en sus sueños. Sin embargo, eso c

racional a lo que no la tenía; aunque, claro..., los argumentos de Nena

, días antes, se instalaron unos nuevos inquilinos en el cuarto piso. A pesar de su renuencia a perseguirlo, se paseó por el pasillo, subiendo y bajando escaleras

bajo, sin embargo, no era lo que ella deseaba. Ser reponedora en un supermercado a dos calles de su casa estaba mu

s dónde se encuentra la leche

loza sucia y los muebles con una capa de polvo. Las manos comenzaron a temblarle y sintió picazón en la yema de los dedos. No soportaba el desorden, según su última psicoterapeuta, a la que no solía visitar mucho, su obsesión

uchos desórdenes mentales». ¡Por Dios! Si hasta le hicieron pruebas neuronales par

puerta de su habitación, mientras se rascaba la

Cóm

orque no estoy orgullosa de los que tu

i tuviese pulgas, pero todo apuntaba a que no era suficiente. Como un oso se apretó contra la pared y comenzó a restregar

ela y que tú estabas más sana que una manzana. Sana, lo que s

ue encontró fuera de lugar-. ¡¿Cómo quieres que esté?! Mi vida

iar de una vaca que a una risa, le propinó un golpe co

carlo no sea que termines en la cama con él. -Nena esbozó una mueca de desagrado y continuó su reprimenda-. Si tanto quieres ser madre pues abre las piernas y deja que te hagan la polinización. Es

alletas entre los dedos y le

o no tengo sueños pornográficos con

soñar con él. La imagen de Carlos, su gran y único amor, comenzaba a difuminarse y era el chico del pasillo quien ocupaba su lugar. Pasó de ser

yo le doy un masaje en esos pedazos de músc

Qué

jar de pensar

dormir hasta dejarlo debajo del pecho, se frotó el abdomen y se estiró como un g

fin podría apartarse un poco de sus locos pensamientos, además de colaborar con los gastos. La tía de Nena era la dueña

a decir con un hilo de voz, no esta

Ni el cabello despeinado le quitaba autoridad. Elena se sentó con la espalda

da. Te lo podría decir en chino, si la app que me descargué para aprenderlo

antó del sillón y caminó con seguridad hasta el baño. No le import

pedazo de borre