ABEL
Edwin con un grupo de chicos. Salté del auto y me dirigí hacia ellos, pero cuanto más me acercaba, má
sa manera. Hasta ahora, parecía que Edward era un tipo paciente y amistoso. El tipo al que Edward mira
as mismas chaquetas. ¿Qué podría significar eso? ¿Una pandill
rd. Grité en voz muy baja, pero todos se dieron la vuelta. Todos los ojos e
je, estirándome hasta el cuello
s. La pandilla. Mi mirada no se desvió de los múltiples pares de ojos que m
l profundo. Sus bíceps se veían apretados contra las mangas de su camisa, enfatizando el músculo debajo del material. Aunque no era un cabeza de buey. Era suficiente músculo para decir que estaba en forma. La luz
o nada como él... nada comparado con él. Había algo diferente
ntes de que mi mente pudier
ando un paso hacia él, pero Edward agarró mi b
sacudí el repentino estallido de ira. Eso fue grosero de mi parte. No tenía
olví hacia él, ahogándome en sus profundos o
dgar, umm, ese es mi n-nom
él, pero le sonreí ampliamente. Él era tan
ajo hacia él nuevamente. Sentí que la ira me recorría de nuevo. La ira era instintiv
- le susurré a Edw
mí como si no supiera de lo que estaba hablando. Pero lo sabía, podía
miró con cautela. Lo miré
y suavemente, como si tuviera miedo de romperla. Sonreí aún más ampli
l estómago. Fue una sensación intensa que llenó mi pecho, como si algo hubier
ese instante que era algo parecido al amor. Le sonreí y luego, de repente
zos. Podía sentir los músculos de sus hombros suaves y sus
La sensación que sentí fue perfecta. me sentí llena. Completa. Era como si alguien me hubiera quitado una parte y
é suavemente al oído, sin siquiera pensa
ra decir algo, y luego la cerró. Emp
quilizadoramente, y lo solté del abrazo,
iempre. Y curiosamente, sabía que lo necesitaba. Tuve un poco de miedo por un segundo de que se apar
os todo
dejando que los instintos nos guíen, nos dirigimos a la escuela. Detrás de no
riab
Ed
bella,
nde vas con
riab
ro no nos volvimos. El mundo que nos rodea s