ndamente dormida cuando sonó su teléfono. Adormilada, extendió la mano hacia la mesita de noche, buscando a tientas el celular. Era una llamada
¿quié
ente sin palabras. La suave y familiar voz que sonó desde el otro extremo de la línea cayó so
utuo y no estaba dispuesta a despertarse de la fantasía. Sin embargo, una noche fría y lluviosa, la realidad se encargó de darle una bofetada en la cara. Esa noc
? ¿Michelle...?", pre
omo un amigo cualquiera y tener una conversación normal con él. Entonces, sintió algo en su cara y extendió la mano para tocar su mejilla. Estaba mojada. Las lágrimas pa
a familia numerosa, despiadada y fría, y todos sus miembros eran egoístas y avariciosos. Si no hub
e la primera persona que se preocupó de verdad por ella. La curó cuando se cayó, interesándose por ella y consolándola para que dejara de llorar. Además, a menudo, cuando ella cometía errores, él asumía la culpa en su lugar, ayudándola así a evitar las repri
tuviste que volver? ¿Por qu
e ya había dormido lo suficiente, Michelle pasó
ompresa fría, cerró los ojos y luego se la colocó encima. La noche anterior la había dejado exhausta, tanto física como mentalmente. Sin embargo, no quería ir a la oficina he
us estudios. Ahora que lo pensaba, esa condición resultó realmente ridícula, ya que terminaron divorciándose tan rápido
o día de vacaciones había sido todo un fastidio, no iba a llegar tarde el primer día de trabajo. De rep
e llevaba. ¡No podía correr con ellos! Entonces, levantó la muñeca para mirar su reloj de pulsera y fue consciente de que llegaría tarde, lo que hizo que la imagen del rostro de Nadia se volviese
a. Un segundo después, se bajó la ventanilla, quedando a la vista el rostro frío de Ge