emás ya se hallaban en el vestíbulo bien arreglados con trajes y vestidos car
ncierto y horror. Se acercó a las escaleras c
? ⏤me preguntó Lorca co
último e
respondí co
estido, uno
n al verla tan molesta,
suave s
las orillas del saco con una sonrisita. Hice énfasis en el «muy bien», dejando en claro
mente desconcertada y confund
? ⏤dejó la palabra
seo ⏤me encog
s. Lo noté en su mirada. Fue
Lorca deseaba poder controlarme y así ser lo qu
controlarme otra vez», pero tuve que callarme
Asher in
án nuestros asientos ⏤le dijo con sua
a ex
n modo de advertencia⏤: No hagas una locura, por favor. Co
mientras solta
lo merezcan ⏤murmuré
Je
os reprimien
, val
entando tener paciencia
asperada. Noté que Asher se detuvo un momento en mi broche: lo
n serio ⏤opinó el ho
de los bolsillos del pantalón y
o
..
te moñito dorado, ubicado en el encantador jardín del hotel. Una que otra persona me echaba una juzgado
y familiar: mis ojos viajaron por el lugar de forma panorámica. Me detuve en la última fila, en la
a, la cual estaba sen
o ⏤le avisé
sujetó del brazo y me hizo sentarme en un movimiento rap
N
baño ⏤
ala educación irte
y adopté una
r que me explote la ve
Tenía una clara exp
Jen ⏤dijo
uien estaba sentado frente a nosotros, giró la cabeza p
e todos, así que, de mala gana, me eché hacia atrás
aban a retirarse para ir hacia el salón, busqué al
sentiste? ⏤
pondí con un simple «ujum». De pronto
o Eugene con cierto entusiasmo y me arrastró
fue la comida la qu
comida de la larga mesa de bocadillos y nos escondimos en la azotea. Después
ramático. Hizo una expresión de hor
sorbo a la botella
go los n
lado de la puerta. El cielo era un gran manto gris, yo ya no tenía la máscara y Mali dormitaba en el bolsillo de el inter
a galletas, ahora vacío, sobre el suelo y procedí
con cierto alivi
gual podría
ar presente cuando la
cia el cielo, notando que algo, tan sutil
, Elsa ⏤l
las pequeñas cositas blancas deshacer
ro años, justo en esa pose y en la
deseo ⏤
En sus grandes ojos marrones destelló la nostalgia y la
que ese muñeco de nieve era malvado e iría por cualquiera que lo hubiese visto. Para un niño pequeño que incluso creía que cuando llovía significaba que Dios lloraba, y entonces, ingenuamente, se pondría a rezar y a
ruo; solo debía pedírselo a los Dioses del invierno y, si era un buen niño, estaría a salvo. Evidentemente funci
nrisa tembló, pero no porque sus sentimientos lo hicie
cuello en un f
persona más importante para mí, a quien se suponía que había prometido proteger de todo y de todos en el instante en que lo conocí: a esa pequeña criatura, a esa pequeña cosita rara que ag
e me
a dificultad. Sentí que mi voz
nte las cejas
or
ar en volver... ⏤pronuncié eso último con rabia y bajando la cabeza par
é. Lo oí sorber la nariz y luego pos
l igual que mamá, y, bueno, Linda ni siquiera estaba tanto en casa como para recordar algo, pero entiendo el porqué dudaste.
las cejas, divertido
o te volviste
o tiempo con el S
inquirí,
encia, entre otras cosas ⏤se encogió de hombros⏤.
enos te parezcas a una Thompkins,
á o a Linda... ⏤opinó, haciendo énfa
con la
s el hecho de ser transformer. El que
dado cuenta deb
l v
hacia el tazón en frente suy
da ⏤informó con c
na ceja,
enías dolor
rendió, nunca nos llenábamos del t
entras me ponía la máscara.
por
s galletas relle
surcó mi rostro⏤. Mientras tant
con un «
ón en su cara (otra de las razones por las que habíamos subido a la azotea). Hubieron algunas mujeres mayores que
s azul oscuro, su cabello castaño oscuro estaba peinado hacia atrás y, naturalmente, usaba delineador negro sobre el lagrimal como solían us
entí como si mis dieciocho años quisieran tomar por fin control sobre mí. Quizá era el efecto secundario por haber inge
mí. Me puso algo nervioso que me mirara de esa forma, con esa sonrisa suya parecida a la del gato de Alicia en e
tu color ⏤expresó el Sr. A
tento de tranquili
trara en el elevador. Di un paso hacia atrás pa
los botones y
o. No soy de
e»? ⏤inquir
so omiso a m
compromiso que tenías?
bligó a ven
con co
orc
e llamar mi madre ⏤a
s ojos brillaron y lanzó la p
o cono
las
ya la cono
o así ⏤
í có
ambos con el dedo í
? ⏤fingí no
diciendo «¿
qué me
pir
por la ventana porque pondrá guardias por todas partes ⏤hizo un mohín de duda, por lo que añadí⏤:
. Fue él mismo quien
abeza, reacio
a y definitivamente no querría a un d
. Dio un paso con cautela hacia mí; nuestros pies estuvieron a ce
unté sin entend
⏤preguntó en un tono div
armante rapidez me puso en un modo dócil, como un gato ante el catnip. Una
o dijo... ⏤respondí e
omenzó un jugueteo de caricias con mi mano. Su tacto fue como poner un
untó a la par que ponía su
egunta a modo de broma, pero por un segundo me
lo que salió de mi boca, intentando
al mío, y en voz ba
ue ni pienso e
o si lo
n a
dio una ligera presión a mi labio inferior y, todavía observando la mitad d
tate
con la otra mano me retiré la máscara. Arqu
me dejará
anté un beso en los labios antes que
mí. Una de sus manos me sujetó por la n
colate ⏤murmuró c
í, lo
sonrisa
te. Me casaría con el choc
daría? ⏤pretendí
onrisa, diver
lices los tres,
usca de más de ese delicioso dulce. El exquisito vigor entró en mí como una descargar de energ
ias, e incluso mostrar mi rostro, pero solo hasta que fuese capaz de controlar la hipnosis; y para ello primero debía forta
Deséame también». Mi mano, todavía sobre sus ojos que evitaban que me viera
Eugene, a la par que creaba un camino de besos hasta llegar a mi cuello. No pude evitar cerrar los ojos y
ces des
vi
cont
más co
cabello perfectamente peinado hacia atrás, mientras que con la otra,
azlo», porque de pronto m
lentos pero experimentados, tocando sobre la delgada tela. Se sentía bien, pero en algún punto tuve la necesidad de intensificar las cosas. En verdad lo necesitaba. Sin embargo, él quer
suave risa. Su fresco aliento golp
del
e intensificó al ser engañado. Mi cara y cuerpo ar
ó en un
M
. Después de eso fue más intenso; sus movimientos más rápidos y el vigor más abundante. Lo único que se oía, además de la músi
scensor detenerse, b
rma abrupta me puse la máscara y lo aparté de un empujón
e preguntó, desconc
í a la par que arreglab
ientos con confusión. No veí
⏤inqu
estar. Cuando lo hicieron vimos a una persona de pie frgo ⏤expresó Lorca para de
siendo arrastrado
levas? ⏤le pr
o, pero no parecía que me
n amigo mío ⏤conte
Ace seguía ahí, pero solo se despi
a, malicioso, y todo eso sin dejar de mirarme. E
on ballenas en el centro; del orificio de sus espaldas salía el agua a modo de cascada. Solo un hombrecito de
n, Najid Devi
y el reluciente reloj que descansaba sobre la muñeca que sostenía una copa parecían c
re la fuente y extendió su mano haci
bre, sonaba extranjera⏤. Tu madre me ha hablado
qué carajos hago aquí?», pero ella
fascina la música? De hecho, cua
rió con interés
mos al u
ási
, pero solo cuando lograba co
a rígida, se apresuró a cambiar de tema ta
e y muy reconocida corporación en Estados Unidos? E
⏤le eché un rápido vist
a cogido por el brazo, llevándo
os un segu
o ⏤as
ortados, ahora bañados en un hermoso y brillante manto blanco. El viento comenzaba a golpear el cabel
⏤me preguntó con
ntentas
qué h
e me presentast
os, pero detecté otra intención. S
los
tería si tanto te mole
habló de
nstituto? ⏤pregunté, ceñu
on la
s enten
on la cabeza, pero con rapidez me sujetó
y buen candidato. No
sabiendo que era lo má
tentando recuper
ad de escucharlo. ¿Quién sa
s cabras y un caball
un pensamiento hubiese cruzado por su mente, achicó los ojos en mi dire
el Sr. Ace en el elevador y ahora quería s
apresuré a decir, todav
porqué no puede
mandíbul
a volvió al ver que n
! No te arr
du
a llamó a Najid y lo hizo invitarme
mpkins? ⏤habló de pronto el hombrecito
no te aseguro si
iego» fue quemada esa noche. Las personas no dejaban de hablar sobre el físic
los ojos, esa fijeza con la que le veía como si quisiera capturar cada gesto y esa sonrisa tonta al ver a s
queño y fugaz instante, qui
d me sacó de m
tan extraña? ¿Alguna deformación? ⏤pr
olviendo a l
l v
usarla? Digo, en
⏤zan
. Le hice una señal de auxilio, esa de apretar y cerrar la mano. Est
iría a salvarme, pero
Asher, me hizo una seña como diciéndome que sonri
ar tus estudios?
té con simpleza⏤. ¿Qué? ⏤i
ó que eras la segunda me
segu
scul
rca. Su mirada me dijo un «Contrólate». ¿Aprendió a leer
víd
te. Creo haberlo visto en a
Fue un
n amigo o
si me encontraba disponib
ya máta
. Es..com
nervioso⏤. Quizá te parecerá
ues alguien le habí
baile con el caballero? ⏤le pid
so fue que no se opuso cuando el rubio lo apartó con su gran cuerpo, robando así s
n su pecho, pero me contuve⏤. Por un segundo creí que tendría que chocar con alguien para
en una situación algo in
allero. ¿Qué
delicadeza. Una sutil sonrisa surcó su pulcro y maduro rostro. La tenue luz de detrás de su cabeza lo hizo parecer un ángel, el cual había sido
en ⏤respondió a
ia su babero? ⏤fi
tego? ⏤preguntó con calma
o. Es lo q
ías ⏤re
rcaba o la miraba demasiado ⏤dije con obvi
mo si fuese absurdo y rid
qué es? ¿Por qué parece im
íamos hasta que las luces volvieron a la normalidad. Las personas comenzaron a d
abajo ⏤dijo de f
e marchó, dejándome c
to reco
da, E
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