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Historia

Capítulo 10 Jen, yo a usted lo amo

Palabras:4757    |    Actualizado en: 19/10/2022

emás ya se hallaban en el vestíbulo bien arreglados con trajes y vestidos car

ncierto y horror. Se acercó a las escaleras c

? ⏤me preguntó Lorca co

último e

respondí co

estido, uno

n al verla tan molesta,

suave s

las orillas del saco con una sonrisita. Hice énfasis en el «muy bien», dejando en claro

mente desconcertada y confund

? ⏤dejó la palabra

seo ⏤me encog

s. Lo noté en su mirada. Fue

Lorca deseaba poder controlarme y así ser lo qu

controlarme otra vez», pero tuve que callarme

Asher in

án nuestros asientos ⏤le dijo con sua

a ex

n modo de advertencia⏤: No hagas una locura, por favor. Co

mientras solta

lo merezcan ⏤murmuré

Je

os reprimien

, val

entando tener paciencia

asperada. Noté que Asher se detuvo un momento en mi broche: lo

n serio ⏤opinó el ho

de los bolsillos del pantalón y

o

..

te moñito dorado, ubicado en el encantador jardín del hotel. Una que otra persona me echaba una juzgado

y familiar: mis ojos viajaron por el lugar de forma panorámica. Me detuve en la última fila, en la

a, la cual estaba sen

o ⏤le avisé

sujetó del brazo y me hizo sentarme en un movimiento rap

N

baño ⏤

ala educación irte

y adopté una

r que me explote la ve

Tenía una clara exp

Jen ⏤dijo

uien estaba sentado frente a nosotros, giró la cabeza p

e todos, así que, de mala gana, me eché hacia atrás

aban a retirarse para ir hacia el salón, busqué al

sentiste? ⏤

pondí con un simple «ujum». De pronto

o Eugene con cierto entusiasmo y me arrastró

fue la comida la qu

comida de la larga mesa de bocadillos y nos escondimos en la azotea. Después

ramático. Hizo una expresión de hor

sorbo a la botella

go los n

lado de la puerta. El cielo era un gran manto gris, yo ya no tenía la máscara y Mali dormitaba en el bolsillo de el inter

a galletas, ahora vacío, sobre el suelo y procedí

con cierto alivi

gual podría

ar presente cuando la

cia el cielo, notando que algo, tan sutil

, Elsa ⏤l

las pequeñas cositas blancas deshacer

ro años, justo en esa pose y en la

deseo ⏤

En sus grandes ojos marrones destelló la nostalgia y la

que ese muñeco de nieve era malvado e iría por cualquiera que lo hubiese visto. Para un niño pequeño que incluso creía que cuando llovía significaba que Dios lloraba, y entonces, ingenuamente, se pondría a rezar y a

ruo; solo debía pedírselo a los Dioses del invierno y, si era un buen niño, estaría a salvo. Evidentemente funci

nrisa tembló, pero no porque sus sentimientos lo hicie

cuello en un f

persona más importante para mí, a quien se suponía que había prometido proteger de todo y de todos en el instante en que lo conocí: a esa pequeña criatura, a esa pequeña cosita rara que ag

e me

a dificultad. Sentí que mi voz

nte las cejas

or

ar en volver... ⏤pronuncié eso último con rabia y bajando la cabeza par

é. Lo oí sorber la nariz y luego pos

l igual que mamá, y, bueno, Linda ni siquiera estaba tanto en casa como para recordar algo, pero entiendo el porqué dudaste.

las cejas, divertido

o te volviste

o tiempo con el S

inquirí,

encia, entre otras cosas ⏤se encogió de hombros⏤.

enos te parezcas a una Thompkins,

á o a Linda... ⏤opinó, haciendo énfa

con la

s el hecho de ser transformer. El que

dado cuenta deb

l v

hacia el tazón en frente suy

da ⏤informó con c

na ceja,

enías dolor

rendió, nunca nos llenábamos del t

entras me ponía la máscara.

por

s galletas relle

surcó mi rostro⏤. Mientras tant

con un «

ón en su cara (otra de las razones por las que habíamos subido a la azotea). Hubieron algunas mujeres mayores que

s azul oscuro, su cabello castaño oscuro estaba peinado hacia atrás y, naturalmente, usaba delineador negro sobre el lagrimal como solían us

entí como si mis dieciocho años quisieran tomar por fin control sobre mí. Quizá era el efecto secundario por haber inge

mí. Me puso algo nervioso que me mirara de esa forma, con esa sonrisa suya parecida a la del gato de Alicia en e

tu color ⏤expresó el Sr. A

tento de tranquili

trara en el elevador. Di un paso hacia atrás pa

los botones y

o. No soy de

e»? ⏤inquir

so omiso a m

compromiso que tenías?

bligó a ven

con co

orc

e llamar mi madre ⏤a

s ojos brillaron y lanzó la p

o cono

las

ya la cono

o así ⏤

í có

ambos con el dedo í

? ⏤fingí no

diciendo «¿

qué me

pir

por la ventana porque pondrá guardias por todas partes ⏤hizo un mohín de duda, por lo que añadí⏤:

. Fue él mismo quien

abeza, reacio

a y definitivamente no querría a un d

. Dio un paso con cautela hacia mí; nuestros pies estuvieron a ce

unté sin entend

⏤preguntó en un tono div

armante rapidez me puso en un modo dócil, como un gato ante el catnip. Una

o dijo... ⏤respondí e

omenzó un jugueteo de caricias con mi mano. Su tacto fue como poner un

untó a la par que ponía su

egunta a modo de broma, pero por un segundo me

lo que salió de mi boca, intentando

al mío, y en voz ba

ue ni pienso e

o si lo

n a

dio una ligera presión a mi labio inferior y, todavía observando la mitad d

tate

con la otra mano me retiré la máscara. Arqu

me dejará

anté un beso en los labios antes que

mí. Una de sus manos me sujetó por la n

colate ⏤murmuró c

í, lo

sonrisa

te. Me casaría con el choc

daría? ⏤pretendí

onrisa, diver

lices los tres,

usca de más de ese delicioso dulce. El exquisito vigor entró en mí como una descargar de energ

ias, e incluso mostrar mi rostro, pero solo hasta que fuese capaz de controlar la hipnosis; y para ello primero debía forta

Deséame también». Mi mano, todavía sobre sus ojos que evitaban que me viera

Eugene, a la par que creaba un camino de besos hasta llegar a mi cuello. No pude evitar cerrar los ojos y

ces des

vi

cont

más co

cabello perfectamente peinado hacia atrás, mientras que con la otra,

azlo», porque de pronto m

lentos pero experimentados, tocando sobre la delgada tela. Se sentía bien, pero en algún punto tuve la necesidad de intensificar las cosas. En verdad lo necesitaba. Sin embargo, él quer

suave risa. Su fresco aliento golp

del

e intensificó al ser engañado. Mi cara y cuerpo ar

ó en un

M

. Después de eso fue más intenso; sus movimientos más rápidos y el vigor más abundante. Lo único que se oía, además de la músi

scensor detenerse, b

rma abrupta me puse la máscara y lo aparté de un empujón

e preguntó, desconc

í a la par que arreglab

ientos con confusión. No veí

⏤inqu

estar. Cuando lo hicieron vimos a una persona de pie fr

go ⏤expresó Lorca para de

siendo arrastrado

levas? ⏤le pr

o, pero no parecía que me

n amigo mío ⏤conte

Ace seguía ahí, pero solo se despi

a, malicioso, y todo eso sin dejar de mirarme. E

on ballenas en el centro; del orificio de sus espaldas salía el agua a modo de cascada. Solo un hombrecito de

n, Najid Devi

y el reluciente reloj que descansaba sobre la muñeca que sostenía una copa parecían c

re la fuente y extendió su mano haci

bre, sonaba extranjera⏤. Tu madre me ha hablado

qué carajos hago aquí?», pero ella

fascina la música? De hecho, cua

rió con interés

mos al u

ási

, pero solo cuando lograba co

a rígida, se apresuró a cambiar de tema ta

e y muy reconocida corporación en Estados Unidos? E

⏤le eché un rápido vist

a cogido por el brazo, llevándo

os un segu

o ⏤as

ortados, ahora bañados en un hermoso y brillante manto blanco. El viento comenzaba a golpear el cabel

⏤me preguntó con

ntentas

qué h

e me presentast

os, pero detecté otra intención. S

los

tería si tanto te mole

habló de

nstituto? ⏤pregunté, ceñu

on la

s enten

on la cabeza, pero con rapidez me sujetó

y buen candidato. No

sabiendo que era lo má

tentando recuper

ad de escucharlo. ¿Quién sa

s cabras y un caball

un pensamiento hubiese cruzado por su mente, achicó los ojos en mi dire

el Sr. Ace en el elevador y ahora quería s

apresuré a decir, todav

porqué no puede

mandíbul

a volvió al ver que n

! No te arr

du

a llamó a Najid y lo hizo invitarme

mpkins? ⏤habló de pronto el hombrecito

no te aseguro si

iego» fue quemada esa noche. Las personas no dejaban de hablar sobre el físic

los ojos, esa fijeza con la que le veía como si quisiera capturar cada gesto y esa sonrisa tonta al ver a s

queño y fugaz instante, qui

d me sacó de m

tan extraña? ¿Alguna deformación? ⏤pr

olviendo a l

l v

usarla? Digo, en

⏤zan

. Le hice una señal de auxilio, esa de apretar y cerrar la mano. Est

iría a salvarme, pero

Asher, me hizo una seña como diciéndome que sonri

ar tus estudios?

té con simpleza⏤. ¿Qué? ⏤i

ó que eras la segunda me

segu

scul

rca. Su mirada me dijo un «Contrólate». ¿Aprendió a leer

víd

te. Creo haberlo visto en a

Fue un

n amigo o

si me encontraba disponib

ya máta

. Es..com

nervioso⏤. Quizá te parecerá

ues alguien le habí

baile con el caballero? ⏤le pid

so fue que no se opuso cuando el rubio lo apartó con su gran cuerpo, robando así s

n su pecho, pero me contuve⏤. Por un segundo creí que tendría que chocar con alguien para

en una situación algo in

allero. ¿Qué

delicadeza. Una sutil sonrisa surcó su pulcro y maduro rostro. La tenue luz de detrás de su cabeza lo hizo parecer un ángel, el cual había sido

en ⏤respondió a

ia su babero? ⏤fi

tego? ⏤preguntó con calma

o. Es lo q

ías ⏤re

rcaba o la miraba demasiado ⏤dije con obvi

mo si fuese absurdo y rid

qué es? ¿Por qué parece im

íamos hasta que las luces volvieron a la normalidad. Las personas comenzaron a d

abajo ⏤dijo de f

e marchó, dejándome c

to reco

da, E

__

~ Ac

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