ó como desafío, Isobel, y y
n malo c
el mismo instante en que puse un pie en el colegio, y cuando descubrió que no podía obligarme a obedecer sus órdenes, hizo lo único que podía hacer. Decidió ser amisto
Isobel-. Pero a
-ella se dio la vuelta, sin querer oír nada más. Sus palabras la estaban destrozando-. Tú eras el premio -se burló él-. Siempre has sido el p
untó ella, haciendo todo lo posible para que
desastre -respondió él-. Todavía
ía. Todo lo que había dicho sobre Jeremy era verdad. Jeremy había estado obsesionado con ella. La había escogido, y nunca se le había
ún en el colegio, mientras que él, cuatro años mayor, estaba ya e
a hora -dijo Isobel en un susurro, mirando
sutilmente de la ira al desprecio. Ella n
o una loca, Isobel Chandler, pero es
eja de lo que crees -d
s intentan
ran ventanal que se abría sobre la bahía, le daba un aire amenazador y peligroso que l
a clase. Estaban en esa vacilante frontera que separa la infancia del mundo adulto, y empezaban a d
otros chicos de su edad, había cautivado su imaginación. El hecho de que él no la mirara, como a ninguna
a amistad y él la había admitido, con diversión ante la reacción de ella, que siempre había notado. Él era mu
ntentando d
a impresión de que est
bros, pero le temblaban las manos, y rápidamente se l
cían esa
muró ella, incómoda-. ¿
s conc
o. No me
ía y cruel-. No te acuerdas de lo que decía
poniendo en mi boca cosas que n
s por ello,
terrible. Abrió la boca para protestar, pero los labios de él se unieron a los suyos en un be
l-. ¿No puedes soportar darle una
Cuando le había hablado por primera vez de Jeremy, él se
partamento de ella y no había vuelto. El tiempo obviamente había avivado su fur
é? -repi
Pertenezco a Jeremy ahora.
a formulado su acalorada réplica con demasiado tacto, pero justo en ese momento, con sus pasiones amenazando con desborda
dre. Éste entró en la habitación y les dirigió una mirada confusa, en respuesta a
e... -se interrumpió para dirigir a Isobel una sonrisa, aunque sus ojos eran tan duros como diamantes-, bueno, que pensé que una última d
do Lorenzo-. Qué tipo tan afortunado el que se lleva a est
cho que ver con ello. El amo
e su padre. No pudo mirar a Lorenzo. Eso habr
obel, y luego se volvió hacia Lorenzo con una sonrisa-. Espera a tener mi edad y a que tu hija se case. Pronto descubrirás lo que son los nervios. Me he dirigido muchas veces a auditorios numerosos pero nunca me había sentido tan
adre siempre ha mantenido que es ella la que di
so e Isobel se obligó a esboza
miró a Lorenzo-. Jeremy ha estado buscándote. Le he dicho que no sabía si habías
la mano y los dos se apartaron para que Lorenzo pasara primero, cosa que éste hizo, y comenzó a bajar los escalones de dos en dos. Ella oy
atrás. Ni siquiera tendría la impersonal e imponente vista del interior de una iglesia. No, debajo del toldo todos estarían muy cerca,