a entregado todo como hija de la familia Amato, la educación en la mejor escuela privada de Colombia, un guardarrop
había dejado resúmenes para ella, libros de estudio y pedido a los tutores que reforzarán en las áreas más difíciles para ella, la ayudó a entrenar, su madr
ificado con su presencia, su fuerza, su ira. Él nunca había se había sentido cómodo con la presencia de otros niños, ni siquiera sus primos en Europa, por aquella misma razón odiaba la escuela, cada niño que conocía parecía más idiota que el anterior, ajenos por completo a la realidad existente fuera de sus burbujas, Al principio pensó que su dulce Emma se sentiría igual, ella conocía la Ira, el dolor y la sangre probablemente incluso mejor que él, pero al pa
en aquellos niños tan ajenos a la realidad de ambos, La mirada esmeralda de la pequeña am
esgarrado el inmaduro corazón de Adriano, ¿qué clase de pensamientos la habían estado preocupando antes de c
, debía ser mejor, EL mejor, estudiaría y entrenaría para
mente la llegada de su hermano todas las tardes desde la puerta de entrada, una hermosa sonrisa se dibujaba en sus labios cada vez que el coche que traía de Adriano
ias que la dulce pequeña le dedicaba, al contrario, lue
e a la temprana edad de dieciséis años. Generosas curvas asentaron su figura repentinamente, sus caderas adoptaron un suave compás en el movimiento de la generosidad de su anchura. Su generoso busto y diminuta cintura se ceñían, y se apretaban en la
ar el obvio cambio en el cuerpo de su hija – Creo que e
alidad, en cada segundo que no estuviera en la seguridad de su hogar. Por último, su hermano había soltado un gruñido de disgusto para luego sujetar su taza de
mente o su reciente cumplida mayoría de edad, el amor que había cocinado por ella a fuego lento desde hace más de diez años y las hormonas propias de sus veinti tantos años le estaban haciendo pasar un muy mal rato. Aquel día, por primera v
egundos ante aquel egoísta pensamiento, por aquella razón, o la que fuera en realidad ya no tenían sus noches de películas, no entrenaba con ella, no tenía tiempo para las tardes de piscina, solo lo lograba ver en los desayunos, almuerzos y cenas. Luego de dos meses de constantes rechazos, dejó de insistir sobre sus noches de películas que tanta ilusión le hacían cada semana y no con mucha ilusión había aceptado la invitación de una compañera de su salón para asistir a su fiesta de cumpleaños que se realizaría aquella tarde en la playa. Bajo las escaleras, cuando estuvo lista para salir cerca de las cinco de la tarde, iba de traje de baño, un bello bikini celeste
dijo la morena entrando en la estanc
su padre le dio un asentimiento de cabeza sin mirarla mientras leía unos
e la piel canela de la menor, solo entonces y como un balde de agua fría el entendimiento lo golpeo fuerte y claro, su hermosa Emma saldría así "desvestida" fuera de su alcance, a vista y paciencia de tod
a de aquella exclamación, muy rara escuchaba a su hermano así de... ¿Enojado?. Su padre levantó la mirada con molestia de su lectura, una ceja alzada y una expresión que
. Adriano aclaró su garganta buscando recuperar la compostura y dejó a su padre con
obre el marcado torso- Se cancelaron algunas reuniones por la tarde y pensé que podríamos ir al ci
e la reciente mujer podría haber ilumin
ás ocultar, tomo su bolso y echo a correr escaleras arriba para cambiarse, Adriano soltó un suspiro r
con una ceja alzada y una expresión de curiosidad. Un cuestionamiento sobre la actitud sobre protector
y gélida, sin dar mayores explicaciones, se retiró rápidamente del salón pa