r de dolor del hombre que sujetaba su brazo roto contra su pecho, el sudor caía por su rostro y mandíbula filosa, miraba con u
vuelta algo aburrido y tomó una pequeña toalla para secar su sudor, mientras otros ayudaron al hombre de mediana edad a ponerse de pie y uno de e
el metro noventa, unos hombros anchos y claramente marcados, debido al propio resultado de las largas rutinas de ejercicios y batallas a su
Dijo el recientemente herido mentor al jov
campo de batalla defendiendo una manada vecina, su madre, presa del dolor y la desesperación, lo siguió al poco tiempo a costo
nto que llevaba, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y podía ya casi ver la nieve cubriendo el pequeño y escondido pueblo que habitaba su manada
de sus padres mantenían un poderoso capital internacional, solía llevar todo aquello desde la comodidad de su casa, rara vez iba a la empresa situada en el pueblo humano. Diez minutos, solo diez minutos tardaba en llegar a casa desde el gimnasio por medio del bosque, exhaló hastiado al ver
e del líder de la manada. - ok, no es un buen día, comenzaré con tu agenda entonces ...- dijo mientras seguía al mayor entrando a la
finalmente en un tono lleno de i
do al mayor y luego lo vio marcharse de su vista suponiendo
árboles, estaba el invernadero y la pequeña cabaña de la peliblanca, acogida por la madre del Alpha hace varios años, ahora proporcionaba concejo al l
peliblanca.- ¿puede adivinar por qué se siente incómodo en su propia piel? – preguntó el oráculo. Leo Gruño, acertijos, estúpidos acertijos, o
nto a la peliblanca a su lado, su cuerpo se sentía incómodo, ansioso, com
Sigues manteniendo tu postura sobre tu Mate?, Sabes que podría rastrearla ...- ofreció una vez m
ridas. - dijo con aburrimiento. -no quiero una niña, esta manada no necesita una Luna débil, quiero una guerrera,
o la mujer con una belleza exótica y extraña, el joven Alpha gruño y detuvo su muñeca sujetándola con fuerza cuando estaba por tomar la regade
ue te maten por
hambre, una comprensión y entendimiento mutuo sobre el dolor del otro y la necesidad de saciar aquella primitiva necesidad física, libero su propia erección y sin preámbulo se enterró por completo en ella, cerró sus ojos soltando un grueso gruñido mientras el agudo gemido salió de los rosados labios del oráculo, el lobo tomó el mentón de la mujer girando su rostro lo más posible para buscar sus labios y acallar sus gemidos mientras este empujaba con rabia dureza su miembro en el interior húmedo y apretado de la peliblanca, su mano libre viajo a la entrepiernas de la mujer para acariciar y torturar de una forma deliciosa aquel
pió con un pañuelo que le facilitó la mujer y se dio media vuelta marchándose del invernadero, aun con la incómoda sensación en su piel y sin
.
se disponían a salir a una reunión de negocios,
lla peliblanca que ya estaba a
tó el Beta, pero ella no le miraba, sino, por el contrario, le sostenía la mirada inquisitiva de Leonardo, quien ya cansado y estresado por có
no hastiado antes de salir de la casa, siendo seguido