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Historia

Capítulo 10 Dudas, secretos... pero buen sexo

Palabras:3173    |    Actualizado en: 14/02/2023

los gemidos de Gustavo eran incontrolables, sus manos se aferraban a los brazos de Jack, la constante penetración en su próstata le estaba hacie

ban a la cumbre del orgasmo. Tocando el cielo, sus manos se entrelazaron, y justo antes de llegar al éxtasis completo. Una mirada que lo dijo todo, en la que no solo sint

largo y lento beso en el cual disfrutaron el sabor del otro, sintiendo como sus lab

ack, él acarició su mejilla y le sonrió, se sentían cómodos y felices

capó del auto y acomodó su ropa, tomó la mano de Ja

gotado –

conduzco – Jack

hotel – Jack lo miro – Bueno, no mi hotel p

oficiales con las que tenía una historia y muchas cosas. Pero con Jack, solo tenia dos meses de conocerlo y es cierto ha roto su propio contrato de sexo fuera

o – tomó

escuche – lo m

en? ¿No te

– Solo estoy algo cansado, dos

al hotel, te daré u

dolo – Te lo dije, hacerlo justo a

a buena suerte te

nto un par de segundos a Gustavo, le gustaba verlo, a decir verdad le estaba gustando mucho y se le

on él, una conexión despues del sexo no es todo, su relación no esta clara y

ndiéndole, no se dio cuenta de cuando despertó – Es

parec

, llegó a quedarse un par de veces en alguno de esos pero mandando por Michelle y pagado

.. Gr

cielo – sonrió – Vamos – sali

Gustavo

tu vida – le d

señor –

o del hotel, la recepción era más grande

uelta – sonrió la recepcionista

engo con un amigo – se lo presento – Per

chica mirando a ambos, le entregó

– le dio un guiño

es – dijo Jack entrand

s aquí para celebrar un aniversario, no se como lo hizo pero la c

– sonrió Jac

Gustavo se acercó hasta quedar frente a él – P

abas agotado –

sonrió en medio del beso, tomó el rostro de Gustavo y profundizo el beso, justo cuando su mano

el tiempo –

ack quien lo tomó de inmediato tomándolo de las piernas, besá

e sobrando. Las caricias despertaban el calor en sus cuerpos, suaves gemidos era

stavin – s

a? – jadeo

el co

stas

más y se giró junto con Gustavo para ponerlo s

ó con una sonr

que posiblemente que dejarían marca mañana. Sus labios fueron dejando besos húmedos por su pecho, su vientre, hasta detenerse en la pu

esperara lo metió en su boca subiendo y bajando como si fuera una paleta. Lamiendo y chupando el lar

netrándose él mismo hasta sentir que llegará a lo más profundo. Se acercó al rostro de Jack y le dio un profundo beso en los labios, tomó sus

ató la orden y a la par que Gustavo daba saltitos Jack movía

Gustavo sobre él y sus manos estaba con las suyas, a

ndo su cuerpo de endorfinas, sintiendo cosquillas en la planta de los pies, un hormigueo en la palma de sus manos. Podían sentir u

on sus manos y se separaron, Jack lo miró y

ust

– le

e tenía en la punta de la lengua, s

aré un

r a Gustavo pero ya no estaba en la cama, estaba en el balcón fumando un cigarro con el teléfono en la mano, estaba sonri

, cuando regreses podemos ir a verlo, de hecho mañana temprano iré a verlo... Lo sé amor... Yo no diré nada, no quiero arruinar nada para la boda – suspiro – Pero te aseguro que será

be que lo puso

.

crepas – dijo Gustavo – Dan no debe tardar en llegar – s

iró – Oh, si,

es un masaje? Cuando volvamos a la

teléfono comenzó a sonar – Mierd

, no creo t

era – salió del

ar de minutos después u

sar – dijo sonriendo. – Se

sonrió, se acerca

Nat es una grandiosa mujer – suspi

que estaba caminando de un lado

, un p

y a juzgar por la mirada de

– le sonrió – Ya hablaremos del

siguió a Dan hasta la habitació

egaron m

u traje, solo faltabas tú –

ido – se quitó la ropa para que le tomara las medidas – Y ayer me llamó

vestido, la boda

dos rieron - ¿Y

ro – Digamos que él es John

¿Q

tica – lo miro – El objetivo era él, pero debíamos matar a todos. Esposa y dos hijos,

n s

o y puedo ayudar a los míos – l

er City como Jefe – suspiro y lo

vitaras

o, tengo a varios

á atascada de mafiosos

o García como el Rey criminal de todo Manches

os a quién invitaremos, no queremos dos bodas

n – le sonrió – Y cuida tu culo y

– Supongo que debo h

r lo que quieras – le sonrió – Va

enga en una semana, Nat qu

haré c

estrecharon sus mano

os Gu

ntro de su auto, esperándolo. En su men

le sonrió

r Gustavo, fue fru

nrió – Vamos a comer

auto - ¿Dónde conoci

igo -sonri

un cr

r Seguridad Na

o? – lo miró un t

– le sonrió – Sé quien es, pero es un viejo amigo mío. Va

n el ballet y los dos e

taurante – sonrió

se sentaron y esperaron al me

k tenía que saber algunas cosas de las cual

hombro y otro en el vientre. Esta muriéndome y ella fue mi doctora – lo miró sonriendo – Siempre fue profesional, jamás cayó bajo los efecto cuando fui su paciente, pero cuando me

omántico – so

uspiro sonriendo – Oh ya vien

cía írsele la voz cuando estaba cerca de ella. Ese hombre al que todos le temían, Gustavo García, se doblegó ante una mujer, la única mujer que ha podido controlarlo. Fue ella quien dio el primer paso, comenzaron a salir, aunque Gustavo t

.

. Gusta

uro? – lo mi

inúa a

miembro de Jack. Después de un gran almuerzo se detuvieron en un estacionamiento, la

l miembro de Jack, la adrenalina y la liberación de endorfinas era mayor, podían sentirse culpables, pero el sexo lo

pre será la

ando que los dos gimieran fuerte, Gustavo movió sus caderas en círculo, estimulando su entrada y que el miembro de Jack para que este volviera a d

o Gustavo cerraba los ojos para obtener mayor placer. Gustavo despeinando el cabello de Jack, juntando sus cuerpos, sintiendo el calor de ambos, el sudor de sus cuerpos combi

ación e

mbinados, el olor a sexo, la excitación, la adrenalina, la lujur

o era

s y sus cuerpos se desplomaron al llegar a la cumbre del

s también e

tas – ja

ilen

ó su rostro

me gustas

b

mi

jue

as se ro

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