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Historia

Capítulo 6 Juego sucio

Palabras:2912    |    Actualizado en: 12/02/2023

monios apestaba su patrulla cuando vio la bolsa de

bolsa, ya le llamaría para q

cena o qué?

a alguien le llamaré p

a la afortunada que te tr

é mierda

en, te veo de mejor humor que cuando llegamos

ahora sal de mi despach

hermosura de chica – sal

pero no le daba ni siquiera el tono – Joder ¿ahora que hago con esta

J

contestó p

le está

mi despacho – suspi

o poco cristiano se creó, verlo sobre su escritorio suplican

no, lo está haciendo de mente abierta. Pero al mismo tiempo le asusta, sabe que él tiene pareja y que están planeando su boda

es sol

lgo

le a

interrumpidos cuando a

del

ndo, cerró la puerta y lo m

cuando apesto el

gusta cocinar cosas frescas y

ás

y quieras o no estoy induciendo a Nat a mi

, lo más sano que he comido fue un

quieres un día que estés libre, pu

staban demasiado cercas, sus miradas se encontraron,

Jack – susurro Gustav

s parar, po

de la corbata a Jack para terminar c

de la calidez de sus labios, como sus lenguas se movían al compás de sus latidos, Jack tomó el

de su mome

, rozando sus narices, compartiendo calor corporal. Jack be

vo – susurro – No puedo

icción y eso me da miedo – abrió los ojos y pudo mirar mejor a

llas – No quiero ser el responsab

ro acabar esto, no

e sonrió – Podemos s

éramos – los

ahora ya no t

o – Debemos parar esto, debo concentrarme en

mejor pa

io la vuelta pero no caminó, pasó su dedo pulgar por sus labios, la sensación de no volver a sentir el calor de Jack

efieres? – so

cerró con seguro y bajó las pers

Gus

– se acerco hasta quedar fren

tás s

estuve t

spacho, los gemidos ahogados de Gustavo comenzaban a escucharse. Jack comenzó a besar el cuello del rubi

o estaba follando sobre su patr

más hasta bajarle los pantalones liberando el miembro erecto del mayo

y le demostraría que era te

el largo del pene del mayor. Sintiendo como se ponía cada vez más duro en su boca, como crecía dentro de su boca. Jack tomó el cabello de

lo profundo que podía llegar

ca de Gustavo dejando hilos de saliva, por más que deseaba

ntó sobre su sofá y palmeó sus piernas

iere preparación, momentos a

cceso, poco a poco fue bajándolo hasta que sintió como había e

piernas impulso para comenzar a embestirlo, Gustavo dando sal

legaban a la cumbre del placer, se tomaron un segundo para mirars

tata del rubio, sintiendo como sus paredes lo apretaban, como el placer l

mirarse, se sonrieron tiernamente y se dieron un cálido y dulce beso. Jack salió de

eraron el aliento y las fuerzas q

ieras ir al club eres bienvenido –

é, pero gracia

olvide – le dio un guiño, tomó

olvido G

que hacer – le sonrío – Que t

rac

rta se

raran sin

.

sonrió Gustavo abrazando

ba las manos de Gustavo – Por fin des

io – Casi dos meses y

avo – Dos meses y esta señorita

sonrió Greco -

nrió Nat – Ya t

ijo Ivanov – Por

s meses, el 5 de Ab

ijo Greco – Estoy

– dijero

ido de novia ¿n

York a buscar el vestido – sonri

jo Gustavo – Una de nuestras últimas fiestas en esa casa – sonrió de

aras la ca

que no

cocina mejor qu

ta en casa

ba detrás de ellos viendo todo pero su reflejo en el cristal lo delató.

o hacer espaci

Nat – Venga a nuestra casa y divi

a v

urro Gustavo provocand

l – dijo

ntensa. Tenían tres semanas sin verse, desde que habían roto aquella "relación" que te

stavo – No es por alagar,

ué hor

ijo Nat – Lo est

irada a Rusell, lo está provocando. Está jugando sucio. Fueron unos segundos que lo miro mientras besaba a su novia, los s

prometida y salió de la com

.

imió en alto –

– susurro a su oído mientras embestía a

última vez dijo su nombre

sonrió Gustavo termi

o Nat – Eres u

lla y se dejó caer en el sofá – Empezaste en el ce

hace que tu culo se vea

oder, Nat, la casa esta echa u

rlo – Nos damos una ducha caliente

stavo tomó en brazos a su chica

na, sus embestidas eran profundas y constantes. El sonido de sus cuerpos chocar, los gemidos de ella, hacían crecer la excitación de Gustavo. Tanto qu

ndo el cuerpo de su novia, pero seguía presente como

xtrañaba el

.

legar en cualquier momento. Gustavo se fue a la cocina y comenzó a sacar

la bienvenida, la mayoría hablando con ella sobr

á gusto verlo – dijo Nat dándole un beso en

je un

mando el vino – Y es el

nada –

vo está encerrado en la cocina, por lo regular no le

licidades por

s un poco pero ya

rme, a mi esposa le costó mucho elegir un vestido. Teníamos todo, lugar,

nas semanas recorrer las mejores tiendas en Nueva York, se que encontrare algo y si no es a

uena idea, per

ibir a los demás invitados, integre

vio a Gustavo metiendo algo al horno. No puedo evitar mirarlo con detenimiento, todo lo que tenía puesto le ental

la vista – so

lgo

aquí? La fi

a él – Es tu casa, no la mía,

nde esta mi culo – Gusta

aces? –

o acercó más a su rostro a modo que quedaran frente a frent

ust

elo, me

eo? – Rusell se aferró a

e deseo tanto

ust

use

amente, Gustavo enredando sus dedos en el cabello de Rusell, mientras que

o puso sus piernas alrededor de la cadera de Rusell acercándose aún más, sintiendo la f

manas sin besarse, parec

na seria

ndo sucio y

irse mutuamente cuando el sonido

os se miraron. Tot

jadeo Gustavo pasando sus d

, atente a las consecuencias – le

me jo

e dio un últim

ntalón y salió de la cocina dej

jugand

una larg

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