ev
e estarán aquí antes de lo acordado –dijo mi mayordom
r de la silla–. Maximilian, quiero que tengas listo
ado en especia
a otra. Vendrá en el trascurso de esta semana –serví el olo
que las anteriores.
había en el aire, rastros de aquella ni
ánt
r para poder encadenarla a
oder morder sus senos y marc
cen sus ropas y la empujen a la pared, d
ción para abrigar mis entumecidos dedos y seguir acom
puerta con disimulo–.
rtar la vista de la luminosa pant
n–. Pero insiste en que tiene una cita co
uién
llamars
préstamo que venga en otra ocasión, ahora
la puerta sin dec
hé un alboroto en el pasillo. Los vigilantes de la
iones. Siempre eran personas que se quejaban por los intereses y
a y familiar voz que retumbó en mis oídos como campanillas de Nav
arla, era la joven que había conocid
ue la soltaran. Las toscas y sucias manos de
ne
ir del bar me
o CODALU. Ahora sí podría pagar la deuda de mis padres, cancelar el alquiler y comprar un
udios y postular
para poder lograrlo, valdría la pena. Además
Mr.
l, tan solo pronunciar su nombre me emoc
n poco, no puedo presen
tienda de abarrotes y darme el lujo –
ntando las hojas de los árboles, las bolsas plásticas y una que otra basurilla dejada por los
el polvoriento sillón– ¿Qué ma
dejando escapar u
tapando su boca–. No g
ajo? –Arque
detrás de mis orejas–. Me contratar
? –Inquirió volvi
e el Presidente era un inicuo sin sentimientos que solo le interesaban el dinero y las mujeres; pero a mí me parecía todo
televisor, había escuchado y quería saber en que trabajaría.
estudio –sonrió meneándose delante de mamá. Me quedé sorprendida. Me salvó de u
a trabaja en una ONG. Estaban orgulloso
cómo ingresé y así no hubo mo
ubimos a nuestra habitaci
na cama para ti solita ¿De acuerd
on su lápiz–. Dime la ver
é un moment
riría dormir con hien
y el trabajo
ubra o te van a castigar –cu
del espacio y llegó hasta nuestros oídos. Presu
os de azul, esperaba que le abriesen. Era
un solo centavo, porque si lo hacía
mento, luego, esos hombres in
de la renta, pero aquellos tipos no entendían. Con ímpetu, cogieron el bra