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Historia

Capítulo 5 MENTIRAS

Palabras:1062    |    Actualizado en: 03/04/2023

ev

e estarán aquí antes de lo acordado –dijo mi mayordom

r de la silla–. Maximilian, quiero que tengas listo

ado en especia

a otra. Vendrá en el trascurso de esta semana –serví el olo

que las anteriores.

había en el aire, rastros de aquella ni

ánt

r para poder encadenarla a

oder morder sus senos y marc

cen sus ropas y la empujen a la pared, d

ción para abrigar mis entumecidos dedos y seguir acom

puerta con disimulo–.

rtar la vista de la luminosa pant

n–. Pero insiste en que tiene una cita co

uién

llamars

préstamo que venga en otra ocasión, ahora

la puerta sin dec

hé un alboroto en el pasillo. Los vigilantes de la

iones. Siempre eran personas que se quejaban por los intereses y

a y familiar voz que retumbó en mis oídos como campanillas de Nav

arla, era la joven que había conocid

ue la soltaran. Las toscas y sucias manos de

ne

ir del bar me

o CODALU. Ahora sí podría pagar la deuda de mis padres, cancelar el alquiler y comprar un

udios y postular

para poder lograrlo, valdría la pena. Además

Mr.

l, tan solo pronunciar su nombre me emoc

n poco, no puedo presen

tienda de abarrotes y darme el lujo –

ntando las hojas de los árboles, las bolsas plásticas y una que otra basurilla dejada por los

el polvoriento sillón– ¿Qué ma

dejando escapar u

tapando su boca–. No g

ajo? –Arque

detrás de mis orejas–. Me contratar

? –Inquirió volvi

e el Presidente era un inicuo sin sentimientos que solo le interesaban el dinero y las mujeres; pero a mí me parecía todo

televisor, había escuchado y quería saber en que trabajaría.

estudio –sonrió meneándose delante de mamá. Me quedé sorprendida. Me salvó de u

a trabaja en una ONG. Estaban orgulloso

cómo ingresé y así no hubo mo

ubimos a nuestra habitaci

na cama para ti solita ¿De acuerd

on su lápiz–. Dime la ver

é un moment

riría dormir con hien

y el trabajo

ubra o te van a castigar –cu

del espacio y llegó hasta nuestros oídos. Presu

os de azul, esperaba que le abriesen. Era

un solo centavo, porque si lo hacía

mento, luego, esos hombres in

de la renta, pero aquellos tipos no entendían. Con ímpetu, cogieron el bra

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