Luego de una trágica separación al descubrir su pareja siéndolo infiel, en su propia casa, en su propia cama. Aurora decide mudarse a Nueva York y cambiar de trabajo. Una noche de pasión la hizo perderla cabeza junto a un misterio hombre, sexy y dominante. Ese hombre resultó ser su nuevo jefe. Desesperadamente Jared solicita ayuda a Aurora bajo un trato. ¿ Aceptará Aurora a que estén "Juntos"?
-Hazme recordar por
qué estoy en este bar de la muerte otra vez. -Gemí en voz baja en mi teléfono.
-Porque te mereces
divertirte un poco después de todo lo que has pasado, -me contestó mi mejor
amiga, Bárbara, -sólo lamento no poder estar allí contigo para comernos la
ciudad.
-La familia es lo
primero, lo comprendo, -respondí, -Además, ¿cuándo supiste que me desmadré?.
-¡Hay una primera
vez para todo!- respondió Bárbara con optimismo.
Me reí. Bárbara y yo
éramos polos opuestos, pero éramos amigas desde el instituto. Me había
acompañado en las buenas y en las malas. Había sido mi piedra angular cuando
murió mi padre y ahora me apoyaba de la misma manera tras mi desordenada
ruptura por la infidelidad de mi ex. Creo que me llamó para asegurarse de que
había seguido su consejo.
-¿Cómo estás, Aurora?, -me preguntó.
Mirando mi vaso,
suspiré.
-Bueno, estoy
sentada en el bar del hotel de lujo que me recomendaste, un jueves por la
noche, ahogando mis penas en público en lugar de en nuestro apartamento, así
que eso es una mejora.
-Oh, cariño, -gimió Bárbara-.
Sabes que soy muy partidaria de hablarlo todo, pero a veces necesitas un poco
de distracción, ¿sabes?.
Con cautela, observé
mi entorno. La barra circular en la que estaba sentada estaba repleta de
hombres con trajes y mujeres con vestidos de cóctel. Mis ojos se movieron por
la sala.
A través de las
puertas de cristal que separaban el bar del comedor, admiré las columnas
blancas y las lámparas de cristal. Sin embargo, la gente que llenaba el espacio
era más impresionante que la decoración. Todos estaban ataviados con diamantes
y marcas de diseño.
Hundiendo los
dientes en mi labio inferior, admití.
-No estoy segura de
pertenecer aquí.
-Oh, por favor, -se
burló mí amiga-, seguro que estás increíble. ¿Has seguido mis sugerencias?
Valía la pena tener
una mejor amiga que fuera estilista. Bárbara siempre me daba consejos de moda
que yo seguía al pie de la letra, así que sabía que el mini vestido rojo, muy
ceñido, complementaba mi piel clara. Los tacones dorados de tiras y los
accesorios dorados completaron mi look de forma magnífica.
Mi maquillaje era
mínimo, pero adecuado para una noche informal. Mi cabello castaño colgaba sobre
mis hombros como una cortina sedosa, y un ligero efecto de ojos ahumados
acentuaba mis ojos marrones dorados, con labios rojos a juego con el vestido.
Lo único que me faltaba era la confianza que acompañaba a mi atrevido look.
-Sí, pero...
-Nada de peros, -interrumpió
Bárbara -, fue un idiota por engañarte, eso es cosa suya. Te mereces algo mucho
mejor. Esta es tu oportunidad de demostrar que se equivoca.
-Quizá tengas razón,
-dije, queriendo creer las palabras de mi amiga. Lo único que había hecho desde
que llegué a Nueva York era lamerme las heridas. El dolor de lo que había hecho
mi ex no era sólo la traición, sino que sentía que era culpa mía. Si quería
volver a empezar en Nueva York, sabía que tenía que hacer el esfuerzo de salir
de ese espacio mental.
Sonreí al camarero y
le hice una señal para que se acercara y me llenara el vaso vacío.
El hombre, vestido
con un traje negro completo, se acercó. No me perdí la segunda mirada que echó
a mi escote mientras mezclaba mi bebida. Al principio pensé que me estaba
juzgando, ya que mi confianza había tocado fondo últimamente. Me sentí halagada
de que alguien se fijara en mí, aunque sólo fuera por mis tetas.
-¡Claro que sí!-, me
animó Bárbara-. Pero no hagas nada que yo no haría.
-No hay nada que no harías, -bromeé.
-Cállate, -se rio-.
Siento no haber podido salir contigo esta noche, sobre todo en un momento como
éste. -Suspiró-. Necesitas a tu mejor amiga.
Mis labios se
torcieron mientras miraba mi Martini de manzana. Había pillado a mi novio
siendo infiel hacía unas dos semanas. Había roto con él inmediatamente, pero no
podía soportar quedarme con todos los recuerdos de él y de lo que había hecho.
Por pura devastación, acepté el primer trabajo que encontré, para el que estaba
sobre cualificada.
Trabajaría como
ayudante de algún rico empresario en lugar de dar un buen uso a mis estudios,
porque era cobarde. Intenté, literalmente, huir de mi angustia. Ahora veía lo
ridículo que era. Mi corazón seguía muy destrozado, pero Bárbara tenía razón,
necesitaba una distracción.
-Sí que te necesito, -suspiré-. Pero deja de disculparte,
entiendo que no puedas estar aquí. - Bárbara tuvo que coger un vuelo de última
hora a Charlotte para visitar a su abuela enferma-. ¿Cómo está la abuela?
La abuela María era
como de la familia para mí. Odiaba no ir con Bárbara a verla, pero acababa de
mudarme.
-Está mucho mejor. Esa vieja es la mujer más dura que
conozco. Se ríe de los pequeños golpes.
Era una situación grave, pero no pude evitar que se me
escapara una risita. Bárbara no decía mentiras. La había visto recuperarse de
casi todo. Lo juro, la mujer estaba hecha de maldito plástico o algo así. Si yo
pudiera tener siquiera un uno por ciento de la actitud y la fuerza que tenía la
abuela de mí amiga Bárbara, María, estaría libre en casa.
-Qué bien, -respondí-. Dale mis respetos y dile que la veré
pronto.
-Lo haré. -Suspiró dramáticamente-. Maldita sea, Aurora, no
puedo evitar sentirme súper culpable por haberte dejado. Sé que lo estás
pasando mal después de lo de Charlie.
La mención de su nombre me provocó una punzada de dolor en
el pecho. Pasar un mal rato era un eufemismo. Podía sentirme arrastrada de
nuevo por la angustia que tanto intentaba olvidar.
Me mudé a Nueva York para empezar de nuevo, maldita sea. No
puedo quedarme atrapada en mi miseria.
Inspirando, me tragué el Martini.
-Estoy mucho mejor.
-No hagas eso, -dijo Bárbara-. Está bien no estar bien.
Estuviste con ese hombre durante cuatro años y el muy imbécil te traicionó.
Metió a otra mujer en tu cama. Te juro que si veo su lamentable culo mientras
estoy aquí, podría atacar como un perro rabioso.
Las hermanas Drumam jamás imaginaron pasar sus vacaciones de verano en la enorme Granja 3 estrellas de la familia Spellman. Parece que sus padres encontraron el amor y decidieron unir a sus hijos a que se conozcan, trabajando un verano juntos en la granja. Anuk estaba enojada con su madre, odia a los animales, teme a todo uno soporta el calor abrazador de las sierras cordobesas. Ella preferiría estar en la playa junto a su padre. Solo que en esa granja conocen a sus hermanastros, sexys, guapos y no tan hermanos. Será solo su padrastro y madre que encontraron el amor ese año. Unirte a la aventura junto a la granja Spellman,habrá amor, risas y muchos amigos para divertirte.
Soy la señora Schäfer. Esposa de un alemán millonario Alphonse Schäfer, soy hermosa y todos lo saben, el lo sabe, por eso fue que se arregló ese matrimonio, los que me tuvieron no pudieron conmigo, mucho menos complacerme. Las personas que nos rodean creen que somos un matrimonio perfecto y vivimos fingiendo serlo, aunque ambos sabemos que entre nosotros solo hay un acuerdo, un contrato y nada más. El amor no forma parte de esta relación. Lo único que quiero es su dinero y vivir una vida de lujo, aún que eso nos lleve a la mentira diaria, pero eso no me molesta por ahora, aún que sé que él, solo me quiere a mí… No creo que algún día cambie de opinión sobre nuestra relación, sólo quiero vivir y gastar todo lo que pueda, hasta que esa mentira se termine.
Catriel: Ella es mi némesis. Mi adicción. Mi debilidad. Mi obsesión. Me prometí a mí misma que odiaría a Samantha, porque era pobre, porque no adoraba el suelo que yo pisaba como los demás, porque siempre me miraba como si le diera pena por el simple hecho de ser yo. Cuando el resto de mi mundo siempre decía sí, ella siempre era el no desafiante. Está convencida de que soy un monstruo, una bestia trágica, desordenada y rota. De hecho, no me conoce en absoluto. Hace años pensaba que rompiéndola me arreglaría. Pero me equivoqué. Y muy equivocado. Samantha: Érase una vez el príncipe oscuro: rico, arrogante, pecaminosamente hermoso y trágicamente arruinado por dentro. Prácticamente mi atormentador y torturador. Así como mi oscuridad, mi vergonzosa atracción, mi tentación prohibida y devoradora. Odio a Catriel Schuster, porque, hace nueve años, durante una noche, fui lo bastante estúpida como para pensar que le amaba. Y desde entonces he estado pagando el precio.
Johana Cohen era una mujer bella, inteligente y … divorciada. Era una romántica empedernida, pero el amor no estaba de su lado en esa vida. Añoraba un hombre que la cuidará, que la amará tal cual era. Deseaba una familia, una casa acogedora y tener hijos. Todo eso habían desaparecido en un abrir y cerrar de ojos, dejo todo atrás al momento de divorciarse de Bob, su gran casa, su auto, dinero y su único amigo y compañero. Cobe, su perro. Una noche decidió tomar otro rumbo, algo diferente a lo que ella realmente pensaba o hacía. En esa noche conoció en un par de copas, al hombre más sexy, varonil y atrevido que había conocido jamás. Solo que ella no tenía idea de quien era él, hasta el momento de los arreglos de la boda de su única mejor amiga. Johana se encuentra enamorada, confundida y embarazada. Johana podrá "Encontrar" el amor y la padre de su hijo. ¿Podrá lograr la familia que siempre deseo?
Cuando crees en el destino, en el amor a primera vista, tienes todo a tu favor para creer que el amor existe... Un viaje de festejo lleva a Christine a un bar de tragos y chupitos, necesita a estar sola. Sin embargo, esa noche, un guapo y sexy hombre aparece a su lado. Todo parecía perfecto, la charla, la química y el encuentro sexual. Estaban hechos el uno para el otro. Por algún motivo de la vida, ella nunca recibió de regreso un llamado. Ambos eran de diferentes países y terminaron encontrándose allí una casualidad del destino. Años después, Christine aún seguía pensando en él, termina su carrera y regresa al mismo lugar donde lo conoció. ¿Podrá el destino volver a juntarlos?
Piensa en una palabra fea, la más horrible que exista. Esa palabra aún es muy suave para describir la vida de Yosanna Drumond. Vivían de la peor forma siendo humillada por su madrastra y media hermana. Estaba muy lejos de vivir el cuento de hadas que soñaba de niña. Patrick Ferrari a su tan temprana edad, se convierte en uno de los directores de la empresa más codiciada por el mundo entero. Su único objetivo era mantener la empresa en la cima, y eso lo hacía muy bien, pero, Patrick no contó que para seguir en la cima del mundo, precisaba casarse y tener un o más herederos. Y eso para Patrick era un gran problema, no era un hombre para contraer matrimonio. Solo que una noche todo cambia para Yosanna, y encontrar al hombre más hermoso visto jamás, pero ese hombre sangraba… sangraba por Yosanna.
Lo mas importante para mi en este mundo, es salir corriendo de este pueblo donde nadie me quiere, bueno se podria decir que pocos me toleran (incluyendo mi familia) ansiaba con todo mi ser que llegara mi cumpleaños, mi transformación era loq ue mas esperaba, al menos eso era como un sueño, salir de aqui e irme a estudiar lejos era mi meta, hasta ese fatidico dia en dode el destino solo me jugo una mala pasada haciendo que mi destinado fuera nada mas y nada menos que el Alfa supremo, el alfa lider de la manada Silver, el cual sin piedad me rechazo sin importarle si moria o no
Kaitlin se enamoró de Alan a primera vista, pero no consiguió conquistar su corazón ni siquiera después de tres años de matrimonio. Cuando su vida estaba en juego, él lloraba ante la tumba de su amada. Eso fue la gota que colmó el vaso. "Divorciémonos, Alan", dijo Kaitlin. Después del divorcio, Kaitlin prosperó en su nueva vida, ganando fama internacional como diseñadora. Recuperó la memoria y reivindicó su legítima identidad como heredera de un imperio joyero, al tiempo que asumía su nuevo papel como madre de dos preciosos gemelos. El pánico se apoderó de Alan cuando vio a los pretendientes alrededor de su exesposa. "Me equivoqué, cariño. Por favor, déjame ver a nuestros hijos", le suplicó Alan.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.