Lo prohibido es irresistible, atrayente y sumamente placentero, y Brianna se dará cuenta de ello, cuando sus deseos más reprimidos y que ni siquiera sabía que existían, salen a flote ante una mirada sensual y capaz de hacerla vibrar...
Mi madre me dijo una vez que la monotonía arruinaba las relaciones, que intentara no dejarme ganar por ella para que mi matrimonio no fracasara en un futuro. Los primeros años de casada fueron maravillosos, no lo voy a negar y tampoco voy a mentir. Hubo momentos muy bonitos, así como instantes en los que quería tirar la toalla y no continuar, pero ese amor que sentía por Amir era más fuerte que cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestras vidas.
Así como fui feliz por muchos años, de un tiempo para acá, la infelicidad tocó mi puerta. Amir y yo estamos en un punto inflexible, donde él se preocupa nada más por sus cosas y yo estoy por las mismas, viviendo cada uno en su mundo.
No sé qué pudo pasar, por qué el amor murió tan de repente y las ganas de luchar se agotaron. Tampoco entiendo por qué seguimos juntos, si sabemos de sobra que ya no tenemos ningún tipo de sueño en conjunto. Mi corazón ya no late emocionado ni nervioso cuando lo siente cerca y en mi mente ya no tiene cabida. Incluso no me hace falta su presencia cuando está fuera de casa por tantos días.
El amor murió, no sabemos cómo ni cuándo, pero lo único que nos mantiene unidos es la costumbre y los negocios que tenemos en sociedad.
Nuestras familias se mueven en el ámbito político, por lo que Amir decidió seguir los pasos de la suya y dejar en alto el buen nombre de ambas familias. Después de tantos años haciéndose camino en la política, al fin pudo lanzarse para ser gobernante. Ha sido un caos todo el trabajo que conlleva ser un candidato político, pero él espera ganar, pues tiene el respaldo de mi padre y del suyo.
A mí, por el contrario, nunca me llamó la atención la política. Desde pequeña he sido testigo de cómo funciona esa vida y no es de mi agrado tener que estar sometida a una vida tan pesada como esa. Quizás las ideas de Amir son las que me han hecho cambiar mi forma de verlo y de quererlo, porque cuando nos conocimos, planeamos irnos del país y hacer nuestras vidas muy lejos de nuestras familias. O simplemente nuestro amor era del tipo fugaz, de ese que es intenso por un tiempo y queda en la nada cuando no hay quienes lo revivan.
Vivimos juntos, compartimos cama, cruzamos pocas palabras en la mañana antes de cada uno irse a hacer sus deberes y poco nos vemos por las noches. Ninguno de los dos pone de su parte para que este matrimonio salga a flote, porque no hay motivación ni ganas de hacerlo. Amir está metido en la política, mientras que yo me encuentro sumergida en hacer crecer mi pequeña boutique.
Es tanto el desinterés de parte y parte, que ni siquiera nos buscamos para tener algo de sexo. Desde que perdimos la conexión, la intimidad se acabó. Hace mucho dejé de sentirme satisfecha y supongo que a él le sucede lo mismo. Ya no recuerdo lo que se siente vibrar en las manos de un buen amante hasta explotar en cientos de pedazos, ni el calor de otro cuerpo ni mucho menos la pasión que se puede desatar ante la fricción de dos almas. Mi piel no arde, no siente y tampoco tiene ganas de encenderse.
No voy a echarle culpas a él o voy a culparme de todo a mí, cuando ambos hemos perdido el interés y los deseos de estar con el otro. Somos culpables los dos, por no luchar por nuestro matrimonio y mostrar algo de interés. Pero cuando no hay amor ni ganas, es imposible luchar para que nada termine.
Cerré la tienda y salí en mi auto en dirección a la casa. Amir me llamó para decirme que debía llegar temprano para estar presente en una de las tantas reuniones de la campaña. No hay nada más irritante y tedioso que estar en medio de políticos y de tantas personas.
-¿Ya vienes de camino? Dime qué sí, Bri. Me dijiste que no tardarías y la reunión está por iniciar. Eres mi esposa y debes estar presente, lo sabes muy bien.
-Ya voy de camino, no seas tan intenso, Amir -gruñí, sosteniendo el teléfono con el hombro-. Sabes que no me gustan esas reuniones, aun así, estoy haciendo el intento por ti.
-¿Debo darte las gracias?
-No, pero deberías entender que no siempre tengo que dejar tirado mi trabajo para ir contigo a tus famosas reuniones.
-Es tu deber como esposa, Brianna. Si no fuera necesaria tu presencia, no te molestaría.
Sus palabras me sacaron de quicio, por lo que cerré los ojos en un intento de tranquilizarme para no responderle irrespetuosamente, olvidando por completo que iba al volante.
Abrí los ojos cuando golpeé el auto que iba delante de mí.
-¿Qué pasó, Brianna?
-¡Maldición! -exclamé, bajando con rapidez del auto para ver qué tan grave había sido el golpe.
-¡Acaso no viste que el semáforo estaba en rojo, vieja bruta! -un señor de edad bajó de su auto.
-Lo siento mucho, señor...
-¡Es tu culpa, así que me pagas el daño!
-Sí, yo lo pago, no te preocupes. Es mi culpa.
El señor se mantuvo en silencio y maldijo en voz baja, murmurando entre dientes que las mujeres éramos muy brutas para estar tras el volante.
-No voy a poder llegar a la reunión, acabo de chocar por venir discutiendo contigo -le dije a Amir, aprovechando el choque para librarme de la reunión.
-Enviaré a dos de los chicos para que vayan por ti y te ayuden a llevar el auto a un taller, pero tú vienes a la reunión porque es necesaria tu presencia aquí. Eres mi esposa y tienes que cumplir al menos tu papel ante la sociedad, ¿de acuerdo? -colgó, dejándome con la palabra en la boca.
Jolie creyó que huir era la solución correcta ante el desliz que cometió al casarse en una noche loca desenfrenada, pero cinco años después debe volver al lugar al que juró nunca más regresar y enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Solo que Darius no es el mismo hombre caballeroso y tierno que ella creía conocer. Él la odia por haberle roto el corazón y abandonarlo cuando le dijo que intentaría llevar una vida de casados. Ella aún sigue sintiendo los mismos deseos que en el pasado, pero esta vez son más intensos e inexplicables que antes. Entre el amor y el odio hay una delgada línea que los separa y desatará una pasión que ninguno de los dos podrá contener.
Todo en mi vida era perfecto; una buena salud, un buen trabajo, y se podría decir que, era la mujer más afortunada en el amor. Pero nadie me había dicho que la perfección y tanta felicidad junta no era tan buen y real. Para mí, una mujer que creía tenerlo todo a sus pies y en sus manos, no fue fácil asimilar esa vida que tanto me ocultó la persona que más he amado en el mundo.
La vida en muchas ocasiones nos despliega diferentes caminos, llevándonos a un destino totalmente opuesto al que nos habíamos idealizado. Margot estaba en la mejor etapa de su vida, era feliz junto a su novio y futuro esposo, pero en un solo instante perdió toda su vida en un trágico accidente que además le dejó grandes secuelas en su cuerpo. La soledad, la desesperanza y el vacío es algo que no se puede ocultar detrás de una sonrisa fingida, y ella ha sabido ocultar su dolor muy bien. Pero en ese pozo de soledad y tristeza, llega un hombre que la hace vibrar no solo con un beso, sino con esa chispa de añoranza que perdió tiempo atrás. ¿Podrá Margot volver a empezar, dejando su sufrimiento atrás y permitiéndose ser feliz?
El amor no es lo más importante para June, primero, porque no cree en que los sentimientos de las personas sean del todo sinceros, segundo, porque aquel suceso que vivió en su niñez y la marcó de por vida la sigue rodando por más que quiera huir de esa pesadilla. Pero el amor llega cuando menos se lo esperaba, del hombre que jamás imaginó sentir tanto y nada a la vez. ¿Podría ella olvidar su dolor en manos de aquel amor puro y cristalino que nació en medio de su adolescencia y se fortaleció en su adultez? ¿Podría permitirse aprender una lección de amor y otra de lujuria en manos de su primer y único amor?
El deseo de poder someterte es mucho más fuerte de lo que estoy dispuesto a soportar. Si tan solo me dejaras mostrarte todo lo que por mi mente cruza, estoy seguro de que crearíamos un juego de lujuria inimaginable.
Ser prácticamente obligada a casarse con un perfecto desconocido por su padre, Cora Walker decide huir de su casa, pero en el intento de ser libre y elegir su propio destino, aquel hombre le pone sobre la mesa un trato que considera justo. ¿Podrá Jacob Bardot enamorar a la jovencita que lo cautivó desde el primer instante en que la conoció? ¿Podrá Cora dejar sus miedos e inseguridades atrás y amar, aunque sea por una vez en su vida? ¿Trescientos sesenta y cinco días serán suficientes para que dos corazones se amen con extrema fuerza y pasión?
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
Su marido traicionó a ella y todo el mundo la consideraba como una asesina. Abrumada por el odio, Maria se divorció de su marido, James, y se fue de la ciudad. Sin embargo, seis años después, regresó con el rival más destacado de su exmarido. Como un fénix que se reencarna de las cenizas, juró hacer que todos pagaran por lo que le habían hecho. Ella aceptó trabajar con él solo para vengarse, pero no se dio cuenta de que ya se había convertido en su presa. En un juego entre el amor y el deseo, ninguno de los dos sabía quién ganaría al final.
Ella cayó en la trampa de su hermana y tuvo una aventura de una noche, y, peor aún, se quedó embarazada. Cuatro años después, cuando regresó con su hijo, un caballero encantador apareció en su vida. Desde el momento en que ella lo vio, le pareció familiar, pero no encontró la razón hasta que vio a su hijo junto a él.
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...