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La tragedia marcó en el pasado a dos almas que se amaron intensamente, haciendo que su amor haya quedado truncado por el destino de ambos. Su amor era tan puro y único que prometieron seguirse amando hasta la eternidad, pactando entre ellas volver a encontrarse en otra vida, en otro tiempo... en otros cuerpos. (Contiene hechos reales y ficticios).
España, primeros días de agosto del año 1385. En una comunidad gitana radicada en ese país nacía Alaia; la segunda hija del poeta Kavi y su esposa paya, Aziza. Cuando Alaia nació, nadie en la comunidad imaginaba lo que esta niña representaría para ellos y mucho menos lo que ella era en realidad.
Los dos primeros años de vida de la pequeña transcurrieron sin novedad para su familia; sin embargo, cuando Alaia tenía 3 años de edad, comenzó a tener constantes pesadillas nocturnas. Cada vez era peor, prácticamente se le imposibilitaba descansar, al igual que a sus padres, quienes ya estaban preocupados por ver a su pequeña con ese problema. Durante el día, Alaia se desenvolvía como una niña cualquiera dentro de la comunidad... bailaba, cantaba; pero tenía una especial atracción por la luna, los animales, las plantas, el agua y el fuego.
Kavi y Aziza consultaron a la más anciana de la comunidad sobre el problema de su pequeña, a lo cual ella solo les dijo que debían esperar a que ella pudiera articular palabras claramente, para que pudiera decir qué soñaba y así poder encontrar alguna explicación sobre ello.
Pasaron dos años, y volvió a la comunidad Wesh, quien era uno de los tantos hermanos de Kavi. Wesh tenía tres hijos, todos varones: Hanzi (de 14 años), Janoro (de 11 años) y Tshilaba (de 10 años). Uno de ellos, específicamente Janoro, se percató de la presencia de la pequeña Alaia justo en el momento del reencuentro familiar. El apuesto jovencito no podía dejar de ver los hermosos ojos color aceituna de Alaia, que hacían un especial juego con su cabellera larga, ondulada y de color rojizo particular, característica especial que llamaba mucho la atención entre los gitanos de esa comunidad, puesto que la mayoría eran de piel morena; no obstante, Alaia debía esas características a la familia de su mamá, quien no era de origen gitano, sino egipcio.
Justo para el regreso de Wesh, dentro de la comunidad se estaba designando al nuevo Patriarca, luego de la muerte del antiguo. El nuevo Patriarca resultó ser Mirkea, quien era el único hijo del Patriarca fallecido y a quien le había enseñado todo lo que debía ser y hacer para estar al frente de la comunidad gitana. Mirkea tenía en ese entonces 20 años y a pesar de su juventud, era muy astuto e inteligente, rasgos que hicieron que toda la comunidad confiara en él siempre.
A Mirkea siempre le impresionó la belleza de la pequeña Alaia; sobre todo, lo especial de su persona. Alaia era una niña muy dulce, tímida y con unos ojos misteriosos, enigmáticos que encantaban a todo aquel que los mirara fijamente. A pesar de todo esto, y de saber que la niña tenía una reputación de "niña rara", Mirkea nunca se le había acercado para hablarle y constatar lo que se decía de ella en la comunidad.
Una de esas malas noches, Alaia entre sollozos pudo contarles a sus padres lo que soñaba...
- ¡Hija mía, ¿estás bien?! - Preguntó Kavi.
- ¡No, papito! Tengo mucho miedo... Mucha gente morirá. – Contestó la niña.
- ¿De qué hablas hijita? ¡Que los dioses no lo permitan jamás! – Dijo Aziza.
- No sé, mamita... Los dioses no escucharán y vendrá la oscuridad para todos los payos. -Aseguró Alaia.
- ¿Para los payos nada más? -Preguntó Kavi preocupado.
- ¡No lo sé, papito! No vi nada más. -Dijo Alaia entre sollozos.
A la mañana siguiente, los padres de la niña no sabían qué hacer con lo ocurrido con su hija en la noche. No sabían si contárselo a Mirkea, a la anciana curandera o a la comunidad completa. Lo que sí sabían era que esa fue la primera vez que su pequeñita pudo contar sobre su pesadilla.
- Kavi, ¿qué hacemos, crees que eso que soñó Alaia puede cumplirse?, o... ¿Fue solo un mal sueño?
- No lo sé, Aziza... Quiero creer que es tan solo un mal sueño, pero nuestra pequeña estaba muy angustiada y eso me da mala espina al respecto. Mientras tanto, mantengamos eso en secreto. – Contestó Kavi.
La pareja acordó guardar el secreto y dejar que el destino hiciera lo suyo.
Mientras tanto, la vida continuaba y Alaia jugaba como todos los niños de la comunidad. Jugaba con su primo Janoro, quien la cuidaba y le daba mucho cariño, haciendo que Kavi y Aziza confiaran siempre en él para dejarla a su cuidado.
Los años transcurrieron y ya Alaia alcanzaba los 15 años de edad. Se había convertido en una hermosa adolescente, y era víctima de la envidia de sus pares; porque además de su belleza, Alaia era una chica especial que se había convertido en profetiza; pues, muchos de sus sueños se convertían en realidad lo que en algunos les causaba temor y en otros, admiración; como era el caso de Mirkea, quien ya contaba con 30 años de edad y se estaba haciendo cargo eficazmente de su comunidad desde que se hizo el Patriarca.
Mirkea se había casado muy joven y ya tenía cinco hijos con su esposa Donka quien contaba con apenas 25 años de edad. A pesar de estar casado, Mirkea tenía aventuras extramatrimoniales con otras jóvenes de la comunidad, pero ninguna podía decir que tenía completamente el corazón de este joven impetuoso. Sin embargo, él sí sabía quién era la dueña de su amor, y quien precisamente era la misma que le iba a causar problemas con muchas personas importantes dentro de la comunidad.
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugería que Cristian, normalmente racional, había perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. Podía tolerar los cotilleos sobre sí misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salían a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habían sido engañados.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
Eliana cayó en la trampa que le tendieron su mejor amiga y su prometido teniendo relaciones sexuales con un chapero en el club y quedó embarazada de él. Cinco años después de haber dado a luz a mellizos, regresó a la ciudad y trabajó para el Grupo Moran, donde conoció al CEO, Maurice. Maurice era un hombre sobresaliente de negocios que hacía bien su trabajo. Pero para mantener un bajo perfil, vivió una doble vida. Además de Maurice, también jugaba el papel de Preston. El destino volvió a reunirlos a los dos y los envolvió en una emocionante historia de amor. Todo se volvió más complicado cuando Eliana se enfrentó a Preston, el hombre con el que se había acostado antes, una vez más. Ahora que estaba siendo perseguida por dos hombres, ¿cómo podría elegir? ¿Cuándo descubriría Eliana el secreto de la identidad de Maurice? ¿Cuándo iba a saber Maurice que ya tenía dos hijos propios? ¿Cómo enfrentaría Eliana a este hombre cuando un día la verdad saliera a la luz? Ven y descúbrelo.