Esta historia fantástica retrata el peligroso viaje de una guerrera mágica junto a un grupo de jóvenes, que tendrán que enfrentarse a un mundo arruinado y completamente desorganizado, e intentarán conseguir la reencarnación del Dragón , con unos poderes increíbles.
El Garfio parte 1
Un viento frío sopló en la noche a través del campo cubierto de nieve donde los hombres se habían estado matando unos a otros durante los últimos tres días. El aire era cortante, si bien no tan gélido como Lan habría esperado en esa época del año. Con todo, la temperatura era lo bastante baja como para que el peto de acero transmitiera el frío a través de la chaqueta y para que el aliento se condensara en vaho delante del rostro del hombre cuando el viento no lo arrastraba. La negrura del cielo empezaba a menguar y el brillo de los millares de estrellas, cual grueso polvo de diamantes esparcido en el firmamento, se iba apagando lentamente. La gruesa hoz de luna estaba baja y apenas daba luz para distinguir las siluetas de los hombres que vigilaban el campamento instalado en la arboleda de robles y cedros desperdigados. No se habían encendido lumbres porque el fuego habría delatado su posición a los Aiel. Lan había combatido contra ellos mucho antes de que esta guerra empezara, en las Marcas Shienarianas; una cuestión de deber para con los amigos. Si ya era difícil enfrentarse a ellos a la luz del día, hacerlo de noche era tanto como jugarse la vida a cara o cruz. Claro que a veces te encontraban aunque no hubiese lumbres.
Apoyando la mano enguantada sobre la espada envainada, se arrebujó en la capa y siguió haciendo la ronda de los centinelas a través de la capa de nieve que le llegaba a la pantorrilla. La suya era una espada antigua hecha con el Poder Único antes del Desmembramiento del Mundo, durante la Guerra de la Sombra, cuando la mano del Oscuro tocó el mundo durante un tiempo. De esa era sólo perduraban leyendas, salvo, quizá, lo que supieran las Aes Sedai; aun así, la hoja de acero era algo real y concreto. No se rompía ni hacía falta afilarla nunca. La empuñadura se había reemplazado incontables veces a lo largo de los siglos, pero ni siquiera la herrumbre afectaba el lustre de la hoja. Antaño había sido la espada de los reyes malkieri. El siguiente centinela que encontró, un tipo bajo y fornido que se cubría con una larga y oscura capa, estaba recostado en el tronco de un roble de gruesas ramas, con la cabeza caída sobre el pecho. Lan tocó al centinela en el hombro y el hombre se irguió bruscamente, a punto de dejar caer el arco corto de cuerno que tenía en las manos enguantadas.
La capucha le resbaló hacia atrás y dejó a la vista el yelmo cónico de acero un instante, antes de que el hombre volviera a calarse la capucha con rapidez. A la pálida luz de la luna, Lan no distinguía las facciones del hombre detrás de las barras verticales de la visera, pero sabía quién era. El yelmo de Lan era abierto, al estilo de la desaparecida Malkier, con una pequeña visera en forma de luna creciente que se proyectaba sobre la frente.
-No estaba dormido, milord -se apresuró a decir el tipo-. Sólo descansaba un momento. -El domani de piel cobriza parecía abochornado, y con razón. Ésta no era su primera batalla; ni siquiera era su primera guerra.
-Un Aiel te habría despertado al degollarte o al hincarte una lanza en el corazón, Basram -dijo Lan en voz queda. Los hombres prestaban más atención a un tono tranquilo que al grito más alto, siempre y cuando la calma fuera acompañada de firmeza y seguridad-. Quizá sería mejor no tener tan cerca la tentación del árbol. - Se abstuvo de añadir que, aun en el caso de que los Aiel no lo mataran, el hombre corría el riesgo de congelarse si permanecía parado en un sitio mucho tiempo. Basram ya lo sabía. Los inviernos en Arad Doman era casi tan fríos como en las Tierras Fronterizas.
Farfullando una disculpa, el domani se llevó la mano al yelmo en un respetuoso saludo, se apartó tres pasos del árbol y, bien derecho y despabilado, escudriñó la oscuridad. También movió los pies ligeramente para evitar que los dedos se le congelaran. Corría el rumor de que había Aes Sedai más cerca del río y que ofrecían la Curación de heridas y enfermedades que desaparecían como por ensalmo; pero, sin esa posibilidad, la amputación era la forma habitual de evitar que un hombre perdiera un pie por la gangrena y podía ser que incluso las piernas.
En cualquier caso, lo mejor era evitar verse involucrado con Aes Sedai a menos que fuera absolutamente necesario. Al cabo de los años era posible encontrarse con la sorpresa de que una de ellas lo había amarrado de alguna forma por si acaso necesitaba de uno. Las Aes Sedai pensaban a largo plazo y rara vez parecía importarles a quién utilizaban y cómo lo utilizaban en la consecución de sus fines. Ésa era una de las razones por las que Lan las evitaba.
¿Cuánto duraría el estado de alerta de Basram? Lan deseó saber la respuesta, pero no tenía sentido llamar más la atención al domani. Todos los hombres que tenía a su mando estaban exhaustos. A buen seguro que todos los hombres de la Gran Coalición, como pomposamente se la llamaba -así como Gran Alianza y una docena más de nombres, algunos poco halagadores e incluso ofensivos-, a buen seguro que todos estaban al borde de la extenuación. Además de agotadora, una batalla era una brega que hacía sudar, hubiera nieve o no. Los músculos se agarrotaban por la tensión aun cuando hubiese ratos en los que tomarse un respiro, y en los últimos días apenas se habían dado ocasiones de hacer un alto durante mucho tiempo.
El campamento albergaba sus buenos trescientos hombres, de los que una cuarta parte estaba de guardia en todo momento; teniendo enfrente a los Aiel, Lan quería tantos pares de ojos vigilando como fuera posible. Sin embargo, antes de que Lan hubiera recorrido otros doscientos pasos había tenido que despertar a tres centinelas más, uno de ellos dormido de pie sin estar apoyado en nada. Jaim tenía levantada la cabeza y los ojos abiertos. Ése era un truco que algunos soldados habían aprendido, sobre todo soldados veteranos como Jaim. Cortando las protestas del hombre de barba gris de que no podía estar dormido hallándose de pie y firme, Lan le prometió que sus amigos se enterarían si volvía a pillarlo dormido.
Jaim se quedó boquiabierto un momento; después tragó saliva con esfuerzo.
-No volverá a ocurrir, milord. ¡Que la Luz me abrase si me duermo!
Parecía hablar completamente en serio. Algunos hombres tenían miedo de que sus amigos los dejaran sin sentido de una paliza por ponerlos en peligro mientras descansaban; pero, habida cuenta de las compañías que Jaim frecuentaba, lo más probable es que temiera la humillación por haberse dejado sorprender dormido, no por estarlo.
Mientras Lan continuaba adelante soltó una risita queda. Rara vez reía, además de ser una estupidez reírse de eso, pero más valía reír que preocuparse por lo que no podía cambiar, como por ejemplo encontrar dormitando a los hombres que estaban de guardia; o inquietarse por la muerte. Lo que no se podía remediar, se tenía que sobrellevar.
Se paró en seco.
-Bukama, ¿por qué me sigues a hurtadillas? -inquirió en voz alta.
A su espalda sonó un gruñido de sorpresa. Sin duda Bukama creía que se movía en silencio y, a decir verdad, muy pocas personas habrían oído el débil crujido de las botas del hombre en la nieve, pero tendría que haber sabido que él sí lo percibiría. Al fin y a la postre, Bukama había sido uno de sus maestros, y una de sus primeras lecciones había sido estar atento a lo que lo rodeaba en todo momento, incluso mientras dormía. Una lección nada fácil de aprender para un chiquillo, pero sólo los muertos podían permitirse el lujo de no estar alerta. Y en La Llaga, más allá de las Tierras Fronterizas, los que estaban ajenos a su entorno no tardaban en engrosar las filas de los muertos.
-Te he estado guardando la espalda -anunció ásperamente Bukama al tiempo que apretaba el paso para reunirse con él-. Considerando lo poco pendiente que estás, uno de esos Amigos Siniestros, uno de esos Aiel velados, podría acercarse furtivamente y cortarte el gaznate. ¿Es que has olvidado todo lo que te he enseñado?
-De carácter rudo y franco, Bukama era casi tan alto como él y más que la mayoría de los hombres. Llevaba un casco malkieri sin crestón a pesar de tener derecho a lucirlo. Estaba más interesado en sus obligaciones que en sus derechos, pero aunque eso fuera lo correcto Lan habría deseado que no desdeñara estos últimos tan plenamente.
Promocion de Historias Romanticas para ti. Cada capitulo, una historia romantica diferente
Después de ser «marcada», la joven Zoey se une a La Casa de Los Vampiros, una escuela donde se entrenará para convertirse en un vampiro adulto. Eso, si consigue superar el Cambio; y no todos los marcados lo logran. Es un rollo comenzar una nueva vida, en especial lejos de sus amigos. AdemásZoey no es la típica iniciada. La diosa vampira Nyx la ha elegido como alguien especial. Pero no es la única iniciada de La Casa de la Noche con poderes especiales. Cuando descubre que la líder de las Hermanas Oscuras, el grupo de élite de la escuela, abusa de los dones concedidos por la diosa, Zoey debe buscar en su interior el valor para abrazar su destino… Con algo de ayuda de sus nuevos amigos vampiros.
Santander. Verano, 1918. Una abuela desconocida. Oscuros secretos familiares. Un amor poco adecuado. Alba Ansorena, hija de los marqueses de Lucientes, vive en la burbuja de comodidad propia de su aristocrática familia, aunque ella, a espaldas de sus padres, traza unos planes muy diferentes para romper con su destino. Acude con la familia a pasar un verano más en el Sardinero; sin embargo, en esta ocasión, el regreso de Cuba de una desconocida abuela sacará del armario familiar los esqueletos guardados que alterarán de forma drástica su apacible existencia. Al mismo tiempo, un atractivo viudo se cruzará en su camino. Tras un exilio de cinco años, Eduardo Arias ha regresado y levanta rumores de un escándalo en el pasado allá por donde va. A pesar de las advertencias y del vacío que la sociedad ejerce en torno del hombre, Alba no hace caso y transgrede las invisibles normas. La acción transcurre durante el veraneo de los reyes, de la Corte y del Gobierno en la ciudad de Santander, la cual permanece ajena a la primera guerra europea y al hambre que asola España por el encarecimiento de los alimentos, aunque no podrá escapar de la gripe que se convirtió en pandemia y que causó más muertes que el propio conflicto bélico.
Arturo se dio la vuelta y vino resueltamente hacia nosotros. Estaba espléndido, y nunca olvidaré que en ese momento comencé a amarlo. Y ya nunca dejé de hacerlo. Nunca nadie me ha provocado tanta pena, dolor y alegría como él. Ni siquiera por mis hijos he sentido el amor que le profeso todavía ahora. Y creo que aunque hubiera sabido lo que nos deparaba el futuro (preocupaciones, tormentos, batallas y penas), aun así le habría entregado mi corazón tal como hice entonces. Nacida en un entorno en el que los enfrentamientos son constantes y las armas están siempre presentes en la vida de hombres y mujeres, Guinevere, hija de una poderosa reina pagana, es una amenaza para su gente y una preciada presa para el temible mago Merlín. Enviada a un lugar secreto, crece bajo la protección de un hombre-lobo y de un druida de agrio carácter. Pero ni siquiera en las remotas costas de Escocia, donde los dragones velan por ella, está a salvo del todopoderoso mago. Merlín conoce el destino de la bella joven y no se detendrá ante nada para evitar el cumplimiento de la profecía, puesto que si Guinevere y Arturo llegan a reinar, llevarán la paz al país que convertirá a Merlín, hambriento de poder, en un personaje secundario.
Durante los tres años de matrimonio, lo único que Alicia recibió de su marido, Erick, fue indiferencia y disgusto. Justo cuando algo despertó su esperanza de que Erick finalmente hubiera cambiado, descubrió que él tenía motivos ocultos. Tanto el amor como la paciencia tenían fecha de caducidad. Incapaz de soportarlo más, Alicia solicitó el divorcio. Erick la acorraló contra la pared y exclamó: "¿Quieres divorciarte de mí? ¡De ninguna manera!". Aun así, Alicia estaba decidida a cambiar. Comenzó su camino hacia el éxito y pronto atrajo a muchos admiradores, lo que enojó mucho a Erick. Un día volvió a ver a Alicia, que estaba con unos niños. Al ver la escena, actuó fuera de lugar: "Déjame ser su padre". Alicia puso los ojos en blanco. "No necesito su ayuda, Sr. Ellis. Puedo cuidar de ellos por mi cuenta". Sin embargo, Erick no aceptaría un "no" por respuesta...
Zen Luo, un joven y prodigioso patrón del clan Luo, perdió todo lo que apreciaba durante una pelea interna de la familia provocada por la codicia. Y después de eso fue esclavizado, pero al mismo tiempo, los impulsos de la venganza se calentaron a fuego lento. Nació una leyenda cuando, gracias al trabajo duro y la determinación, se convirtió en un arma poderosa. ¿Finalmente tendría éxito en vengar a su padre? ¿Llegaría al destino de la inmortalidad? ¿Qué pasaría con los que tratan de matarlo? ¡Lea esta historia y descúbralo!
Mackenzie O 'Sullivan es la heredera de Holding O 'Sullivan Park, ha tenido que luchar mucho para convertirse en el CEO. Ya que su tío, Rónan O 'Sullivan, siempre había creído que sus dos hijos, Shane y Murphy, serían los verdaderos herederos de su hermano, ya que ella es mujer, y más joven que sus hijos. Así que sólo desea que fracase. Cuando sonó la alarma de incendio, en el hotel donde estaba reunida, para firmar un multimillonario contrato, tras indicar a su asistente que guie a todas las personas de la sala hacia las salidas de emergencias, Mackenzie se quedó para recoger los documentos. Solo cuando un enorme y aguerrido bombero, tan grande como un coloso, entró en la sala donde estaba, fue cuando se sorprendió al no percatarse del peligro que corría. En un principio el bombero intentó indicarle que lo acompañara a una salida, pero la CEO no le obedeció, sus prioridades eran otras, incluso cuando empezó a toser por el humo, no lo hizo. Sin pensarlo, el bombero levantó a su reticente víctima sobre su hombro, para salir de allí y la CEO, furiosa ya que habían perdido todos sus contratos, decidió enterarse de quién había sido el responsable. A partir de este momento la guerra entre estos dos será total, complicada con una atracción innegable, y nada pedida en especial por el atractivo bombero, todo ello regado por una historia llena de humor, atracción, sexualidad, emociones extremas, peligros, y grandes enfrentamientos.
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".