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Estar enamorada del empresario más rico del mundo no es una locura, pero si lo es ingresar a su mansión como la nueva empleada, solo para verlo pasear en boxer, en ropa interior como lo rumoreaban. Hermoso, con un cuerpo deseable y un carácter un poco complicado, pero muy interesante, según me describían los demás. Y con estos atributos pretendía entrar a la cama de Ignacio y en lo posible a su corazón. llámame loca pero Ignacio terminará tan loco por mí como yo por el
El me sonrió, una sonrisa que derretía a cualquiera o al
menos a cualquier con nombre de Franchesca Welsch, me acerque a él y le besé la
comisura de los labios, aunque el me tomo de la cadera acercándome a él, y me
beso ardiente.
Fue en busca de una corbata y termino de vestirse frente al
espejo, y yo lo miraba atenta, atenta a cada uno de sus movimientos. Observé su
rostro, sus ojos mieles, sus labios deseables, su cuello largo, sus manos
atando el nudo de la corbata color azul. El me sonrió mientras me miraba a
través del espejo, luego se acercó a mi y volvió a besarme, yo puse mis brazos
alrededor de su cuello y el me rodeo la cintura.
- te veo en la noche.- Susurro sobre mis labios y yo
asentí.- Tienes que ir por las compras.
-Si, me encargaré de eso. Camille regreso?
- Hoy, en no más de una hora.- Se alejó de mí y se dirigió a
la puerta de la habitación.- Y Franchesca estuviste increíble anoche.
Sonreí mientras veía al hombre más hermoso que mis ojos
vieron alguna vez, salir por la puerta para ir a su más hermosa empresa. Si, él
era Ignacio Diaz.
Me dirijo a su baño como si fuera el mío y me duche rapido,
me vestí sencilla y comenzé con el trabajo. Primero ordene las ropas que anoche
nos habíamos sacado y las lleve a la lavandería, cambie las sábanas de la gran
cama King de Ignacio y luego aspire su habitación no había mucho que hacer en
su dormitorio porque el día anterior Scarlett y yo habíamos hecho un aseo
profundo.
Se escuchó el ruido de la puerta y supuse que sería Camille,
una chica de veinte años que volvía de sus merecidas vacaciones. Parecerá
absurdo tener a tres mujeres al servicio de limpieza en una sola casa pero no
señores no era una sencilla casa, si no que era la mansión de Ignacio Diaz.
Mientras Scarlett se dedicaba completamente al gran jardín
delantero y trasero del lugar, Camille era la encargada de la cocina y también
de hacer el aseo al igual que yo, que limpiaba y me encargaba de las compras.
Camille subía las escaleras para ir a su habitación seguramente
-si, cada una de nosotras tenía una habitacion- y me la tope en el pasillo.
- Volviste! -Ella asintió sonriente y me saludo de beso en
la mejilla.
- Fue increíble. Cómo va todo por aquí?
- Muy bien, cansador porque a faltado tu ayuda
- Y con Ignacio?
- Mejor de lo que esperaba. - Ella asintió sonriente.
- Ten cuidado
- Camille realmente si me vas a dar consejos dime la razón
- Es... Franchesca no puedo. Confidencial, firme un contrato
y...
- Ya.- Gire los ojos.- No soy una niña
- Como sea. Pidió algo en especial el?.- Se refirió a la
comida era la misma pregunta de casi todos los días.
- No, yo iré por las compras.
Camille asintió y yo fui hasta la cocina, saque la lista de
compra guardada en un cajón y tome el dinero que Ignacio había dejado anoche en
la mesa para las comprar. Salí y me subí a mí auto para ir al mercado mí
celular vibro.
- Hola?
- Franchesca, .- sentí un calor atravesar mí cuerpo al oír
su voz tal cual como el primer día
- Si pasa algo?
- Está noche vas a cobrar.- a que se refería?
- Porque señor? .- Era ridículo llamar a Ignacio por señor
siendo que cada noche gemía su nombre sin vergüenza.
- Me has dejado una hermosa marca en mí cuello.- abrí mis
ojos de golpe y casi pierdo el control del auto.
- Lo...Siento.- aunque realmente no lo sentía.
- Oh no lo haces.- sonreí .- fuiste por las compras?.-
porque siempre me llamaba por teléfono para preguntarme cosas así? Según
Camille el jamás llama a sus empleados y ella sabe de esto trabaja con el desde
los 18 años.
- Voy por ellas.
- Está bien. Y Franchesca no quiero volver a escucharte
hablar con Camille de lo nuestro - Como lo supo? Parece ser cierto que las
paredes tienen oídos
- Eh yo no ...
- No vuelvas a hacerlo.- asentí aunque él no pudiera verme.
- Si señor.
- Me encanta oír esa frase de tu boca.- oh por dios ami me
encanta oír mí nombre de su boca.
- Si señor.- Oí su risa del otro lado.
- Tengo una reunión te veo en la noche.
- Hasta luego.- colgué y seguí mí camino con las piernas
como gelatina luego de escuchar su voz y por saber que sabe que hablo sobre el
y yo con Camille.
Eran alrededor de las ocho, la cena estaba lista y la casa
lucía impecable.
Scarlett y yo terminábamos de regar las plantas y Camille
preparaba un postre, el timbre sonó y fui a ver quién era.
- Señora Diaz.- Me sorprendió ver a la madre de Ignacio a
estas horas.
- Buenas noches mí hijo está aquí?
- No debe estar por llegar.
- Lo esperaré.- dijo entrando a la casa y acomodándose en un
gran sillon.- tráeme un café Welsch.
- Si señora.
Fui hasta la cocina y puse agua a hervir para preparar un
café para la madre de Ignacio, el teléfono sonó y fui a contestar
- Residencia Diaz... No, no se encuentra... Aguarde un
momento.
Escuché el sonido de las llaves y Ignacio apareció por la
puerta, saludo a su madre sorprendido por verla y dejó su maletín en un sillón.
Se quitó la corbata y la dejo sobre el maletín, y yo solo lo miraba recordé que
tenía a un hombre esperando en el teléfono.
- Señor Diaz.- el me miró.- Charlie Blackberry está al
teléfono.- Ignacio gruñó y se acercó malhumorado a mí, tomo el teléfono y
contesto.
- Diaz.
- Ya le traigo su café, señora Diaz.- Ella asintió. Fui
hasta la cocina y terminé de preparar un café cargado como le gusta a ella. Al
regresar vi a Ignacio bastante serio y su mandíbula apretada, le entregué el
café a la señora Diaz.
- Franchesca.- hablo entre dientes lo mire nerviosa.-
Cuántas veces te he dicho que no me gusta atender el teléfono a penas llegó a
casa.- me miró fijamente realmente han sido unas seis, mordi el interior de mí
mejilla.
- Lo siento señor.
- Tráeme un café cargado.
- Si, señor.- Camine hasta la cocina y prepare otro café.
- Pasó algo malo?.- Camille hablo en un susurro
- Olvide que odia atender llamados al llegar a casa.-
Respondí en un susurro igual. Ella asintió.- Si sigo haci me despedirá.
- Créeme que no, se acuesta contigo.
- Me puse tensa y asentí.- Cuando te dije que trabajar aquí
era complicado, lo dije en serio. Es difícil complacerlo.
**FLASHBACK**
Llege a casa de Camille, era domingo y como tal, su día
libre. Toque el timbre y ella abrió la puerta pase y nos sentamos en el sillón.
- Y cómo estuvo la semana?.
- Buena, Ignacio se fue a una casa de playa y nos llevó con
el. La casa era inmensa.
-Me imagino.- Dije imaginando a Ignacio Diaz en la playa con
su traje de baño y esos músculos al aire.- Camille...
-Mmmm?
- Necesito un favor, el más grande de tu vida.
- Cual?.
- Quiero que me ayudes a entrar a trabajar a la casa de Ignacio.-
Camille estalló en una carcajada.
- Para que?
- Ya sabes, me encanta.
- Ay..Franchesca...cual es tu plan?
- Meterme a la cama con el y ... Tal vez se enamore algún día
de mí.- Camille volvió a soltar una carcajada, pero esta vez nerviosa.
- No Franchesca no te conviene.
- Tu ayudame, no pedí opinión, no te burles.
- De acuerdo, de acuerdo, solo ten cuidado con eso.
- Si, si ¿Me ayudarás?.
- Seguro, ... Pero Ignacio es complicado digo no es sólo que
entraras, y él se acostara contigo. Tienes que tener en cuenta, que el único
trabajo que Ignacio te dará es el de empleada, y tendrás que limpiar a diario y
complacerlo con que todo esté en orden, es un hombre ordenado.- Asentí.- A
veces llega furioso y normalmente sus estados de ánimo cambian. Es un trabajo
complicado. Tiene gustos caros, y .... Si se mete contigo a la cama, solo ten
cuidado Franchesca, recuerda que el es el jefe y si un día...- Mordió el
interior de su mejilla, parecía recordar una escena tras otra.- Ten cuidado.
- Ya...- Esa frase me tenia un tanto aburrida, dude si
Camille tuvo una aventura con el.- Tuviste algo con el?.- Solté sin pensarlo.
- Es confidencial, todo lo que pasa en esa casa es
confidencial Franchesca. Firme un contrato, cuando tú entres todo lo que sepas
será confidencial, o Ignacio puede hundirte como el quiera, de todas formas el
pasado es confidencial, para cualquier otro que entre en esa casa en el
presente.- Parecían las reglas de un Juego, realmente creo que ella tuvo algo
con el.- Y no Franchesca, yo no tuve nada con el.- Dijo de lo más tranquila.
**FIN FLASHBACK**
- Mí café! .- Grito Ignacio, luego el murmuró de Pattie
Mallete, la madre de el.
- Aquí tiene, señor.- Le entregué el café cargado el dio un
sorbo y asintió .- Y bien ¿este sábado?.- Le pregunto a su madre, yo di por
entendido que tenía que retirarme.
- A las diez.
- Estará bien.
Entre a la cocina y vi el delicioso postre que Camille
terminaba de preparar, Scarlett apareció en la cocina y nos sonrió.
- Todo listo. ¿La señora Mallete?.- Pregunto al verla en el
sillón, asentimos.- Iré a bañarme ¿La cena está lista?.
- Si, en un rato la sirvo.
- Yo iré a bañarme también .- Estaba un poco sucia por
ayudar a Scarlett en el jardín.
Luego de una rápida ducha, me vestí con un vestido azul que
me llegaba un poco más arriba de la rodilla, ya el aseo estaba listo así que no
importaba vestirme con un atuendo de limpieza, baje y vi que Ignacio estaba en
el sillón bebiendo café todavía.
- ¿Lo caliento?.- Pregunté, él levantó una ceja y me sonrió
irónico. Oh!.- El café.- aclare.
- Acabo de terminarlo, Franchesca.- Se puso de pie y se
acercó a mí.- Está noche vas a cobrar doble, Señorita Welsch.- Un escalofrío me
recorrió el cuerpo.
- La cena está lista.
- Muero de hambre. Espero que lo de hace rato no se repita.
- Si, señor.- Está vez lo dije de adrede, el me sonrió, oh
como me derretía esa sonrisa. Él se alejó rápido de mí al oír que alguien
bajaba las escaleras.
- Si ya está lista la cena, me iré a cambiar de ropa.
Asentí y fui a la cocina. Me crucé con Scarlett en el
pasillo, era ella quien bajaba, fuimos a la cocina y junto a Camille ordenamos
la mesa y servimos la cena. Ignacio bajo y se sentó en una esquina. Nosotras
nos sentamos junto a él.
Si había algo bueno en Ignacio, es que no le hacía mal ojo a
nadie, Kenny y Richard los guardaespaldas, también estaban en la mesa cenando.
En el único momento en que nosotros no comiamos con el, era cuando tenía a sus
visitas.
A veces me preguntaba si no se sentirá solo en esta enorme
casa. No tiene novia, menos hijos, no vive con sus padres, su única compañía
eramos nosotros. Pero asimilando bien el tema, no debería sentirse así, porque
en la mesa todos hablamos como si fuéramos grandes amigos.
- Fue increíble.- Hablaba Camille de sus vacaciones.- Sobre
todo cuando anduve en un barco.
- Me alegra mucho. Recuerdo que cuando fui, hubo tormenta yo
navegaba y las olas parecían tragar el barco.
- El aire es muy fresco, todas las noches hacíamos fogatas.
- Yo fui cuando tenía quince.- Hablo Kenny.- Mí padre
siempre hacia malvaviscos.- Mí cara se transformó a una triste, mí padre y yo
también hacíamos malvaviscos...Ignacio notó mí cara y aclaró su garganta.
- Son deliciosos.
Cuando eran como las once, y todos ya estaban en sus
habitaciones yo salí de la mía para ir directo al cuarto de Ignacio, toque
suavecito y el abrió la puerta me hizo pasar y luego el se sentó en la punta de
la cama, me tomo la mano y me sentó a horcajadas sobre el.
- Espere por esto todo el día.- Confese, el me sonrió y pego
sus labios a los míos.
- Franchesca....- Me apretó el culo.- Quiero que me lo hagas
como la primera vez.
La vida de Julieta cambia radicalmente cuando decide mudarse con sus hermanos mayores al pueblo de Ken. Nunca pensó que conocería a dos hombres muy distintos entre sí, pero con el mismo objetivo ELLA Fernando, alpha de la manada Luna Blanca, lleva muchos años buscando a su mate, pero nunca pensó que la encontraría en la universidad Javier, príncipe de los vampiros, está cansado de estar solo, por eso hace un viaje para encontrar a su alma gemela. ¿Qué pasará cuando Julieta descubra un nuevo mundo y dos seres enemigos que luchen por ella?
Antonella Gutierrez es una chica que se muda a Canadá porque su madre murió, y la anterior casa le trae malos recuerdos. En su nueva casa su padre tiene que ser madre y padre al mismo tiempo. Cosa que se le dificulta las cosas en su nuevo hogar. Antonella tiene que afrontar la situación que se le presenta a conocer a Fernando que es un chico lindo, romántico, superficial engreído y a León un chico amigable y simpático que será uno de sus mejores amigos o tal vez algo más. Estos dos se odian a muerte ya que ocultan un gran secreto. Ro es amiga de Antonella desde el primer día de escuela. Ella apoya en todo a Antonella y la ayudara a entender quien es el verdadero amor y quién es sólo amigo acompañeme a conocer esta historia.
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¿Por que el mundo se empeña en hacerme esto? Gimo de dolor y me hago pequeña en el piso. Papá grita una vez más antes de salir y cerrar de un puertazo. Y así comienza mi cumpleaños, con golpes del salvaje que llamó papá y unas palabras de aliento para quitarme la vida. .................................... -¡Arriba, puta!.- Golpe. Grito. Me retuerzo mientras me arrastra por el pequeño pasillo de la casa y tira con más dureza de mi pobre cabello. Me lleva hasta la cocina, donde comienza a poner todo de cabeza y trato de mirar que hace. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas y lloro con más fuerza. Definitivamente, ya no puedo vivir con esto. Ya no... -Haber si con esto aprendes -gruñe. Siento como tira con más fuerza y luego poco a poco siento el cabello más ligero. -¡NO! -grito y me retuerzo con más fuerza.- No. No. No. No. Mi cabello no... Grito y lloro mientras tusa mi cabello. Me quedo tirada en el piso mientras lloro y miro con dolor los cabellos largos color castaño. Mi padre sigue gritando y grita más fuerte cuando no ve cerveza en el refrigerador. Antes de que me pueda mover, estoy siendo, molida por golpe tras golpe tras golpe. ............................. -Buenos días -habla una voz fría. Frunzo el ceño. -¿Quien es? -pregunto bajo y miro al tipo que esta a un metro de mi. Da miedo. -Tu pase de salida. -¿Disculpa?.- ¿En verdad dijo eso? -Tengo un trato para ti -dice con el mismo tono de voz. Miro nerviosa a mi padre y veo que sonríe ampliamente. -¿Qué clase de trato? -Uno que te sacara del infierno del que vives. Pero tienes que hacer algo por mi.- Vale, me esta interesando esto. -No tengo muchas opciones ¿cierto? -Exacto. Entonces ¿que?... ¿Trato?.- Lo pienso y miro a mi padre. Zedd le entrega un maletín. Mi mejilla duele y me llevo de inmediato la mano a esa zona. No quiero seguir así. -Trato.- Acepto y la llamada se corta. Solo por salir de este infierno e aceptado algo que ni se de que se trata y ni con quien me estoy metiendo. Lo odie. Lo odie desde el momento en que lo vi parado en el altar esperando por mi vestido de traje y con sus fríos ojos recorriéndome por completo. -No tengo muchas opciones ¿cierto? -Exacto. Entonces ¿que?... ¿Trato? - Trato.
Solo basto una noche para que todo cambiara entre dos personas. Dayan jamás pensó en tener algo que ver con un mafioso Dayan y Ignacio les cambiara sus vidas por completo
Por algunas de las cosas de la vida, termine borracha en la fiesta de mi odioso vecino, pero eso no era lo peor....si no que desperté con el...si, lo sé, tuve sexo y ni me acuerdo como ni porque...pero se pone peor..porque al parecer a Allan le gustó, quería más, no se como, creo que porque no dejaba de molestarme con tener sexo e insistir......acepté ¿Les digo lo peor de todo esto? ¡ME GUSTO Y MUCHO! Creo que siento cosas por Allan, cosas que jamás imagine sentir por el, pero se que el jamás sentirá lo mismo que yo, jugué con fuego y me queme, termine enamorada del chico incorrecto
"Estaremos casados por sólo un mes. Después de eso, nos divorciaremos de inmediato". A pesar de que su bisabuelo había arreglado su matrimonio antes de nacimiento, él no creía que una mujer tan informal y movida como ella merecía ser su esposa. Poco sabían en aquel entonces que estaban destinados a estar juntos. Hiram, el CEO joven y apuesto que nunca sintió atracción por ninguna mujer, y Rachel, la belleza que de alguna manera traía mala suerte a todos los hombres con los que salía, se casaron, contra todo pronóstico. ¿Qué será de su vida de matrinomio?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
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Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
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