ncontraba reunido en una de las salas más elegantes de la mansión Bourth. La mesa de madera oscura, cuidadosamente pulida, estaba llena de papeles, mapas y co

ima oportunidad que podría ser clave para el futuro de su empresa: un terreno perfectame

esitamos asegurarnos de que las propiedades colindantes sean adquiridas -di

nteresado en los detalles y más en alguna broma interna, pero su tono se apagó cuando notó que la mirada de Enzo era más penetrante de lo habitual. Paolo y Mateo intercambiaron miradas, y

nder? -preguntó, con una ligera sonrisa mient

ondió con

os convencerlos de que este proyecto beneficiará a la comu

círculo necesitaba explicaciones adicionales; el asunto estaba cla

gmático, fue el pr

án monstruosas. Pero creo que deberíamos esperar hasta después del cumpleaños de En

cio no se cuestionaba. Todos sabían que la prudencia era esencial, y, en ese momento, nadi

cios, pero sin escapar de las expectativas que él tenía sobre ella. Aquella tarde, se encontraba con Rose, una joven de rizos oscuros y

l tono de voz tiene poder -dijo Amatista, mientras daba un ejemplo, haciendo una pequeña

usiasmo, lo que provocó que Amatista se riera suavemente. La ris

varios paquetes bajo el brazo. Su presencia era familiar para Amatista, quien siempre lo recibía con una sonrisa, sabien

h -dijo Roque, colocando los paquetes sobre una mesa cercana con u

zó a abrir los paquetes, una oleada de sorpresa y emoción la invadió. Dentro, encontró una serie de regalos cuidados hasta el más mínimo deta

rfecto evocaba elegancia. En el segundo, halló unos zapatos de tacón alto, diseñados a la perfección, con detalles en oro que complementaban el vestido. El siguiente paquete contenía un collar

encontró una carta. Su caligrafía, tan firme y

a para nuestro próximo encuentro. Prometo

s, no dejaba de sentir una profunda mezcla de gratitud y angustia. La ausencia de Enzo siempre se hací

su sorpresa. Sus ojos brillaron al ver los regalos, los cuales no solo par

a Amatista con una sonrisa incrédula-. ¡Este ho

n de su amiga, entendió que esos regalos significaban mucho más que simplemente lujo. Eran s

ad que reflejaba una mezcla de sentimientos-.

cerca que estaba de cumplirlas. Aunque los días pasaban entre negocios y decisiones frías