lmar todos sus pensamientos, los cuales giraban en torno a Rebecca Smith, quien en esos momentos tenía en sus manos su posesión más preciada y mejo
su bebé, lo único en lo que pensaba era en ella, en que quería volver a tenerla cerca, sentir su perfume así de intenso, tener sus labios apetitosos y carnosos cerca. No creía que si volvía a tenerla así de cerca otra vez iba a
pena, le gritó su mente y
ncaprichamiento. Uh-oh, Jack Avner se estaba obse
abía reaccionado a su cercanía, se había puesto nerviosa y expectante, durante unos segundos él pudo ver que ella n
rillo en los ojos de ella era que ah
so que ya estaba tibio. Bebió la deliciosa
contemplarlo. El motor, esa parte tan importante de un auto, era increíble y ella había visto muy buenos vehículos arreglados antes,
ero ahora lo había encontrado y estaba realmente sorprendida. Cada vez que le daba a ese magnífico motor trescientos caballos de f
mejores piezas para conseguir una potente combinación de fuerza y rendimiento
la batería, las luces, todo. Ella siempre disfrutaba de su trabajo, estar bajo un auto con las manos llenas de aceite la hacía sentirse plena
los filtros y también el aceite y tuvo que ajustar un poco
que algo vibraba en su bolsillo trasero. Claro, era su móvil porque alguien la llamaba. Rebuscó en sus bolsillos hasta que encontró el aparato del porte de su palma, ligero y brillante con
saludo a trav
tro lado de la
rir, mente de alcantarilla?... okey, okey, te digo -soltó rápidamente mientras Becca contenía la risa. Era algo típico de Sarah hacer esa broma cuando tenía que decirle algo. Para aumenta la ansiedad, fingía que podí
tiendo que el coraz
h
! -exigi
ju
dos semanas... acá
a Smith -dijo Sarah imi
ucho, mucho tiempo. ¡Iría a un concierto de su grupo preferido! Hacía ya un año del último
entradas, tú sabes que te devu
tengo en mi mano ya:
Me conoces tan bien -fingió un
- ¿Estás libre ya? Porque tenemos que planear bien cómo vamos a hacer para colarnos al camerino y secuestrar a