ir presa por homicidio. Sí, otra vez Rebecca Smith estaba furiosa, encolerizada, furibunda y con el instinto asesino a flor de piel. Ya se había desquitado con un modesto saco de boxeo que tenía en la habitación del departamento que usaba com
tes y esas cosas que ella adoraba tanto; pero hoy su amiga Becca había pasado una hora completa golpeando el saco de boxeo con fuerza bestial y luego había comenzado a lanzar dardos mu
que te calmes? -inq
na. Sarah era preciosa, su descendencia escocesa le daba un aire exótico a sus rasgos, además de su larga cabellera
entras exista ese estúp
? ¿Del tipo de la
a que ella competía en las carreras
que quiero matar -hizo el gesto
podrá ganarte la próxima vez -comentó Sarah mirá
on precisión de francotirador-. Ese desgraciado llegó hoy al taller y... ar
ólo que lo viste de nuevo, pero ¿qué t
pomposo como él que cree que puede conseguir todo lo que quiere
onde su amiga a quien tomó por los homb
le tomó varios minu
jo que si quería conocer a la banda tenía que... -en ese momento empezó a respirar con dificultad por la rabia- que... que tenía que salir con él ¿t
ck pero si él quería una cita con Becca después d
é le d
ongelaría antes que a
u respuesta. No, no y no, no daría su brazo
as mías? Incluso podría ser tu esposo y padre de tus hijos porque sabes que yo me caso con Ryan -Becca soltó
Rebecca- ¿acaso no
al contrario, la irritaba aún más. Por todos los motores, ¿ella saliendo con ese? Nooo, el mundo explotaría
co. Segundo, no entiendo cómo no estás dispue
n cuando lo consiguieran. Decían que estarían dispuestas a todo, desde saltar de un acantilado hasta
ue aún le dolía mucho. ¿Acaso no podía hacer un sacrificio por su amiga? ¡Y por ella misma! Después de todo, era sólo una cita lo que le había
nto como por la decisión que había tomado-