ta principal, cruzamos por el jardín; mis amigas iban platicando por el camino, per
ribir rápidamente el sueño que había tenido esa misma noche,
ueño del cua
arte inferior de mi hombro, no hice caso y comencé a escribir una M, cuando de pronto
a, tienes que v
ás y así darle un golpe a mi amiga, para que me dejara de molestar, pero ant
con el que había soñado esa misma noche!, era exactamente igual, y yo sab
yo no sabía por qué se estaba riendo, así que le cu
a nalgada al chico que está justo a tu lado
l muchacho, tratando de que no descubriera que yo estaba observando, pero fue en vano, me miró y me dedicó una sonrisa traviesa, que hizo
da por los años ya vividos, talla mediana, de cabello pelirrojo, cara redonda, ojos ver
os pantalones de mezclilla y una camisa negra, unos converse rojos, su cabello canela, se encontraba muy alborotado y sexy, era muy guapo, pero no tanto como el del otro joven que es idéntico a Dylan. El de
su cara hacia mí y me di cuenta de que efectivamente era él. La maestra Bell señal
scuela de Brasil porque me transfirieron a es
aestra y en seguida Alexander se c
nte a Dylan y este dio i
a lo miró, con una interrogativa en su cara, pero no preguntó nada más. Ella no suele ser tan curiosa como los verdader
se, por
e mí, me percaté de que huele tan delicioso, al igual que en mi sueño. Intenté ya no mirarlo y giré a ver
pasó,
e lo que t
no he pod
ojos de encima a Alexander -y me di la vu
cer rayones con mi pluma de color negro, no puse absolutamente nada de atención en
el timbre del cambio de clase ro
costillas y miré ha
arme? Ya tengo mis costil
e, no s
hacia afuera, donde estaban los árboles c
sueñes algo y en esa misma mañana veas a alguien que es idéntico a él. -Cuando terminó de hablar, mi mirada toda
obable que nos esté escuchando -le respondí. Nell no
ver una película y también para buscar el disfraz que podremo
eron que iban, pero dijeron que regresaran hasta el fin de semana, de todas maneras les hablaré,
ento lo que podemos hacer, pero por el momento nos vamos a tu casa a hacer
muy penetrante y era de la maestra Anntonieta que impartía la materia de matemáticas; nos hizo una señ
mi clase -pero como mi querida ami
llegado y ni nos dimos cue
de color rojo ardiente, contuvo un grito mordiéndose el labio inferior y nos hizo la señ
andado, aún ahogadas en risa, abrimos las puertas y subimos a la camioneta, coloqué las manos en el volante y respiré profundamente, tanto que pude oler
asar por favor el celular
jame lo
nción de Evanescence (es mi banda favorita, y siempre que escucho sus canciones, me hacen sentir placer por la vida y por vivirla), perdí la concentración por un instante, respiré hondo y tomé firmemente el volante para evitar que tuvié
pero esta no cedió; hasta que me di cuenta de que estaba puesto el seguro, lo quité, jalé la palanca y bajé de mi camioneta de un salto, riendo a car
en medio de la calle, apoyando mi cara entre mis manos y me sumí en un llanto silencioso. Cu
l ver que yo no reaccionaba de ninguna manera, me alzó del piso sujetándome por ambos brazos y me dio
ado hacer no era nada normal, o sea que me había levantado sin
da unos segundos, respiré hondo y me di cuenta de que en cualquier momento iba a comenzar a llover,
dida. Quería golpearla para que respondiera, pero no lo hice por temor a que me ll
radio, sonó una canción que no recuerdo su nombre, miré hacia donde segundos antes se encontraba ella y me di cuenta de que no estaba ahí, se había ido y yo ni me había dado cuenta de que había desaparecido.
imas empezaron a brotar de mis ojos sin poder
, inhalé aire profundamente para evitar sentir ese nudo en la garganta, pero solo empeoró. Comencé a correr como si alguien me estuviera persiguiendo y aun sabiendo que me iba a
o o voz alguna, ni siquiera podía respirar bien, me estab
adera vieja y humedad. Ha podrido. La habitación estaba muy oscura, así que no podía ver claramente. Busqué en mis bolsas y encontré
i putrefacta, lo abrí con mucho cuidado para que no rechinase, pero este crujió, lancé un juramento por lo bajo y salí de ahí sin cerrarlo. Cuando bajé el ú
pensé, pero no fue así, llegué a mi camioneta y subí, un poco agitada, las llaves estaban en la cerradura. "Me pregunto cómo llegó la camioneta ha
bía llegado a mi casa, apagué mi vehículo y antes de bajar miré al lado, donde aún estaban todas las cosas de Nell. En el ins
raba una ventana abierta
d me mataba, me resistí momentáneamente. Guardé mi celular en mi chal
espués de tu accidente, ya no te pude
ncantó la
mi celular, tratando de ocul