El dolor de un corazón roto llevo a una cenicienta a relacionarse con el jefe mas sanguinario de los Yakuza. Después de esa noche ella se acuesta con el repetidamente, pero el no tiene idea de que tiene relaciones sexuales con la servidumbre, cree que es el veneno que tomo hace unos dias.
"No encuentro la manera de definir que clase de persona soy, solo se que tengo una fijación nada sana con el hombre que reside en el hotel donde trabajo. "
Solo fue una vez, ahora no puedo dejar de visitar su habitación por las noches ...
Vivía en una zona muy pobre, mis padres hacen lo posible para que tenga una buena educación, trabajando sin cesar vendiendo Salmón en el puerto, y yo viviendo a costa de sus costillas sin elevar una buena nota desde el año anterior. Muchos dirían que es por qué no me importaba el esfuerzo que hacían mis padres para sacarme adelante, pero enrealidad la secundaria donde fuí enviada esta llena de niños ricos y superficiales. Imagínate llegar ahí siendo de clase baja, fuí el centro de atención desde que llegué, nunca habían visto a alguien como yo estudiando junto a ellos, además del conserje.Yo no tenía las mejores zapatos o marcas lujosas que lucir. Además de ser común, era hija de pescadores, nada mejor para ser el objeto de burlas.Digamos que por eso reprobé el año, por el bullyn que me hacían cada año desde que entré.Pero no todo era malo, en todo cuento de Cenicienta hay un príncipe, ¿No es así?, por así decirlo, un chico de apellido Mitsuda era el farol de mi vida. Él era el único que me trataba bien a pesar de que la mayoría me trataba como si apestara a pescado todo el tiempo, Mitsuda era el más rico de la escuela y, por lo tanto, el más popular, tenía los ojos marrones tan cálidos como el amanecer, y una sonrisa que podría derretir el corazón de cualquier chica.
Él era el único motivo por el que soportaba todo el bullying, para verlo cada día en el Salón 2A.Al principio creí que me trataba bien, por ser amable y buena persona, pero con el tiempo y con lo bien que nos llevábamos, empecé a creer qué... quizás, yo le gustaba.
Bueno, eso pensé hasta que, él me invitó a salir, y yo no podía estar más feliz. Era el chico de mis sueños, alto, guapo, rico, y de buen corazón , el deseo de cualquier Cenicienta...Pero en el momento en que nos encontramos en esa tienda de Ramen a la hora acordada, sus amigos de la escuela aparecieron y nos tomaron por sorpresa.Yo no sabía para donde meterme cuando empezaron a hacer burla sobre que estábamos enamorados, y se reían de Mitsuda por fijarse en mí.Le preguntaron aquella tarde en que sostenía un regalo en mis manos poe nuestra primera cita, si estábamos saliendo.Y ante mi mirada expectante, dijo que no...Que solo se trataba de una" Coincidencia "Yo no podía creerlo ese día, el chico que tanto me gustaba, se avergonzaba de mí...me sentía tan triste y enfadada al mismo tiempo que salí corriendo, dejándolo solo a él con sus amigos..
Llore toda una noche, tratando de distraerme con el celular, pero lo único que miraba en la pantalla era la foto de perfil de IG de Mitsuda, preguntándome si debía dejarlo de seguir o fingir que nada pasó.
Fue en eso que mi padre me llamó a la puerta, enojado por las notas bajas del boletín.Mis padres hablaron conmigo en la sala, dijeron que ya no podrían costear todos los gastos y que tendría que ponerme a trabajar."Ya tienes 18 de edad, los de esta zona trabajan desde los 15 años para ayudar a sus padres"Fue lo que dijeron, a mí no me molestó la idea de tener que trabajar, si con eso me distraía de pensar en el vergonzoso momento que pasé.Estaba de buena suerte, el hotel más caro de la ciudad buscaba personas que tengan cumplida la mayoría de edad en adelante para trabajar por un período de prueba en el servicio de limpieza.Esté hotel era Hashida, un gran edificio de 20 pisos, rodeado de rumores de que los Yakuza y otras bandas criminales se hospedaban ahí cuando venían de visita por el país.Cómo era lo esperado nadie solicitó trabajar ahí, me sorprendí al ser la única que me había presentado por el aviso en el periódico. Y por supuesto al ser la única me dieron mi periodo de prueba por 15.000 dólares el día, una gigantesca cifra que al verla en el contrato casi me hizo caer de espaldas."¡Con esto podré pagar mis estudios y seguramente la universidad!"Pensé alegremente ese día, tratando de ser optimista después de que me rompieron el corazón."Pronto podré mandar al diablo a Mitsuda y al resto de la escuela".Planeaba cambiarme de escuela tan pronto obtuviera el dinero.Pero en el mismo día en que entré a trabajar las molestas amigas de Mitsuda,"su club de fans", como le digo yo, me empezaron a molestar en la hora del almuerzo, queriendo saber por qué estaba con su chico favorito en el mismo lugar. Habían escuchado los rumores de los patanes de sus amigos de que nos había visto a solas, y ardían en celos.
"Deja de acosar a Mitsuda, es nunca se fijaría en alguien que vende pescado"."Sí, deja de seguirlo, ¿No piensas en lo mal que se debe sentir que el olor a pescado lo esté siguiendo a todas partes?"
- ¡No estaba siguiendo a nadie!, ¡El me invitó a salir!
Fue lo que dije, ese día en el tejado de la escuela con el bento, (Lonchera japonesa), entre mis piernas.
Respuesta que por supuesto las enfado aún más, me arrojaron mi almuerzo a la cara, dos pequeñas mojarras con arroz y huevos se deslizaron por todo mi cabello, mientras ellas reían."¡Deja de mentir!""¡Por qué Mitsuda saldría con alguien cómo tú!""¡Solo eres una miserable con olor a pescado!"
Sus palabras crueles dentro de todo tenían la razón, él jamás me aceptaría, comprendí que aunque sintiese algo por mí, siempre estaría avergonzado de aceptarlo. Lo único que me daba fuerzas es que...Pronto podría independizarme y cambiarme de escuela.
Mi horario de trabajo era diurno, y estaba tan devastada como si hubiese pasado una máquina aplanadora por encima de mí. Me sentía tan deprimida por lo que sucedió en la escuela en la mañana, pero justo ese día en el hotel, había una fiesta, y los tragos que se iban a servir pasaban por la cocina, la que se ocupaba de enseñarme mis deberes se emborrachó, solo quedaban 15 minutos para mi salida, decían que la bebida ayudaba acompañar las penas así que probé la botella abierta que está mujer dejo en la cocina.
No era de saber aguantar la bebida, únicamente bebía sake cuando nuestros padres festejaban el año nuevo. Basto unas cuantas copas para que mi cabeza quisiera reventar, cuando revise mi celular, mi horario terminó, sentía como el piso se movía, y mi vista se hacía borrosa, intenté despertar a mi supervisora para que me dijiese por dónde salir, pero no sé movía entonces le quité las llaves de su costado para abrirme la puerta, el resto de personal ya no estaba, y tuve que darme la tarea de buscar por dónde salir del inmenso hotel en que me encontraba, era tarde y tenía que regresar a casa.
No sé que puerta de servicio fue la que abrí, pero no era la que me llevaba afuera, en lugar de eso me llevo a un salón, y luego me subí a un ascensor tratando de que me llevase hasta el último piso, pero no podía ver los botones y terminé presionando otro, terminé en un pasillo alfombrado, sentía mucho calor y creí que me iba a desmayar, esa bebida tenía algo, sospeché que le habían metido una sustancia, en mi desesperación entré a una habitación al azar.
En una suite más grande que mi casa, tan cómoda y lujosa que tarde un para de minutos en llegar a la cama a rastras.
El calor arrasaba mi cuerpo, como una fiebre letal, si no me quitaba el uniforme sentía que moriría, pensé en ir a bañarme pero mi cuerpo no tenía fuerzas para caminar más, así que entre desnuda a las suaves y cómodas sábanas de seda de una hermosa y gigantesca cama.
No lo había percibido en ese entonces, pero justo a mí lado, estaba un hombre semi desnudo, o eso era lo que sentí cuando me topé con él.
Me asusté tanto que no pude gritar, y menos cuando vi sus enormes y destéllantes ojos oscuros iluminándose con la luz de la luna que entraba por los enormes ventanales de vidrio traslúcido a la derecha de la habitación.
El me tomó de la mandíbula y se aproximó a mí, a simple vista no parecía estar padeciendo lo mismo que yo, olía fuertemente a alcohol.
- Yuliana, si que eres una bastarda, cómo te atreves a hacerme esperar de más.
Dijo entre dientes con la mirada fruncida apretando mi mandíbula con fuerza, quería decirle que no era esa tal Yuliana, de la que hablaba, pero el pánico de apoderó de mí cuando recordé los rumores de que se hospedaban personas peligrosas en este lugar. Este tipo podría ser un matón.
Sabiendo eso, no me atreví a hablar, me paralice por completo y más cuando el se inclinó y me besó apasionado absorbiendo mi lengua con la suya, sin darme un segundo para respirar.
No sabía que sentir en ese momento, quizás fue la adrenalina o el hecho que estaba ebria, y no me disgustaba sentir el cuerpo bien trabajado de aquél sujeto; que me deje llevar, con el latido de mí corazón corriendo a mil por segundo, hasta que sentí su pelvis bajar a mí zona íntima, y en ese instante un gran dolor se hizo presente, mi virginidad fue arrebatada...
Por ése apuesto y desconocido hombre...
El dolor fue indescriptible, él notaba que algo no estaba bien, me lo hacía saber en cada momento" Estás muy estrecha hoy, ¿Ya no te gusto y es por eso que te secaste?", me reclamaba molesto.
No sé daba cuenta que mi interior era virgen y que mi cuerpo se estaba adaptando a su tamaño.
Arañe su espalda cuando el dolor empezó a ceder por otra de sensación más placentera le siguió, los gemidos de mi boca empezaron a salir con más profundidad.
- Eres tan cruel, pero aún así me vuelves loco.
Me habia confundido con alguien más, lo entendía, el creía que le estaba haciendo el amor a la mujer que ama.
Después de un interminable hora en el que amo mi cuerpo con intensidad, el se acostó al lado mío y se durmió abrazándome de costado sujetándome con fuerza a su pecho, asegurándose que no pudiese escapar de sus enormes y gigantescos brazos.
- No vuelvas a irte de ese modo, no sabes cuánto me haces falta cuando no estás....
" ¿ Irme?"
" ¿ Donde?"
" Si apenas y puedo moverme"
Pensé ofuscada entre los brazos de un desconocido, pero al menos sabía por lo que dijo, que la mujer a quién esperaba ya no estaba en el hotel por lo tanto no me descubriría con su hombre.
Recuerdo que aquel día, no dormí, además del insoportable dolor en mí entrepierna, ese hombre tenía un gran ronquido como si estuviera durmiendo al lado de un oso.
Por la mañana intenté mover sus brazos que me sujetaban con fuerza y cuando lo logré me escapé en cuánto el sol se posó en su enorme y gigantesca espalda.
Me dejó hipnotizada por unos segundos hasta que sentí como las aspiradoras del pasillo pasaron cerca de la puerta, la hora de la limpieza había llegado y yo tenía que irme para no levantar sospechas.
Me aseguré de no dejar nada, pero al haberme sobresaltado por la aspiradora chocando con la puerta, deje caer mí gafete y este se metió debajo de su cama.
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