Paola Alcaraz será atrapada en un matrimonio sin amor, sin sentido. Su esposo Armando nunca logro ganarse su corazón, solo se casó con él porque no tuvo otra, para mantener el poder sobre la empresa mientras terminaba la carrera, ahora que ha pasado el tiempo convenido, él se niega a darle el divorcio. Hará lo imposible porque ella se quede a su lado. Un día, todo cambió cuando se reencontró con Cristopher Montoya, el nuevo CEO de su empresa de inversiones Alcaraz. Cristopher fue el desliz de una noche, pero que no pudo olvidar, lo guapo, divertido, carismático e inteligente. Paola volvió a sentir esa atracción irresistible por él, pero también miedo por lo que Armando fuera capaz de hacerle. Cristopher Montoya no sé rendirá ante la resistencia de Paola, su jefa. Él sabía que ella es la mujer de su vida y que puede hacerla feliz. La persiguió con insistencia, con ternura, con pasión. La llenó de detalles, de halagos, de besos. La hace sentir cosas que nunca había sentido antes. Paola no pudo negar lo que siente por Cristopher. Por lo que se deja llevar por el amor y la pasión que le ofrecía volviéndolo su CEO que se volverá su Amante...
En un minuto todo puede cambiar, de la felicidad y alegría que compartía una familia,
se vuelve en tristeza, dolor y una tragedia. Un hombre iba al volante cantando junto a su familia.
Casi llegaban a su destino cuando en una pendiente sale un animal de la nada, el
hombre quiso frenar, pero estos no respondieron, intentando salvar a su familia, dio un volantazo, tan pronto que salió de la carretera, comenzó a dar varías, los tripulantes del auto salieron disparados en medio de gritos, tan pronto se detuvo él auto boca a arriba, el silencio reino en el lugar.
Una de las hijas del hombre no sabe por cuanto tiempo quedo inconsciente, poco a poco
comienza abrir los ojos mirando todo alrededor, sintió un dolor punzante en la cabeza, y pronto las imágenes del accidente llegaron como una avalancha.
Mira a todos lados buscando a su mamá, papá y su hermana, la que encuentra primero con
la vista es a su hermana que está a un lado de ella, aun inconsciente.
-Ivette hermanita- dice entre sollozos, pronto ella comienza abrir los ojos- Ivette ¿estás bien? - afirma con la cabeza, pero cuando intenta moverse suelta un grito de mucho dolor -¿Qué tienes?
-Me duele mucho la pierna Paola- dice, ella mira a donde está su pierna, hay mucha
sangre, hasta puede ver parte del hueso de su fémur. Paola se suelta del cinturón de seguridad, con mucho trabajo sale del auto por la ventanilla, cuidando que ningún de los vidrios se claven en su pierna o mano.
Cuando está fuera del auto, con la vista mira el lugar, notando a su mamá que quedo en medio de la maleza, enfoca su vista buscando a su papá que está más lejos de su mamá, el grito de dolor de Ivette la hace correr a donde esta. Con mucho trabajo abre la puerta del lado de su hermana, cuando intenta sacarla se encuentra que no puede, además de la fractura que tiene, su pierna esta prensada entre los retorcidos fierros del asiento delantero.
-Lo siento, no puedo hacer nada- busca entre sus ropas su celular, para llamar a emergencias y que una ambulancia llegara pronto para ayudarlos. Al sacarlo de su bolsa del pantalón se da cuenta que esta dañado por los golpes- ahora vengo, voy a ver cómo está nuestra mamá y papá.
Su hermana asiente, con mucho esfuerzo Paola camina hasta donde está su mamá que tiene los ojos cerrados.
-Mamá ¿estas bien? -le pregunta, esperando tener alguna respuesta de su parte, pero
no sucede, acaricia su mejilla como ella lo hacía siempre que iba a despertarlas, sin embargo, no había ninguna reacción -mamá, abre tus bellos
ojos, mamá, no por favor, no nos dejes -lleva su oído a su pecho queriendo escuchar su corazón, pero hay sonido alguno - no mamá, por favor abre tus ojos, no puedes dejarme.
La abraza, levanta la vista al cielo pidiendo que fuera un error, que su madre estuviera viva, sin embargo, ella seguía sin reaccionar y cada vez su cuerpo iba perdiendo su calor.
Mira a un lado notando el cuerpo de su papá que también había salido disparado del auto;
deja a su mamá y con dificultad se levanta del suelo, y camina a donde está, al ir llegando nota que su papá tiene los ojos abiertos, y eso le da la esperanza que siga con vida.
Cuando se acerca y se agacha mira que los ojos de su padre han perdido la luz que los caracterizaba, su corazón se hela temiendo lo que no quiere pensar, ni consentir, se agacha, hacer lo mismo que hizo con su mamá, comienza a llorar al darse cuenta que se encuentra con lo mismo, nada, no hay latidos.
-¡Papá! ¡papito! ¡papá! - grita una y otra vez, queriendo que también despertará y le dijera como siempre "Princesita todo va estar, vamos a estar juntos, mis dos princesas"
Siente como se le clava en su pecho un dolor que no la deja respirar, las lágrimas comienzan a caer por su rostro bañando el pecho inmóvil de su padre.
A lo lejos se comienza a escuchar las sirenas de la ambulancia, parecía que un alma bondadosa se había apiadado de ellos y había pedido ayuda, los ve como llegan, sacan una camilla, uno se dirige a su mamá y otro junto a ella donde está su
papá.
Los revisan sus signos vitales pero los paramédicos se miran entre si negando con la
cabeza, Paola con mucho dolor suelta un grito llamándolos a los dos, esperando
que todo fuera una terrible pesadilla.
-¡Mamá! ¡Papá! ¡por favor no nos dejen! - grita con mucho dolor, segundos después le da
un beso a cada uno en la mejilla, sin poder despedirse muy bien de ellos, por
el dolor que siente al saber que ya nunca los volverá a ver, ni mucho menos los
volverá a abrazar.
Los cubren con una manta blanca, los gritos de su hermana alertan a los paramédicos que
corren a su ayuda, notan que ella está prensada al asiento, y solicitan ayuda para poder liberarla y sacarla de auto.
Al llegar el equipo especializado no tardan mucho en liberar la pierna derecha de Ivette,
la sacan e inmovilizan su pierna, suben a la ambulancia y ella pide que llamen al brazo derecho de su padre, el hombre que siempre había visto como un
hermano.
Al llegar al hospital, y bajar de la ambulancia se encuentra con Armando Loredo, a quien su padre siempre le había tenido mucha confianza desde que él lo salvo de un asalto.
Ve como a su hermana la llevan al quirófano para operar su pierna que tiene fractura, a
ella le revisan los golpes que tiene en la cara y brazos. Desde que ha dejado el lugar del accidente no ha podido dejar de llorar solo embocando los bellos recuerdos de su familia, todos juntos celebrando los cumpleaños, las navidades y demás eventos de celebración, como el que haría ese fin de semana, por la
alegría que sentía su papá al saber que había ingresado a la misma universidad
donde el estudio.
Las horas pasan, le dan de alta pues los golpes que sufrió no eran de gravedad. Espera en la sala junto a Armando que no se ha despegado de lugar, también parece afectado con la noticia de la muerte de su padre, pues él también lo consideraba como su padre, por él ahora era el hombre que era.
En la noche aparece un doctor preguntando por los familiares de Ivette Alcaraz, de inmediato ella se levanta y acerca al doctor que comienza a explicarle el estado de salud de su hermana.
-Señorita Alcaraz su hermana sufrió una fractura expuesta de fémur, y una fractura no
expuesta en la tibia y en el peroné, ya se operó y ahora está en recuperación- suelta un suspiro de alivio al saber que ella está fuera de peligro.
-Que alegría ella va estar bien, ¿Doctor mi hermana volverá a bailar? - esa era su
gran pasión, el doctor niega con la cabeza.
-Eso aún no se lo aseguro, la fractura de la tibia y el peroné fue en varios fragmentos, y
temo que cuando se recupere su hermana, tendrá una secuela- frunce el ceño, no
podía creer lo que estaba viviendo en ese día.
-¿Qué secuela? - pregunta mirando al doctor.
-Posiblemente tenga que usar un equipo ortopédico toda su vida, lamento informar que
probablemente no tendrá la misma movilidad que antes- cierra los ojos sintiendo un gran dolor porque eso significa que ya no cumplirá su sueño de ser la mejor
bailarina de ballet en New York.
Al día siguiente llega Armando junto a su nana que ha sido como una segunda madre para
ellos, le lleva un vestido negro.
-Todo está listo Paola- escucha que dice Armando desde el día anterior él se ha encargado de todo- al medio día llegarán los restos de tus papas a las capillas jardines
de paz- lo escucha sin poder evitar soltar más lágrimas, sabe que será la última
vez que los vea, dentro de esas cajas dormidos.
-Antes quiero ir a ver a Ivette- dice, el asiente y la deja sola con su nana que la acompaña a la habitación donde se encuentra su hermana. Al entrar no contiene sus ganas de correr abrazarla, ahora solamente se tiene ellas dos.
-Quiero ir contigo- le dice cuando aún están abrazadas- quiero despedirme de ellos
-No puedes te acaban de operar- le dice separándose de ella- te prometo que cuando salgas lo primero que vamos hacer será ir a verlos y llevarles flores- pone su mano en su pecho- ellos siempre van estar en nuestros corazones- de nuevo se unen en un fuerte abrazo.
El funeral se lleva con total normalidad, varías personas se acercan a ella a darle sus condolencias, pero Paola no deja de ver las dos cajas donde descansan sus padres, que no debieron haber muerto así, llora por ellos durante todo el funeral, cuando todo termina se limpia las lágrimas debe asumir la responsabilidad de ser la hija mayor y tomar las riendas de la empresa de Inversiones Alcaraz, como su padre siempre había querido.
Anastasia sabía que su matrimonio era una farsa, una alianza entre dos familias poderosas que solo buscaban más poder. Ella no esperaba nada de su esposo, ni siquiera un poco de respeto. Pero cuando conoció a Luca, el hombre que iba a casarse con su cuñada, sintió algo que nunca había sentido antes: pasión, deseo, amor. Luca buscaba venganza, pero cuando la tuvo no podía con el deseo por Anastasia, ahora estaba dispuesto a todo por tenerla. Pero su relación era un peligro, una traición que podía desatar una guerra entre los Rizzuto y los Di Mauri, las dos familias más temidas de la mafia italiana. ¿Podrían escapar de sus destinos y vivir su amor sin miedo? ¿O tendrían que conformarse con un amor ilícito, escondido y prohibido?
Arantxa Olivares tenía todo lo que quería: una exitosa carrera como neurocirujana, un esposo que la adoraba y un futuro prometedor. Pero todo se derrumbó el día de su boda, cuando un disparo acabó con la vida del hombre que la rescató. Desde entonces, Arantxa vive atormentada por el miedo, sin saber quién está detrás de los constantes ataques que sufre. Su única esperanza es Leonardo Santamaría, el hombre que apareció como su salvador una noche, él resulta ser su antiguo amor de juventud. El mismo que la abandonó sin darle explicaciones. Leonardo Santamaría es un ex marine convertido en el dueño de una prestigiosa agencia de seguridad privada. Su trabajo es su pasión y su orgullo, y nunca ha fallado en ninguna misión. Pero hay algo que no puede olvidar: el amor que sintió por Arantxa Olivares, la mujer que le robó el corazón y que luego lo destrozó. No esperaba que ella le pidiera que se casara con él como condición para ofrecerle el trabajo de su guarda espaldas. ¿Podrán Arantxa y Leonardo superar el pasado y confiar de nuevo el uno en el otro? ¿Lograrán descubrir quién quiere matar a Arantxa y por qué? ¿Será este el comienzo de una nueva oportunidad para el amor?
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Se suponía que mi matrimonio con Mathias me haría la mujer más feliz del mundo. Aunque sabía que él no me amaba, pensé que se enamoraría de mí una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mí. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentía totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volví a abrir los ojos, sabía que el destino me había dado una segunda oportunidad. Yo todavía era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedí el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difícil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguí adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no quería que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no quería dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
Loraine era una esposa devota desde que se casó hace tres años. Sin embargo, a su esposo Marco no le importaba nada ella. Nada de lo que ella había hecho ablandó su corazón. Por fin, Loraine se cansó de todo esto. Ella le pidió el divorcio y lo dejó sin pensar. Los demás la miraron como si estuviera loca. "¿Has perdido la cabeza? ¿Por qué estás tan ansiosa por divorciarte?". "Es porque tengo que irme a casa para obtener una fortuna de mil millones de dólares. Además, él ya no me gusta", respondió Loraine con una sonrisa. Todos se rieron de ella; algunos pensaron que el divorcio la había afectado mentalmente. No fue hasta el día siguiente que se dieron cuenta de que no estaba mintiendo, porque una mujer fue declarada repentinamente la multimillonaria más joven del mundo, ¡y era Loraine! Marco se sorprendió mucho con esas peripecias. Cuando volvió a encontrarse con su exesposa, ella ya era una persona diferente. Un grupo de jóvenes guapos la rodearon y ella les sonrió a todos. Esta escena lastimó el corazón de Marco. Dejando a un lado su orgullo, trató de recuperarla. "Hola, mi amor. Veo que eres multimillonaria ahora. No deberías estar con idiotas que solo quieren tu dinero. ¿Tal vez podamos volver a estar juntos? También soy rico. Juntos, podemos construir un imperio fuerte. ¿Qué dices?". Loraine entrecerró los ojos hacia su exmarido, y sus labios se curvaron con disgusto.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
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