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NO UN POCO EMOCIONADO, PORQUE ESTOY CANSADO, DIGO THIAGO Y AGATHA. - Buenas noches guapos. - Hola, ámbar. Buenas noches. - Las recepcionistas del turno de noche en mi gimnasio me saludan cuando paso el torniquete de estudiantes. "¿Todavía hay espacio para la clase de spinning?" Lo hace si corres. - dice Agatha con humor Sonrío despidiéndola y lanzando un beso a Thiago. Con pasos largos y frmes, corrí por el piso reluciente de Bodytech, haciendo funcionar los amortiguadores de mis tenis. Por el precio que pagué por ellos, se suponía que tenían ruedas motrices o se parecían a los zapatos de Iron Man. Acercándome al enfriador de agua, agradezco a Dios que no haya nadie en el sofá junto a él, en el que me acabo de sentar con un suspiro. Estoy demasiado cansada para ir directamente a cambiarme de ropa al baño/vestuario, primero voy a respirar y comerme mi barra de proteínas, que después de hurgar en mi bolso encuentro. Poniéndome de pie para conseguir agua, saludo con la cabeza a alguien que me conoce y me saluda. No puedo hacer nada con la boca llena. No tengo la más mínima educación para estos bares. Este invento para el universo femenino. Sin azúcar, sin sodio, sin gluten y sin lactosa, y riquísimas, tienen permiso de mi nutricionista ya que no engordan. Tranquilo, si me como toda la caja tal vez... Como dice Carla (mi nutricionista) : "No es la calidad sino la cantidad lo que engorda". Tomo otro bocado generoso de la barra y termino de llenar mi botella de agua. Vuelvo al sofá y me tiro en él, incluso cerrando los ojos, disfrutando el hecho de que no estoy haciendo nada. Hoy el trabajo fue muy exigente, terminé sin almorzar y perdí totalmente el almuerzo y el descanso, pero aquí estoy frme y fuerte. Ni tanto. Incluso exhausto, vengo a hacer ejercicio todos los días. Incluso los días en que apenas tengo energía para respirar, vengo al gimnasio. De lunes a viernes, después de salir del trabajo, estoy aquí. Por gracia divina (y mi astucia) mi gimnasio está en el centro comercial donde también está mi colegio y la panadería donde trabajo. Mi auto tiene hasta un estacionamiento preferencial, lo gané porque mi padre movió los hilos para que el centro comercial no se hiciera millonario a costa de lo que yo pagaría por estacionamiento. Mierda. Sería mucho dinero. Al fnal terminaría teniendo que renunciar a mi coche o mis riñones. Suspiro y dejo que mis hombros caigan hacia adelante y muevo mis pies ligeramente para que nadie sospeche (aunque es cierto) que me estoy quedando dormida sentada. "Lo sé, pero no voy a obedecer las órdenes de nadie. - Una voz deliciosa habla cerca de mí. Me convierto en una estatua, solo escuchándolo hablar. No creo que sea feliz. - ¡El llega! No quiero hablar más de eso, papá. Voy a apagar. ¡Tengo más cosas que hacer! Hace una pausa larga. "Estoy en el trabajo. Te llamo más tarde. Me entran ganas de reír. ¿Estoy en el trabajo? Aparentemente se toma el gimnasio en serio al igual que yo. O es uno de los profesores. Curiosa, no puedo evitar abrir los ojos, pero manteniendo la cabeza baja. Veo una sombra larga, piernas y brazos largos. Levanto la cara junto con la postura de mi cuerpo y me alegro de estar sentada o me caería de culo al suelo. Oh mi. Brazos altos, grandes, largos y musculosos. La camiseta holgada no oculta lo evidente, su espectacular six pack que mis ojos ya han visto. Manos enormes , dedos largos y hasta las venas de sus manos de hacer ejercicio están abultadas, al igual que las de sus brazos, tiene un tatuaje en la parte inferior de su antebrazo derecho. Sus piernas son largas y peludas, porque lleva pantalones cortos. Él es fabuloso. Y lo que cierra este hombre caliente frente a mí con una llave dorada es que el dios es oscuro. De piel morena por naturaleza y besada por el sol, creo que a menudo, porque la marquita debajo del reloj demuestra que le gusta ir a la playa oa una buena piscina. No parece que le gusten las tonterías. Ostentación, riqueza, belleza y poder es lo que destila. Inquieta, me pongo de pie y trato de no mirarlo. Jadeo por aire y lo dejo salir lentamente. Demonios, creo que estoy teniendo un pequeño ataque interno. Mis saltitos y gritos inconscientes son señales de advertencia a los dioses del atractivo sexual en todo este hombre. Perra que dio a luz. Lo había visto por el gimnasio antes, pasándome rápido y otros no tan rápido. Y para decirte la verdad, no soy solo yo quien lo desea. Él también me mira.