El destino es el camino mas traicionero de todos, te lleva a dónde quieres ir pero a través de los senderos más peligrosos. Elizabeth es una mujer independiente, ambiciosa, tanto que para cumplir sus metas tuvo que dejar ir muchas cosas, entre esas, su primer amor. Cuando su vida se encuentra en el mejor de los momentos gracias al reconocimiento recibido por su trabajo y a una relación amorosa estable, todo se tambalea cuando un suceso pone en riesgo su vida y, por cuestiones del indomable destino, vuelve a estar frente al hombre que tanto amó en el pasado. Ahora, Elizabeth tiene que replantearse qué quiere realmente en su vida y, sobre todo, con quién quiere compartir su vida.
El destino es el camino mas traicionero de todos, te lleva a dónde quieres ir, te lleva a dónde perteneces, pero lo hace a través de los senderos más peligrosos. Y esta mañana cuando abrí los ojos, no lo recordaba.
La alarma sonó a las seis y media de la mañana, tan eficiente como siempre. Después de gruñir un par de veces, no tuve más remedio que abandonar la cama. Mientras yo tomaba una ducha matutina, Dylan aprovechó de revisar sus correos eléctricos pendientes y mientras él se duchaba, yo bajé para hacer café. Mientras la cafetera hacia su magia, repasé mentalmente mi itinerario del día.
En primer lugar debía comprar con carácter de urgencia un nuevo teléfono celular, teniendo en cuenta que mi anterior equipo acabó convertido en chatarra; después debería ir a la oficina de la agencia telefónica para intentar recuperar mi número. Y por último, pero no menos importante, debo buscar comunicarme con mi jefe para retomar mi trabajo cuanto antes.
Sirvo una taza de café, la primera de muchas que me esperan en el día, para empezar a preparar el desayuno. Saco de la despensa una mochila de pan, para tostar algunos mientras saco de la nevera lo necesario para preparar un omelette. Cuando casi todo está listo, Dylan entra a la cocina luciendo radiante. Va vestido con una camisa blanca, con las mangas dobladas al codo y un pantalón de lino negro; parece un galán de cine clásico. Su cabello cobrizo, aún húmedo y perfectamente peinado, se ve un poco más oscuro lo que hace resaltar el gris de sus ojos. Yo sonrío con amplitud cuando lo veo atravesar el umbral de la puerta; lo recibo con un beso en los labios y una taza de café.
-Veo que estás mejor- Me dice sonriente, mientras acepta mi taza de café.
-Cocinar me hace bien- Admito -Y definitivamente el mantenerme alejada de las noticias también.
Dylan toma asiento en uno de los bancos de metal que están frente a la isla de la cocina y le da un sorbo al café.
-Es nornal que los medios especulen, Elizabeth- Deja nuevamente la taza sobre la isla -Todo el mundo tiene una versión de cada hecho, la versión que les interesa. Tú lanzaste tu ensayo, a algunos les encantó y otros simplemente te critican en internet; con el incidente de ayer pasa exactamente lo mismo, algunos creerán que fue tu culpa y otros no. Tienes que estar preparada para todo.
Aprieto mis labios formando una línea recta y asiento una vez, antes de tomar un sorbo de café. Dije que a partir de hoy vería las cosas con perspectivas diferentes y es justo lo que voy a hacer.
-Tienes razón, Dylan. Sencillamente me molesté que hicieran ver que yo era el problema.
Dejo sobre la isla dos platos de comida, Dylan me agradece con un gesto y yo me dispongo a sentarme frente a él.
-Buen provecho - Digo tomando una rebanada de pan tostado -Por eso quiero hablar con mi jefe, William debe estar preocupado y sobre todo en ascuas; necesito recuperar mi número, llamarlo y explicarle cómo exactamente están las cosas- Doy una mordida al pan y después de tragar digo -¿Hablaste con tu papá?
-Hablé con Dominic. Estaba impactado cuando vio la noticia. De hecho, fue él quien me sugirió lo de tener custodios a partir de ahora.
Yo dejo de masticar cuando las palabras de Dylan caen sobre mi como un balde de agua fría «¿por qué Dominic Platt tiene que decir lo que es bueno o no para nosotros?» Dejo el pan sobre la mesa, limpio mis manos para tomar la taza de café.
-¿Desde cuándo ese señor tiene el derecho de decidir algo para nosotros? Es tu jefe, no el mío.
-No seas mala agradecida, Elizabeth. Lo hace porque se preocupa por nosotros. El hecho de que tú te opongas a tener un guardaespaldas, no significa que no sea lo que necesitamos. Hace dos días, nuestras vidas corrieron peligro, necesitamos protección - Su nariz se ensancha mientras habla, mostrándose irritado de tener que decir lo mismo por enésima vez.
-Bueno, perdón. Al menos sabes que la idea de tener un guardaespaldas es algo que no me tiene para nada contenta- Después de masticar un bocado, agrego: -Y cuéntame ¿desde cuándo conoces a este amigo tuyo?
-Estudiamos juntos en primaria- Aclara después de tomar un sorbo de café -Después yo me fui a estudiar a Europa y perdimos contacto. Sin embargo, hace unas semanas, un amigo en común me habló de él y me dijo que se enteró que había inaugurado una agencia de seguridad. Así que cuando Dominic sugirió la idea, pensé en él.
Mientras soy una probada a mi omelette, escucho el celular de Dylan sonar. Este deja los cubiertos a un lado del plato y lo toma de su bolsillo.
-Cuando las cosas son ciertas, es él quien está llamando - Dice apuntando al celular.
Yo frunzo mis labios para oprimir un par de palabras no deseadas respecto al tema y sólo dejó que Dylan se aleje mientras atiende la llamada.
-¿Y bien? Te llamó para decirte que no viene, que no pudo salir de Nueva York ¿verdad?- Digo con un entusiasmo impostado.
-No, mi amor. De hecho me llamó para que le enviara la dirección, está en camino.
Pongo mis ojos en blanco y suelto un bufido cuando mi deseo se esfuma en el aire.
Después de desayunar, busco en línea modelos de teléfonos celulares, finalmente me decido por comprar uno igual al que perdí.
Más tarde, mientras estoy repasando unos audios que grabé de unas entrevistas que hice la semana pasada, escucho que Dylan llama a la puerta de la habitación.
-¿Sí?- Digo mientras retiro los auriculares.
-Ven, cariño. Augustus ya llegó, vamos para que lo conozcas.
«Augustus»
Cuando escucho ese nombre, todo a mi alrededor se desvanece, no puede ser tanta coincidencia. Tomo una bocanada de aire, asiento y me pongo de pie. Bajo en silencio junto a Dylan, cuando estoy en medio de las escaleras que conducen al recibidor, me doy cuenta que, en efecto, no es coincidencia, es casualidad.
Augustus, el mejor amigo de mi novio y el hombre que va a convertirse en mi sombra es, nada más y nada menos, que mi primer amor.
Adamaris Campabell, sufre un accidente automovilístico, dónde su estado mental debido al golpe en la cabeza, pasa a ser el de una niña, aunque es consciente de algunas cosas, sus incoherencias avergüenzan a la familia Campabell, en especial a su padre. Quién ocultó aquella tragedia para que la empresa y la familia no se viera afectada siendo ella la heredera de la gran fortuna que dejó su difunta madre. La traición azota el corazón de Adamaris, quien al recuperar su estado mental se percata de los más vil, su hermana y ex prometido tiene un romance que ha sido aceptado por su propio padre, solamente por él beneficio social entre familias. Humillación, enojo y venganza, sentimientos que se despiertan en el corazón de la hermosa e inteligente Ada, por aquel falso amor de su prometido, por la cruel envidia de su hermana. Adamaris aprovecha la oportunidad que le ofrece la vida, cuando el destino coloca en su camino al hombre multimillonario y cruel que necesita una esposa que le dé un heredero. Adams Grey es prepotente, pero cauteloso en cada paso que da y Adamaris fue su ficha clave para contraer matrimonio y así, no permitir que su tío y primo tomarán posesión de la industria METALGREY. La cual deja grandes sumas de dinero y ha incrementado, gracias a él. Adamaris Campabell y Adams Grey se unieron por beneficio, él juró ayudarla a vengarse de los que le hicieron daño y ella, darle un heredero. Sin embargo el fingir amor complica la situación, el caos se desencadena cuando los que los rodean no quieren perder y aquel beneficio matrimonial se torna confuso y más para Adamaris. Su ex infiel la quiere recuperar ¿Será que Ada lo perdonará? ¿O Adams Grey se robó el corazón de Ada?
Rhonda era una chica que amaba demaisado. Después de que su novio de varios años perdiera su trabajo, ella no dudó en apoyarlo económicamente. Incluso lo mimó, para que no se sintiera deprimido. ¿Y qué hizo él para devolverle el favor? ¡Engañó a Rhonda con su mejor amiga! Ella estaba tan devastada. Para hacer que su ex infiel pague, aprovechó la oportunidad para casarse con un hombre que nunca ha conocido. Eliam, su esposo, era un hombre tradicional. Él le dijo que él sería responsable de todas las facturas de la casa y que ella no tendría que preocuparse por nada. Rhonda se rio de él y concluyó que era uno de esos hombres a los que les gusta presumir de su habilidad. Pensó que su vida de casada sería un infierno. Al contrario, Eliam resultó ser un esposo cariñoso, comprensivo y hasta un poco pegajoso. Él la animó a ascender en la escala profesional. Además, la ayudaba con las tareas del hogar y le daba carta blanca para decorar su hogar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a apoyarse mutuamente como un verdadero equipo. Eliam sabía cómo resolver los problemas de la vida. Nunca dejaba de acudir en ayuda de Rhonda cada vez que ella estaba en un aprieto. A primera vista, parecía un hombre común, por lo que Rhonda no pudo evitar preguntarle cómo podía poseer tantos conocimientos acerca de diferentes áreas. Pero Eliam siempre ha logrado esquivar esta pregunta. En un abrir y cerrar de ojos, Rhonda alcanzó la cima de su carrera gracias a la ayuda de su esposo. La vida les iba bien hasta que un día, Rhonda encontró una revista de negocios global. ¡El hombre de la portada se parecía exactamente a su marido! ¡Qué significaba eso! ¿Eran gemelos? ¿O le estaba ocultando un gran secreto todo este tiempo?
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
El prometido de Lindsey era el diablo encarnado. Él la engañó con su madrastra, y no solo eso, era tan desvergonzado que quería quitarle los bienes de su familia. Incluso la drogó, con la intención de entregársela a otro hombre. Incapaz de soportarlo más, Lindsey decidió buscar un hombre para colarse en su fiesta de compromiso y humillar a este tramposo. Sin embargo, nunca imaginó que pronto conocería a un extraño increíblemente atractivo que cumplía con sus requisitos. En la fiesta de compromiso, declaró audazmente que ella era su chica. Al principio, Lindsey pensó que él era simplemente un tipo pobre que quería aprovecharse de ella. Pero desde que conoció a este hombre, se dio cuenta de que la suerte siempre estuvo de su lado. Ella pensó que terminarían después de la fiesta de compromiso, pero el hombre le dijo con seriedad. "Tenemos que estar juntos, Lindsey. Recuerda, ahora soy tu prometido". "Domenic, ¿estás conmigo por mi dinero?", preguntó Lindsey, entrecerrando los ojos. Domenic se sorprendió por lo que escuchó. Como heredero de la familia Walsh y CEO de Grupo Vigor, ¿por qué codiciaba su dinero? ¡Lo que menos necesitaba era dinero, ya que controlaba la economía de la ciudad! Con el paso del tiempo, la relación entre ambos se hizo cada vez más estrecha. Un día, Lindsey finalmente descubrió que Domenic era en realidad el extraño con el que tuvo una aventura hace unos meses. ¿Este descubrimiento cambiaría su relación? ¿Sería mejor o peor?