Lady Jayne William estaba decidida a entregarse y a casarse con el amor de su vida, pero Lord Christian Evans, Marqués de Winchester, no tenÃa los mismos planes, asà que sin más la rechazó haciendo que sus padres la repudiaran y exiliaran al campo. Después de cinco años, Jayne decide retornar a Londres, reencontrándose con el hombre que más habÃa amado comprometido con otra dama. Sin pensarlo y resignada a vivir en la infelicidad, acepta casarse con un Conde que no tiene la mejor reputación para tratar a las damas, pensando que asÃ, podrÃa al menos tener una familia. ¿Pero podrá Jayne perdonarlo cuando sepa los verdaderos motivos de su rechazo años atrás? ¿O, qué pasará cuando Christian sepa que se casará? Y no con un conde cualquiera, sino, con el padre de su prometida.
Inglaterra, 1818
Cinco años atrás...
La residencia de los duques de Devonshire estaba hecha un caos, los sirvientes no sabÃan dónde esconderse de la furia de los duques, en ese momento no querÃan saber cómo era estar en el lugar de su hija menor, Jayne William.
-¡Eres una deshonra para esta familia! ¡¿Cómo pudiste hacernos esto Jayne?! - gritó Caleb William, duque de Devonshire y padre de Jayne - Pensé que serÃas una buena hija, que nos llenarÃas de orgullo, pero resultaste ser todo lo contrario. Te advertà que te alejaras de él.
-Lo siento papá, no pensé que esto fuera a pasar... - Jayne lloraba arrodillada en el suelo, miró a su madre suplicándole que la salvara, pero solo recibió su rechazo -... Pero... él... Christian no dejará esto asÃ, él se casará conmigo, me lo prometió.
-¡Más te vale, Jayne, más te vale! ¡Porque estás completamente arruinada para cualquier otro hombre! - Volvió a gritar su padre - Y de lo contrario, ya sabes lo que te espera, y no cuentes con nosotros para subsistir. Por mucho que odie que lord Christian Evans entre a nuestra familia, tengo que aceptar ese hecho, ¿cómo pudiste Jayne?
Jayne al escuchar las palabras de su padre no pudo evitar sentir miedo, si Christian no aceptaba casarse con ella estarÃa perdida, sus padres la desampararÃan y ella no tendrÃa oportunidad de nada más en la vida. Pero eso no pasarÃa, estaba segura de que Christian se casarÃa con ella, él se lo habÃa prometido, le habÃa jurado amor más de una vez, él la querÃa, asà que ese miedo no tendrÃa que estar en su cuerpo.
-Él... él si me aceptará como su esposa, Christian me ama - dijo ella ilusionada levantándose del suelo, aún estaba en camisón de dormir cuando sus padres fueron a su habitación buscando una explicación para el escándalo con el que Londres se habÃa levantado esa mañana.
-Él nos confirmará tus palabras en cuanto llegue, debe de venir en camino, lo he manado a llamar urgentemente - dijo Caleb dándole la espalda a su hija -. Te espero en mi despacho.
Y sin más salió de la habitación de Jayne dejándola sola con su madre.
-¡Mamá, por favor perdóname! Te juro que no querÃa que esto pasara - trató de acercarse a su madre, pero fue rechazada nuevamente -. Mamá...
-Pensé de todo menos esto, Jayne, me has decepcionado, y reza para que ese joven acépate casarse contigo y sea una boda rápida antes de que parte de la sociedad empiece a darte la espalda a ti o a toda nuestra familia -masculló Juliet, su madre.
-Estoy segura de que sà nos casaremos - dijo Jayne muy segura de sus palabras.
-Permiso, el duque requiere la presencia de ambas en su despacho - dijo la Sra. Joss, ama de llaves de la residencia.
Rápidamente, las dos salieron hacia el despacho de Caleb. Jayne aún estaba en camisón, pero asà mismo se presentarÃa frente a su padre. Al llegar, Jayne vio a Christian, sonrió y no pudo evitar ir con él y abrazarlo.
-¡Christian, mi amor! - gritó ella - Dile a mis padres que nos amamos y que me convertirás en tu esposa.
-Jayne... - poco a poco fue apartándola mirándola seriamente, luego miró a los padres de Jayne quienes esperaban la confirmación de las palabras de su hija-... Yo... lo siento...
-¿Qué? ¿Por qué mi amor? No fue culpa tuya que todos acabaran sabiéndolo - Indicó Jayne queriendo acercarse nuevamente, pero Christian la detuvo -. ¿Qué pasa Christian?
-¿Puedo hablar con Jayne en privado? - preguntó Christian.
-Ya que más da que te dejemos sola con un hombre, y más cuando fue el mismo que te arruinó - expresó Caleb saliendo del despacho junto a su esposa.
-Christian lo siento, no sé cómo esto llegó a oÃdos de todo Londres, pero...
-Era de esperar, ¿no?
-¿Qué quieres decir, Christian?
-No deberÃas escaparte en mitad de la noche para visitar a hombres solteros. Eso no es lo que hacen las damas respetables como tú.
-¡¿Qué?! Christian tú... prometiste que te casarÃas conmigo, juraste que me amabas.
-Pensé que eras más inteligente, Jayne. Son solo palabras - dijo Christian clavándole un puñal en el pecho con sus palabras -. Nos divertimos un rato y ya está.
-¿Ya está? Me arruinaste Christian... - susurró ella cayendo al suelo, derrumbada por dentro, sentÃa como se rompÃa su alma, habÃa creÃdo en él.
-Más bien te hice un favor, al menos conociste lo que es estar con un hombre, porque siendo sincero, ¿quién querrÃa casarse contigo?
-Basta...
-Realmente siento que esto acabara asà - dijo él mirándola desde arriba.
-Nunca te lo voy a perdonar, Christian Evans, te lo juro - dijo Jayne derramando más lágrimas, lo miró por última vez antes de salir del despacho, pero fue peor, porque sus padres esperaban afuera, al verla en ese estado no fue difÃcil saber lo que pasó.
En ese mismo instante salió Christian, los padres de Jayne lo miraron con odio y rencor.
-No puedo casarme con Jayne. Lo siento. - Indicó Christian.
-SabÃa que no serÃas tan hombre para afrontar tus responsabilidades, ahora quién pagará el error de ambos será ella - expresó Caleb señalando a su hija -. PodrÃa obligarte a casarte con Jayne, pero no me arriesgaré a tener un hombre como tú en mi familia, prefiero enviar a mi hija al campo que entregártela a ti.
-¡No puede exiliarla al campo! - apuntó Christian frunciendo el ceño, casi gritándole a Caleb.
-Claro que puedo, soy su padre, además, ¿qué quieres? ¿Qué la deje aquà para que sea aún más humillada? - Concretó Caleb - ¿Este es el hombre que te juró amor, Jayne? Aquà está, queriendo aún más humillación para ti.
Jayne solo lloraba en silencio, ida del mundo, no querÃa seguir viviendo, no asÃ, no después de todo lo que Christian le habÃa dicho.
-Lo mejor es que se vaya - Opinó Juliet a Christian, quien asintió, miró por última vez a Jayne antes de dar la espalda e irse.
-Ya sabes lo que tienes que hacer Jayne, hoy mismo te irás de esta casa - Jayne al escuchar a su padre lo miró, pero ya nada le importaba.
-Primero tengo que hablar con Logan y Leo, de seguro querrán retar a Christian a duelo y no quiero que arriesguen su vida por mà - dijo Jayne casi en un susurro.
Después de hablar con sus hermanos y tranquilizarlos para luego convencerlos de no hacer una locura, Jayne entró en el carruaje que la llevarÃa a Green Hills, donde está la residencia de campo de sus padres, por lo menos le permitieron quedarse ahÃ, pero no recibirÃa ninguna ayuda económica, pero sus hermanos no la dejaron desamparada, antes de irse le dieron una gran suma de dinero y le prometieron que mensualmente le llagarÃa una cantidad bastante aceptable para que pueda vivir cómodamente.
Nunca pensó que su vida terminarÃa asÃ, no sin antes haberla vivido, sin haber cumplido su sueño de tener una familia, querÃa hijos... pero ahora tenÃa que olvidarse de ese estúpido sueño. Ahora veÃa la vida de otra manera, la veÃa como realmente era: Cruel.
Para terminar la guerra entre Escocia e Inglaterra los clanes más fuertes de las tierras altas deciden unir fuerzas, para esto el Laird del clan McAllen envÃa a sus dos hijas para que Duncan, hijo del Laird Blair escoja a su futura esposa. Maisie McAllen no se considera candidata para ser la esposa del futuro Laird del clan Blair. Una, por la horrible cicatriz que le rodea el brazo izquierdo y parte de su espalda. Y dos, porque no desea casarse con alguien que no la ama. Duncan Blair, no quiere casarse, pero sabe que debe poner a su clan por encima de todo. Cuando conoce a las hermanas McAllen, sabe que escogerá a la dulce Valoree, porque ver a Maisie y su horrible cicatriz no le provocan nada más que asco, además de que su carácter intratable y rebelde lo sacan de sus casillas. Pero cuando ella hace frente a un inesperado peligro a su lado, Maisie demuestra a Duncan que su corazón es tan fiero como vivo es su cabello... y que sucumbir a tal pasión serÃa el mismo paraÃso.
Lady Liviana Johnson, hija del Conde de Hamilton lleva enamorada de Lord Marcus Livingston, Duque de Agnes, desde que tenÃa quince años. Luego de la presentación en sociedad de Liviana en su primera temporada, da lugar a un acontecimiento comprometedor con Lord Marcus y es obligada a casarse, que más que ser una obligación es un sueño, al menos para la joven Liviana, ya que para el duque es todo lo contrario, ve en ella a una jovencita gorda y sin gracia e incapaz de desarrollar otro sentimiento que no sea asco e ira por llevarlo al matrimonio tan pronto y más cuando estaba interesado en otra dama. Pero, ¿qué pasará cuando el duque necesite de su esposa para concebir un heredero? ¿Qué hará cuando vea que en lugar de esa jovencita gorda y sin gracia que alejó de él, esté frente a frente con una mujer capaz de hacerlo perder la cordura?
Rashid es un hombre adinerado que pensaba tenerlo todo y conseguir lo que fuera sin ningún problema. Hasta que un dÃa la conoció, Victoria, una chica diferente, tan decidida y llena de peculiaridades. Él habÃa comprado su virginidad y le habÃa propuesto que fuera la madre de su hijo, ella habÃa aceptado, sin saber que esa decisión cambiarÃa su vida para siempre. ¿Podrá Victoria seguir el contrato al pie de la letra sin enamorarse? ¿Logrará Rashid seguir a su lado sin entregar el corazón y la emoción, aunque no crea en el amor?
Después de haber sido obligada a casarse con un hombre que aborrece, del cual escapa, con la ayuda de su abuelo. Tiene una loca experiencia de una noche con un desconocido que le dejará un bello e inesperado regalo. Lo cual hará que se vea obligada a crecer y mirar la vida de otro modo. Es contratada como asistente del apuesto CEO, que le pide el favor de que lo ayude por la falta de memoria que padece debido a un aparatoso accidente que tuvo, que lo dejó en coma un año y sin memoria de su vida al despertar. Sus vidas se verán envueltas de una manera que ninguno de los dos podÃa imaginar cuando se embarcaron en un Matrimonio por contrato.
"El amor te encuentra en los lugares más extraños". El matrimonio no estaba en la agenda de Marcus. Disfrutaba de la vida como el soltero más codiciado hasta que su familia comenzó a presionarlo. Después de un tiempo, no tuvo más remedio que casarse con una mujer que ni siquiera conocÃa. Su amigo bromeó: "¡Eres un cabrón con suerte! Tu esposa debe ser hermosa". Cuando Marcus pensó en la mujer que dormÃa con una máscara en su cama, le hirvió la sangre. ¿Su esposa era hermosa? ¡Bah! "Será mejor que pares. ¡Una palabra más y la haré tuya!", él maldijo. Marcus pensó que iba a ser un hombre casado miserable. Sin embargo, se llevó una sorpresa cuando su vida matrimonial resultó ser exactamente lo contrario. La curiosidad mató a quienes lo rodeaban después de un tiempo. Su amigo volvió a preguntar: "Sé que no te gusta hablar de tu esposa. Pero, ¿puedes describirme cómo es exactamente? ¿Por qué siempre lleva una máscara?". Esta vez, los labios de Marcus se curvaron en una sonrisa. "Mi amada es hermosa y adorable. Baja la mirada cada vez que la veas. Si te pillo mirándola, te haré quedar ciego". Todos se quedaron boquiabiertos cuando escucharon eso. Lo miraron como si estuviera loco. Un dÃa, la esposa de Marcus de repente hizo su maleta y declaró: "Ya no puedo hacer esto. Ya tuve suficiente de tu humillación. ¡Por favor, dame el divorcio!". Esas palabras golpearon a Marcus como un rayo inesperado. Cuando vio que ella hablaba muy en serio, la abrazó con ambas manos y le suplicó: "Cariño, por favor no me dejes. Prometo tratarte mejor. Si quieres, puedo darte el mundo entero. ¡Quédate conmigo!". Y asà comenzó una nueva etapa para la pareja.
En las sombras de la noche, en Caldwell (Nueva York), se desarrolla una sorda y cruel guerra entre los vampiros y sus verdugos. Y existe una hermandad secreta de seis vampiros guerreros, los defensores de toda su raza. Ninguno de ellos desea aniquilar a sus enemigos con tanta ansia como Wrath, el campeón de la Hermandad de la Daga Negra… Wrath, el vampiro de raza más pura de los que aún pueblan la tierra, tiene una deuda pendiente con los que, hace siglos, mataron a sus padres. Cuando cae muerto uno de sus más fieles guerreros, dejando huérfana a una muchacha mestiza, ignorante de su herencia y su destino, no le queda más remedio que arrastrar a la bella joven al mundo de los no-muertos. Traicionada por la debilidad de su cuerpo, Beth Randall se ve impotente para resistir los avances de ese desconocido, increÃblemente atractivo, que la visita cada noche, envuelto en las sombras. Sus historias sobre la Hermandad la aterran y la fascinan… y su simple roce hace que salte la chispa de un fuego que puede acabar consumiéndoles a los dos.
Para el público, ella era la secretaria del CEO. A puerta cerrada, era la esposa que él nunca reconocÃa oficialmente. Jenessa estaba eufórica cuando se enteró de que estaba embarazada. Pero su alegrÃa se vio reemplazada por el temor cuando su marido, Ryan, se reunió con su primer amor. Con el corazón encogido, decidió dejarlo libre y marcharse. Cuando volvieron a encontrarse, Ryan se fijó en el vientre prominente de Jenessa. "¿Quién es el padre del niño?", le preguntó. Pero ella se limitó a burlarse. "¡No es asunto tuyo, mi querido exmarido!".
¿Quién les iba a decir que aquel encuentro por pura casualidad los unirÃa de por vida? Desde el primer momento en el que se vieron, sintieron una atracción tan fuerte que no pudieron evitar darle riendas sueltas a la pasión. Él, un hombre de 40 años que intenta divorsiarse de su esposa de hace 20 años y con un hijo con problemas de adicciones. Ella, una joven de 27 años que intenta encontrar amor propio para poder liberarse de un hombre quien, por más que ame, no la merece, la engaña, humilla y además, le pega. Sola y con un pequeño de a penas meses, debe salir a la vida sin imaginarse que por cosas del destino, terminarÃa trabajando en la empresa del padre biológico de su pequeño. Desde el momento en el que sus miradas se cruzan y sus cuerpos se rozan, la fuerte atracción sexual se manifiesta y ambos se adentran en un mundo desconocido pero adictivo en cuanto a todo lo que el famoso club swinger les ofrece. Ambos se ven seducidos por los diferentes juego sexuales y no pierden oportunidad de poder experimentar El éxtasis de sus propios sentidos.