En ocasiones la ilusión de encontrar un amor de telenovela no era el destino para todo el mundo. A mí me llegó un hombre sin principios, sin valores, sin un mandamiento invicto. ¿Por qué? Y la respuesta era por el propósito que tenemos en la vida. Conocerlo fue un remolino tan turbulento que no vi un pronóstico certero, pero con el amor nada estaba escrito, por amor somos capaces de hacer cualquier locura. Hasta tener una metamorfosis... Roland Sandoval, un magnate que tiene dos vidas diferentes. Una fachada intachable y un mundo oscuros donde era el demonio mayor de un emporio de muerte. Verónica Vásquez una sencilla estudiante que aparece en su vida para enredarle la existencia, o quien sabe, para cambiarle la vida. ¿Podrá un demonio dejar su mundo por amor? ¿Podrá dejar el infierno donde era el dueño absoluto para vivir con su ángel? ¿Roland Sandoval logrará dejar su oscuridad para construirle un mundo diferente a la mujer que ama?
-¡Lorena llévame!
Le insistí por enésima vez. No tenía nada que hacer, andaba aburrida en la casa. La universidad suspendió clases como por variar y ni de fundas me iba para la finca, visitar a papá con su habitual mal genio. Desde la muerte de mamá todo cambió y no quería incrementar su nostalgia al verme, según me parezco mucho a ella... Y la verdad no quería por el momento ser la causante de un dolor para él.
-No es una fiesta para ti Vero, ya sabes cuál es el mundo en donde me muevo.
Dejó de maquillarse, se giró quedando de frente, podía verla a través del espejo del tocador. Solo tenía su ropa interior puesta de encajes como le gustaban a los clientes «según ella».
-¿Todas tus fiestas terminan mal? -Me senté en su cama.
Mi compañera de apartamento era una linda modelo que estaba siendo reconocida en el mundo de prepagos. Estudiaba Bellas Artes, aunque quién sabe cuándo la termine. Tenía un cuerpo formado por el cirujano, con un corazón muy noble, pero con mala extraña cabeza y algo débil de espíritu. Su autoestima era un tanto bipolar, aparte de que sus fracasos amorosos la devastaban. Siempre su mirada reflejaba la tristeza en esos ojos cafés, su abundante cabellera del mismo color y en esta ocasión se la dejó con su ondulado al natural. Solo la animaba el mundo artificial donde se movía. Aun así, la quería mucho, me ha mantenido lejos de su mundo, en eso ha sido muy radical.
-¡Está bien! Cuando tengas algo no tan tu mundo, ¿puedes llevarme? -Sí que andaba aburrida.
-Te lo prometo. -suspiró-. Es agradable conocer a niñas como tú.
Terminó de aplicarse remiel en su ojo derecho, luego sacó un corto y vulgar vestido de su apretujado armario. Vive comentando qué no tenía ropa, pero mis ojos veían todo lo contrario, su ropero se encontraba a punto de desbordarse.
» Me queda bien, ¿cierto?
Afirmé. Se vistió, besó mi frente, tomó las llaves de su automóvil y a los pocos segundos escuché cuando cerró la puerta del apartamento. Salí de su habitación para tirarme en el sofá, busqué los audífonos para estudiar el nuevo idioma el cual quise aprender. La semana entrante era el examen final y no quiero perderlo, Timón se acercó, recostó su pesada cabeza en mis piernas.
-¡Qué! ¿Tienes hambre?, o ¿quieres aprender mandarín?
Ladró en señal aprobatoria, me levanté, caminé a la cocina, saqué una galleta para perro. Era mi eterno y fiel compañero.
Terminé de estudiar para el examen final del semestre de idiomas; Los he tomado como una segunda carrera desde que llegué a Bogotá. Mis padres se fueron de la capital para darnos un mejor futuro, «según su concepto de vida», pero no contaron con que jamás me gustó la educación en donde vivía. Desde mis dieciséis años regresé a la capital. El pueblo era increíble, amo los animales; estudiaba veterinaria, pero compartir en este momento con mi padre... No sería lo correcto, prefiero postergarlo. Lo adoro, pero desde la ausencia de mamá éramos otras personas. Cada uno trata con su duelo, y el tema de mi madre es delicado.
No puedo quejarme, pronto termino la carrera de veterinaria, cada año aprendo un idioma nuevo, vivo con Lorena; quien era hija de la mejor amiga de mamá. Me lleva dos años, pero su vida se mantenía un tanto intensa, demasiado en comparación a la mía. Yo solo he tenido un novio. Recordé ese inocente noviazgo el cual duró algo más de un año sin trascender lo necesario. A los padres de Juan les dolió más nuestra ruptura que al mismo idiota que me puso los cuernos. Ya había olvidado aquel incidente.
La tarde fue igual a las anteriores. Preparé cena, le dejé a Lorena su plato en el horno, luego me encerré en la habitación para ver una película. Puse una vez más «Mujer Bonita», era una de mis favoritas. Y en algún momento me quedé dormida con Timón a un lado.
Desperté sin ánimos. Me molestaba no tener clases; siempre había algún motivo para protestar, y cada vez que pasa quedaba sin hacer nada. Salí a trotar, vivía cerca de la universidad. Troté por una hora con mi bello perro, era un lindo labrador café.
Al regresar a la casa, mi compañera se bajaba de un gran Vitara último modelo negro. Había dos hombres en la parte de atrás a quien no les vi el rostro por los vidrios polarizados. Lorena caminaba en zigzag, no me imagino la resaca.
El chofer tocó la bocina del auto al verme y lo fulminé con la mirada; en otras palabras, lo mandé a visitar al demonio. Esperé a Lorena en la entrada de la reja, venía sonriendo cuál reina de belleza en pasarela. Mientras mi gesto le reprochaba su vergonzoso comportamiento.
-Te dije que no era una fiesta para ti amiguita.
No podía ni sostenerse. Volví hacerle mala cara a los tipos que miraban a Lore caminar como si el piso se le moviera en vez de ayudarla, «tremendos caballeros». El hombre sentado en el puesto del copiloto me lanzó un desagradable piropo.
-¡Patrón!, ¡La otra putita se hace la digna!
Su comentario desproporcionado me sacó de casillas, ahora sí volé de mis casillas.
-¡Mire señor, a mí usted me respeta!, no me conoces y dudo que lo haga algún día.
-Déjalo, él es el Negro loco. -comentó Lorena al llegar a mi lado, dando tras pies y sonriendo.
-¡Timón, a dentro!
La ayudé a ingresar al apartamento, como pude la dejé en su cama, le quité los tacones, la cobijé con su edredón, fui a la cocina a preparar un café bien cargado para sacarla de esa resaca. Si su madre la viera, le daría un paro cardíaco y a mí un par de cachetadas por alcahueta. La desperté, la obligué a beber un poco, pero vomitó.
» Sí, qué estás, ¡vuelta nada!
-Amiga, necesito una bomba y cuando salga de la cama tener dos cervezas bien frías, así ¡finiquito la rasca!
Realizó un gesto cómico con sus manos, luego sonrió con cara de ¡ayúdame!, porque muero de manera lenta.
» Por favor, amiguitaaaa.
-No tenemos analgésicos ni nada para prepararte la bomba. -Sus ojos de; soy su única salvación-. Me tardaré un poco.
Volví a salir enojada con Lorena, se divierte como no era debido y como siempre aquí me encontraba para cuidarle sus borracheras. Volví a trotar, medio cerré la puerta, aún era temprano; tomé el camino más corto para ir a la droguería cercana a la casa, no demoré mucho comprando lo necesario. Pasé la calle, en eso escuché el frenar de un vehículo, luego el chillido de un perro.
Todo fue en cámara lenta. Jamás imaginé que fuera mi perro el que yacía en la calle. El carro quedó atravesado bloqueando la salida de automóviles hacía la autopista, generando un leve trancón. Me devolví por inercia, caminé obligando a mis pies a moverse, un joven salió del auto con sus manos temblorosas. Era mi perro el que el atropellado, muerto, ensangrentado y tirado en la mitad del pavimento.
-¿El perro es suyo? -Los carros sonaban las bocinas, el muchacho se mostró avergonzado-. Perdóneme, no lo vi, salió de la nada. -Lo reconocí, era uno de nuestros vecinos, apenas lo distinguía.
-No se preocupe. -Me escuché decir-. La culpa es mía porque no cerré la puerta del apartamento, él solo me siguió.
Tenía un fuerte nudo en la garganta, las lágrimas comenzaron a salir. Una mujer muy bien arreglada se bajó de su auto para gritar que quitaran el carro, se había generado un trancón. Algo surgió desde mis entrañas.
-¡Pues, jódase!
No soy mal hablada, mucho menos suelo decir malas palabras, si mal no recuerdo era la tercera vez en expresarme de tal forma en mis veinte años. Nunca uso un vocabulario obsceno.
» ¡Retroceda y salga por la otra calle! ¿No ve lo que acaba de pasar?
-¡Es un puto perro muerto!
Sí, tal vez. Pero, ¡era mi perro!, me dirigí a ella con la intención de jalarle el cabello a la insensible gritona. El muchacho lo impidió.
-Vero. -Lo miré -. Ayúdeme a quitarlo de en medio, así poder correr el carro, no te rebajes a una pelea.
-¿Cómo sabes mi nombre? -Se encogió de hombros.
Le di la espalda a la mujer. Los señores de un carro negro parecido de donde se bajó Lorena también se bajaron, tenía los ojos tan nublados por las lágrimas que ni les presté atención. El joven fue quien lo cargó. Aparcó a un lado del andén, se bajó con una bolsa de basura y metió a Timón en ella.
Se formó un colapso de sentimientos, los cuales se estancaron en la garganta, la opresión de culpa, mi perro estaba muerto. Fue un regalo de mi madre hace seis años para no estar sola, su compañía reconfortaría la distancia. Timón era lo que quedaba de mamá. Los carros pasaban, no pude hacer nada, fue él quien se encargó de todo. Comencé a llorar y llorar.
-Perdóname. -Vi al joven, era de gafas, cara rellenita, de ojos y cabellos café-. Soy Carlos, ya sabes, tu vecino.
-No puedo enterrarlo -dije balbuceando-. Era el último regalo de alguien muy importante, ahora está muerto como ella.
-Lo lamento, yo me encargo -caminé distraída de regreso al apartamento, ingresé y fui directo al cuarto a llorar su ausencia.
Mi mente vagó entre los recuerdos de mi madre en nuestra casa. Estábamos entre las mejores familias del pueblo, aunque mis gustos siempre se han regido por los libros. Cuando les hablé el deseo por no estudiar más en la escuela del pueblo fue ella quien me ayudó con el permiso de mi padre. Del resto suelo ser autodidacta. Fue la primera en enfrentarse a papá evitando sus regaños. Ella fue la autora de matricularme a escondida, habló con su mejor amiga acordando el vivir con su hija. Quien trabajaba en una aerolínea y le pagaban muy bien.
Esa era la versión de la madre de Lorena, más no sabe de su mundo como prepago, cotizada y reconocida ante; los narcos, tráquetos, políticos de la ciudad o del país. Me dejó en el apartamento equipado con lo necesario para tener una habitación cómoda. Era algo infantil para mi edad, pero en aquel entonces no me pareció así. Ahora no la quiero cambiar, mantenerla intacta era un recuerdo de mamá. Recordé esa tarde, cuando me entregó el regalo que aliviaría la soledad y su ausencia.
Sacó de una caja un lindo labrador de un mes, desde entonces fuimos inseparables. Yo sin saber de su padecimiento contra el cáncer de mama en etapa avanzado. Jamás nos lo dijo para no deprimirnos... Debía dejar el recuerdo ahí, no quería volver a sentir el dolor de su muerte, preferí quedarme dormida para no llorar más.
-¡Vero!, ¡Vero! Despierta debes comer algo.
Lorena me despertó. Al abrir los ojos vi remordimiento en su mirada, imagino que estaba enterada de lo ocurrido. Raúl se sentó a un lado. Era mi mejor amigo, su inclinación sexual no era de conocimiento de su padre, pero su madre lo aceptaba. Ante los ojos de su familia él muestra otra imagen, ante nosotras puede ser libre, aunque siempre actúa de manera masculina. Fiel a la palabra amistad, estudiamos en la misma universidad; él, química pura. Tenía ojos y cabellos café oscuro, de cuerpo delgado pero trabajado. Su mirada también evidenciaba la noticia.
-¿Cómo lo supieron? -pregunté, las lágrimas volvieron.
-Carlos tocó, vino a decirte que lo había sepultado, expresó su lamento ante lo sucedido. ¿Cómo pasó? -La fulminé con la mirada.
-¡Por tu culpa! Por ir a comprarte algo para darte y pudieras pasar la resaca, no me di cuenta cuando se fue detrás de mí.
-Vero...
Raúl, con su típica voz conciliadora, pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja, trató de calmarme, Lore bajó la mirada y salió de mi cuarto.
» No la trates de ese modo. -habló en voz baja-. Sabes lo que le afectará si no le hablas.
-¿Es qué no va a cambiar nunca? ¡Hoy llegó con varios tipos en un carro! Se pasa de descarada, créeme, ¡y si! Tengo mucha rabia. Solo vive para estar de mujerzuela y se la pasa de un pene al otro. No me parece justo que su desordenada vida debamos tapársela. Me duele que pierda si vida de esa manera.
-¿Viste a los hombres con quien estaba? -negué-. Me dijo que estaba con el duro de todos, con el mismo don Roland Sandoval. -¿A mí qué carajo me interesa ese hombre?
Dos historias de amor entrelazados por la amistad. Corazones para restaurar, intensiones de enseñar a confiar, de aprender a amar, porque la vida se trata de crecer, de restaurar, de pedir perdón, de entregar perdón y de perdonarnos a nosotros mismos, porque no somos perfectos. Santos Domínguez un hombre marcado por el pasado, y eso hizo que no confiara en nadie más que en las personas que estuvieron a su lado en su secuestro. No cree en el amor, solo disfruta del placer de las mujeres, y tampoco engaña, ellas saben que lo único que puede ofrecer... Es un par de horas en una cama. María Constanza Abdala desde que lo vio de nuevo decretó que sería suyo, aunque todos le digan; «es mayor y no mires a Santos Domínguez». Pero en silencio le fue imposible ocultar la atracción y cayó ante ese enigmático seductor sin importar la diferencia de años entre ellos. Guillermo Guzmán a su edad adulta no lograba encausar de nuevo sus sentimientos. El tiempo le recordaba siempre la misma mujer del pasado. A pesar de haber terminado porque el amor se acabó... Sin embargo, todo en él cambió cuando le llegó una invitación para una boda y ahí comprendió que él era historia en su vida. Natalia Salamanca, le costó superar esa tarde cuando le dijo que ya no sentía lo mismo y había dejado de amarla, cayó en una gran soledad y tardó en superar ese fracaso. Ahora se encuentra con la ilusión de formar un hogar... Ya no podía quedarse en el pasado, él continuó su vida, ella debía realizar la suya.
Es imposible no acordarme a diario de ella. Desde que estamos de nuevo en el mismo círculo de amistades ha vuelto a ser mi anhelo, a ser esa Brisa fresca que alegra mi mañana, la misma que se agradece en una tarde calurosa. Eso es, sin duda alguna, Blanca Varela en mi alma. No es fácil verla feliz en su matrimonio. Y para mi desgracia, a su lado se encuentra un hombre que la ama de la misma manera en que yo lo hago. Ya no viene al caso aclarar esos hechos del pasado. Pero duele verla y no tenerla, siento celos cuando no debo, me aferro a toda mi cordura para no arrancarle las manos al hombre que tiene todos los derechos sobre su cuerpo Yo solo me puedo conformar con tenerla en sueños. No solo por mi pasado iré al infierno, sino también por desear tanto la mujer del prójimo.
Cargar con un oscuro pasado trae consecuencias, en algunos casos vergüenza. Quise ocultar el sol con un dedo e ignoré todos los consejos que me dieron las personas que me aprecian y perdí lo que más he amado en mi vida, perdí a mi salvación. No hay nada oculto entre el cielo y la tierra… no solo son palabras sabias, es una realidad. La vida me ha dejado en claro que no puedes levantar vigas solidas si lo haces en cimientos quebrados. Por eso debes aprender a caminar aceptando tus errores, ocultarnos solo te hace bajar la cabeza. Siento tanta vergüenza por mi pasado, que preferí ocultarlo y cuando ya no pude más, estaba envuelta en una red de mentiras que me ahogó por completo. Opté por el camino fácil y terminé dañando al hombre que adoro con el alma, avergoncé a mis padres y no tuve valor para mirar la decepción que debí causarle a mi hermana María Joaquina, lo que tanto temía salió a luz, ahora soy la decepción de la familia L’Charme Novoa y el error de José Eduardo Villalobos Daza. Ahora no sé si es mejor alejarnos… ¿Podrá el amor superar un terrible pasado?
Se dice que debemos sufrir en nuestro linaje cuando volvamos a coincidir en el mismo tiempo. Pero conmigo no será así, seré el primer portador de la sangre del universo que romperá ese lineamiento. Tenemos el conocimiento y la tecnología a favor, puedo cambiar nuestro destino. Por alguna razón era la encarnación más fuerte; mi padre y mi tío me entrenaron para ello. El camino fue trazado por la dinastía D’Montecarlos, no habrá errores. ¿Qué puede cambiar? Nada… solo esperar a que mi futura esposa vuelva a reencarnar. En esta historia no se puede dar nada por sentado, siempre habrá cambios y no sabes a quien encontrarás en el camino para hacerte cambiar tus propósitos. La vida, como en la naturaleza nada era seguro, el cambio era eminente y más cuando por décadas ella nos lo viene avisando. No se puede olvidar, que no solo nosotros realizamos cambios. El mal también lo hizo… y siempre se debe tener en cuenta que el universo se conspira a sí mismo para cumplir su promesa de proteger a la madre tierra. Segunda entrega de la saga Necesitamos el quinto elemento, la madre tierra reencarna para preparar el camino para el cambio del planeta y él encarna para protegerla… Siempre para cuidarla. Porque algo si no había cambiado, su amor, ese que por siglos han venido disfrutando.
Hay momentos en la vida en donde pierdes criterio de tus ideales y valores, por muy maquiavélico que parezca olvidas el futuro que habías imaginado con esa persona importante en tu vida. Creo que todo ser humano tiene un pasado que lamentar, momentos para levantar y otros para olvidar. En mi caso por caer en la monotonía creí que no te amaba y por esa mentira creada en mi subconsciente te perdí. No tengo a quien culpar más que a mi mismo y por más que en silencio mi alma le grita a la tuya lo mucho que me arrepiento, es evidente que tu lejanía solo me confirma que no te importo o, por el contrario, no me has olvidado y prefieres poner kilómetros entre nosotros y vivir caminos separados. Espero y anhelo poder tener la oportunidad de pedirte perdón algún día, deseo que hayas alcanzado la felicidad, esa que yo perdí y solo con los meses me di cuenta. Es muy duro ser el culpable de tu desdicha, solo espero que donde quieras que te encuentres Belleza… Me perdones.
¿Un matrimonio por obligación? No estamos en la época victoriana donde el hombre debe cumplir por robarle la virtud a una mujer. No, ya no estamos en ese tiempo, entonces ¿por qué nos casamos?, lo cierto es que tenemos un matrimonio envuelto en intrigas, celos y venganza. Todo eso son motivos para que no haya cabida al amor… o tal vez, es un medio extraño para que crezca… María Joaquina no lo quiere volverlo a ver, no soporta un desprecio más a su integridad… por todo lo vivido no quería salvar su matrimonio. César Luis no quiere perder lo único importante que siempre ha tenido; su familia, aunque no supo demostrarlo al inicio y permitió que los celos destruyeran su matrimonio. Ahora que ella ha regresado serán la familia que siempre debieron ser, la que soñaron desde que eran jóvenes. Dos almas gemelas que, por intrigas, malos entendidos, suposiciones y orgullo arruinaron nueve años de sus vidas hasta el punto de llegar a ignorarse. Los celos ciegan, las intrigas destruyen y el amor, … Sana. ¿Será suficiente el compromiso y amor para restaurar una relación?
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
Everleigh era una dama noble que tenía una familia feliz. Se suponía que se casaría con Theodore, un director ejecutivo rico y atractivo. Sin embargo, un accidente la obligó a dejar al hombre que más amaba. Siete años más tarde, se convirtió en una hábil doctora con lindos gemelos. Y volvió a encontrarse con Theodore, quien ahora se convirtió en su paciente, también en el novio de su mejor amiga. Ella les felicitó a esta futura pareja. Pero su corazón estaba sangrando. Es hora de decir adiós al pasado. Pero sus gemelos tenían una opinión diferente. ¡Planearon convertir a Theodore, el hombre que se parecía exactamente a ellos, en su padre! Mientras tanto, Everleigh descubrió que el accidente que hizo que Theodore y ella se separaran, fue un complot vicioso...
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
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Después de ser traicionada por su novio de cinco años llena de dolor, ira y con deseos de venganza contra el hombre a quien ella amo ciegamente y la traicionó, acepta un matrimonio relámpago con un misterioso millonario. .... La parte B será una buena esposa y realizará sus deberes de esposa perfectamente sin quejarse. Éstas incluyen; Preparando el desayuno de Party A antes de ir a trabajar, preparándole la ropa de trabajo y otorgándole sus derechos conyugales. La parte B no interferirá en la vida privada de la parte A y no provocará ningún tipo de escena. La Parte B hará todo lo posible para asegurarse de que la Parte A esté satisfecha y cómoda. La parte B no puede solicitar el divorcio hasta que la parte A lo diga. ¿Qué pasará en su nueva vida y matrimonio? ¿Es su salvador o es otro diablo disfrazado?