La historia trata de Richard, un CEO que forma parte de la "Asociación cultural de CEOS encuerados", cuyo propósito es que cada integrante tenga a su sumisa ideal. El problema es que, de todos ellos, Richard es el único que aun no consiguió al amor de su vida, por lo que es el hazmerreir del grupo. Cansado de esa situación, Richard convoca a un llamado para un puesto de secretaria en su empresa. ¿Podrá encontrar a la sumisa de sus sueños? ¿O se encontrará con otra cosa?
Como cada mes, los integrantes que se asociaron en la "Asociación Cultural de CEOs encuerados", se reunieron en su base central de Las Vegas para hablar de los últimos avances hechos por cada uno. El edificio lucía como cualquier otro de estilo corporativo: lleno de paneles de vidrio, de superficie lisa y con un eslogan cuya tipografía remitía al minimalismo.
Todos estaban sentados alrededor de una larga mesa, vestidos con sus mejores trajes y luciendo espectaculares cortes de pelo masculinos. Y, al lado de ellos, se encontraban sus novias. La mayoría eran mujeres sumisas y recatadas que, por uno y otro motivo, se enamoraron perdidamente del CEO de la empresa en la cual trabajaban y accedieron a ser sus parejas. Era una de las reglas esenciales de la asociación para subir de nivel y ganarse la admiración tanto de sus colegas como de sus múltiples admiradoras que envidian a las chicas que consiguieron conquistar.
Solo uno estaba completamente solo: Richard.
Richard era un hombre de 35 años, de pelo negro y delgado. Cuando consiguió el puesto de CEO en su empresa, lo llamaron para formar parte de la asociación. Pero, hasta la fecha, no consiguió conquistar a ninguna potencial sumisa.
Y no era por falta de candidatas sino porque, simplemente, le costaba relacionarse con las mujeres.
Cada vez que veía una, se le trababa la lengua y terminaba huyendo.
Eso ocasionó que se convirtiera en el hazmerreir de la asociación, teniendo que soportar burlas e improperios sobre su persona cada vez que se reunían.
Y, ese día, no fue la excepción.
- ¿Y qué tal tu cosecha, Richard? ¿Alguna coló o se te escapó, como siempre?
- ¡A este paso morirás virgen!
- Te invito al gym, a ver si así dejás de ser delgado y atraes alguna sumisa.
Richard, como buen estoico que era, soportaba esos comentarios. Pero, esa vez, se hartó y les dijo:
- ¡Ya verán! En menos de un año, conseguiré una novia y será tan sumisa que tendrán alta envidia. ¡Hasta dejarán de lado a sus novias!
- ¡Oye! – dijo una, fulminando con la mirada al CEO que consiguió conquistar - ¡Ni se te ocurra mirar a otra! ¿Oíste?
- ¡Claro que no, mi amor! – le respondió su CEO mientras la abrazaba. Pero, aprovechando que no lo miraba, le guiñó un ojo a una secretaria que pasaba por ahí y tenía unas espectaculares piernas.
- ¿Y cómo piensas conseguirla, Richard? – le cuestionó Roberto, quien era un hombre alto y guapo, de cabellos sedosos y músculos ligeramente marcados sin exagerar. Era el prototipo perfecto para ser un CEO encuerado – Si ya cuento con una amplia colección de sumisas esparcidas por el mundo. Dudo mucho que encuentres a una disponible.
- ¡Pues siempre hay alguna oculta! – le dijo Richard, señalándolo con el dedo – una vez que la consiga, tendrás que pedirme disculpas.
- ¡Eso ya lo veremos!
Richard salió de la reunión, todo furioso por recibir la burla de sus colegas. Se subió a un avión y se dirigió a su empresa, una compañía situada en Sao Paulo y cuyo edificio era tan alto que parecía tocar el cielo.
Una vez ahí, entró a su oficina y, pulsando su comunicador, contactó a su secretaria. De inmediato, ella le respondió:
- ¿Diga?
- Necesito que contacte con Recursos Humanos para saber si requerimos de personal.
- En realidad, señor, no hará falta porque acabo de presentar mi renuncia. Pronto el puesto de secretaria estará libre.
- Entiendo. Es una lástima que haya renunciado, pero deseo que logres tus objetivos en la siguiente empresa donde trabajarás a futuro.
- Muchas gracias, señor.
Cuando se cortó la comunicación, Richard suspiró. Es la tercera vez que renuncia una secretaria de su empresa. Se preguntó si le daba una paga demasiado baja o no le agradaba la forma en que lideraba al personal. Aun así, lo tomó como una oportunidad para encontrar a su sumisa a quien pudiera conquistar, hacerla suya y convertirlo en todo un ídolo.
Abrió sus redes sociales y comenzó a publicar anuncios de que buscaba una secretaria para su prestigiosa empresa con sedes en varios países europeos. Una vez hecho esto, comenzó a explorar un portal de empleo, donde buscó currículos con fotos de aspirantes al puesto de secretaria. Algunas les parecieron bastantes llamativas, por lo que anotó sus números de teléfono y correo electrónico para llamarlas más adelante.
Cuando terminó, miró por la ventana de su oficina donde vislumbraba la ciudad, repleta de edificios, vehículos y transeúntes. Y entre toda esa masa de gente podría estar la sumisa de sus sueños, esperándolo a que la rescatara de su infortunio para tener una vida llena de lujos y comodidades a cambio de su cuerpo.
- La novia perfecta de un CEO debe ser hermosa pero, a la vez, humilde – se dijo Richard – Debe tener un pasado trágico y, en lo posible, ser lo suficientemente pobre como para soñar con conseguir un príncipe que la salve de su situación. Debe querer mirarme solo a mi y darme elogios para aumentar mi ego. Si, con eso será suficiente para que los de la asociación dejen de burlarse de mí. ¡Sí, señor!
Se levantó y salió de su oficina, dispuesto a buscar a la mujer de sus sueños por toda la ciudad. Si bien era más cómodo hacer la búsqueda en las redes sociales, también quería usar el método antiguo para que fuera más rápido. Así, con un poco de suerte, podría al fin tener un romance típico de películas románticas cliché que lo convertirían en el ídolo de la asociación y en el hombre más afortunado del mundo.
.................................................
Mientras, al otro lado de la ciudad, había un CEO llamado Roberto. Era el que se había burlado de Richard cuando estaban en la reunión. En ese momento, estaba en la oficina de su propia empresa, recibiendo la visita de una mujer bien curvilínea, de cabellos negros y falda corta que apenas le cubría el trasero.
Su nombre era Adelaida. Trabajaba como secretaria en la empresa de Richard, pero renunció ya que Roberto le ofreció el puesto de Auxiliar Administrativa en su empresa. Y como iba más acorde a su perfil, además de que recibiría una mejor paga, aceptó la oferta.
- Buenos días, señor. Decidí trabajar para su empresa aceptando la oferta.
- Me alegra que lo haya aceptado, señorita Gutiérrez – le dijo Roberto, mostrándole una sonrisa seductora – Y dime qué expectativas tiene de este lugar.
- Mis expectativas son muy altas – respondió la mujer, mientras apoyaba ambas manos sobre la mesa y las movía hacia el centro, resaltando aun más sus enormes pechos – quiero un lugar donde pueda superarme como una profesional, probar cosas nuevas y, por qué no, vivir sensaciones estimulantes.
- Yo espero mucho de usted, Gutiérrez. ¿O por qué mejor no la llamo Adelaida?
- Llámame Ada.
- Excelente.
Roberto se incorporó de su asiento, tomó a Adelaida de la cintura y, de un tirón, la acostó sobre la mesa del escritorio. Ella le sacó la corbata, abrió las piernas y dejó que el CEO le rozara esa zona con sus dedos.
- ¡Guau! ¡Ya estás húmeda! – le dijo Roberto, mientras procedía a sacarle su ropa interior
- Es el efecto estimulante de su toque mágico, señor – le dijo Adelaida quien comenzó a sonrojarse.
- Llámame Amo.
- Sí, amo.
Roberto se colocó en el medio de las piernas abiertas de Adelaida, teniendo una buena vista de aquel orificio que lo incitaba a penetrarlo. Pero aún era muy temprano, por lo que se agachó para poder besarla en la boca.
La lengua de ambos chocó, pero él lo profundizó aún más y recorrió sus cavidades. Luego, le abrió la camisa y le sacó de un tirón sus sostenes, exhibiendo aquel par de melones que se endurecieron por la excitación. Los apretó, causándola gritos de placer. Luego, los succionó con su lengua y sintió cómo la espalda de su nueva sumisa se arqueaba hacia arriba.
- Eres hermosa y pervertida. Tal como me gustan.
- Ya no puedo esperar – le dijo Adelaida, entre jadeos – llévame adonde ninguna chica ha llegado jamás, amo.
Roberto abrió el cierre de su pantalón y sacó de ahí su miembro erecto para insertarlo en la vagina de la mujer de una estocada. Adelaida gritó al sentirlo dentro y sus gemidos se intensificaron.
Al principio fue lento. Luego acentuó sus movimientos y Roberto aplicó su fuerza tras las embestidas, haciendo que los papeles y documentos cayeran al suelo.
- ¡Si! ¡Oh, si!
- ¡Hermosa! ¡Sé mía!
Cuando llegaron al punto más alto del coito, el semen se esparció por el escritorio y la mujer alcanzó el orgasmo.
Una vez terminado, limpiaron rápidamente el lugar y volvieron a su comportamiento habitual de profesionales corporativos de una empresa de prestigio.
- Espero muchas cosas de usted, señorita Gutiérrez
- Desde ya gracias por la oportunidad, señor Pérez. Juro que no le defraudaré.
Y así, ambos se dieron un estrechón de manos y retornaron a sus actividades diarias.
Miriam y Jade son hijas mellizas de la reina Abigail y, debido a que la monarca desapareció en misteriosas circunstancias, la corte otorga a Miriam los derechos necesarios para mantener el control sobre la nación. Sin embargo, la joven fallece al dar a luz a su primogénita, por lo que a Jade le dan el título de regente para estar al mando por un tiempo limitado. Teniendo una sobrina que cuidar, la princesa Jade debe lidiar con varios obstáculos. Y es capaz de todo para ganar su lugar como la legítima reina del reino del Norte.
Yerutí y Arandú son dos hermanos daimones que, de pequeños, fueron capturados y criados en cautiverio por una tribu de humanos. Un día, ambos logran escapar, pero Arandú resulta herido por una flecha envenenada al intentar proteger a su hermana. Yerutí recurre a un misterioso chamán llamado Marangatú, quien se ofrece a curar a Arandú a cambio de que lo ayudase a recolectar las siete llaves divinas protegidas por los siete guardianes que custodian el portal de la morada celestial. Pero la aventura no será tan sencilla como lo imaginaba.
Milo Pérez y Manuel López pasaron su vida universitaria en relaciones casuales por diversos motivos. A pesar de que sus personalidades contrastan fuertemente, los dos son muy buenos amigos. Sin embargo, cuando ambos se encuentran al término de sus estudios, conocen a dos muchachos quienes los llevan por sentimientos nunca antes experimentados. Estos son Ariel Gómez y Luis Hernández, quienes acaban de finalizar la preparatoria y se preparan para ingresar a la universidad. ¿Qué pasará cuando estos dulces y fuertes muchachos se les declaren? ¿Será la edad un impedimento para comenzar una relación? ¿Y qué pasará con los pretendientes que se obsesionaron con Milo y Manuel y no dejan de acosarlos cada tanto?
Tras largos años de un compromiso acordado por sus padres, el rey Zuberi cumplió su sueño de casarse con el amor de su vida, la reina Brida del reino del Oeste. Sin embargo, ella no corresponde a sus sentimientos porque aún no olvida a su primer amor que falleció en penosas circunstancias. Un día, se presenta al trono una chica de quince años, quien se autoproclama la hija perdida de la reina. La presencia de la joven causa revuelo en la Corte y Zuberi se debate entre si despreciarla o aceptarla, siendo que pertenece a aquel hombre que, a pesar del tiempo, todavía ocupa el corazón de su esposa.
Los príncipes del Este han vivido en paz por diez largos años en el Reino del sur, el único de los cuatro reinos del continente Tellus donde las reinas son elegidas por el pueblo por medio de la votación. La siguiente monarca seleccionada para gobernar el país en el siguiente periodo está interesada en contraer nupcias con el príncipe Brett para fortalecer los lazos entre las naciones, pero le hace una propuesta inusual: que traiga a todos sus hermanitos al palacio para vivir en calidad de esposos, a cambio de gozar de una mayor protección contra aquellos que los desprecian por sus oscuros orígenes. Y aunque Brett sospecha que la reina tiene otras intenciones, acepta el compromiso con la promesa de que lo ayude a resolver el misterio de la desaparición de niños que surgió en algunos ducados, a manos de un hombre perverso y misterioso, que busca el secreto de la eterna juventud para alcanzar la eternidad.
Ailan Caroline Miller rica heredera se prometió que ningún hombre la querría por su dinero, se trasladó a trabajar como jefa de diseño a las empresas de su familia en Londres, vivía como una chica normal. Conoció a Walter Patel, y dos meses después, y se casó con él. Casi desde el primer momento se arrepintió de su matrimonio, vivían con su suegra, que la trataba fatal. Para colmo, su mellizo, Roy William trasladó la sede central del grupo Miller, a Londres, para estar cerca de ella. Todos estalló el día que, sorprendido a su marido en una fiesta con dos mujeres, le pidió el divorcio, y se fue, en un hotel, donde acabo con todas las botellas del bar de su habitación, y pidió un hombre para esa noche, en su borrachera, salió a buscar a su acompañante, y se equivocó de habitación, pasando a la noche con un desconocido, que resultó ser Finlay Alacintye, el multimillonario presidente de M.F.P. Global multinacional, que la confundió con un regalo de un amigo, a la mañana siguiente ella huyó dejando su tarjeta de identidad, la de su verdadera identidad. Así que tomo una decisión, sólo había una única compensación posible para él. Ella era suya, y para siempre.
Después de tres años de matrimonio hermético, Eliana nunca había visto a su enigmático esposo hasta que le entregaron los papeles del divorcio y se enteró de que su supuesto esposo estaba cortejando a otra mujer sin importarle cuánto le costara. Ella volvió a la realidad y decidió divorciarse. A partir de entonces, Eliana dio a conocer sus diversos personajes: estimada doctora, legendaria agente secreta, hacker reconocida, célebre diseñadora, experta piloto de carreras y distinguida científica. A medida que se conocieron sus diversos talentos, su exesposo fue consumido por el remordimiento. Desesperado, suplicó: "¡Eliana, dame otra oportunidad! Todas mis propiedades, incluso mi vida, son tuyas".
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".