img Hasta que la mafia nos separe  /  Capítulo 4 Desafío | 8.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Desafío

Palabras:1242    |    Actualizado en: 12/12/2024

ia

erse no se encerraban en el baño

los días más felices de sus vidas, y los ne

no era

sperándome afuera, me pregunté si enfrenta

iga su plan para convertirme en la amante oficial de Giorgio Fontana. Según ella, era

arecido un viejo pervertido que nunca perdía la oportunidad de q

tan despreciable, pero desde la muerte de mamá mi familia se había

¿Cómo podría luchar por un

nfocada. Me encogí tras la puerta y traté de respirar, pero

puerta intensif

stás ahí. Ábrem

n soplo de aire fresco, aunque

conseguí ponerme de pie y girar la perilla. Enzo

mostrándome esos ojos sere

día escucharlo con claridad

aliviarme, hasta que colocó suavemente una mano

ás pasando. Conozco tus razon

nerlas para no arruinar mi maquillaje, pero él

recer un muro insuperable, pero te

ada -admití en voz baja,

. Pero no dejaré que

ue tenía siete años y era una de las pocas pers

ndo de miedo. En este momento, es el único que puede entenderte más que nadie.

ada -respondí

replicó, con una sonrisa de medio lado-

. Obvio que ha

el traje caro que llevaba, se dejó caer junto a mí en el suelo

de tenerte como su prometida. -Le puso un toque de sarcasmo a s

da. Poco a poco, la ansie

o tienes razón

te caracteriza y enséñale a mi hermano

habíamos pract

olvía poco a poco a mí. Era eso o en

tratando de ten

viejo pervertido -afirmé, m

en un tono fraternal que me

ier cosa por tener

o en este

ga fue la de Helena Prada, la prometida de Enzo. Su perspicacia parecía no

acterística en él hacía que ni siquiera intentara ocultarlo. La relación

e que aparecie

bastian fue evide

iéndonos copas de vino. Sonriendo como si el tono mor

cariño? Siempre que nos v

soltara un gruñido, mascullando groserías mientras tomaba mi mano con fuerza

elicado -dije

o -respondió, con es

amos llevarnos bien. No después de t

ordé el con

as rie

un gesto calculado, lo abracé como s

ba preparado para aquello. Le susurré al oído

pero yo no deseo ser amante de un pervertido. Si quieres seguir en este

se tensaba, peleando contra el sonrojo que inevitablemente se le subió a las meji

a. Veremos quién resis

retando,

retando,

lencioso, tan intenso que cualquiera diría

de Enzo. A la luz del sol, aquellos ojos resaltaban incluso con el ceño fruncido

la significaba derrota y

estuviera hipnotizado por el absurdo

a nuestras constantes

surro, dejándome llevar po

nos aún más en un duelo sin palabras. U

nna? ¿B

mi madrastra, nos

el rostro desencajado. Reflejando u

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY