img Hasta que la mafia nos separe  /  Capítulo 9 Ambidiestra | 18.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 9 Ambidiestra

Palabras:1307    |    Actualizado en: 12/12/2024

ast

vanno, mientras todos observábamos cómo Arianna le d

mi "prometida". La Alberti intentó un cambio de estrategia, atacando por su l

Arianna es a

e que pudiera detenerme, y de inmediato

estaba so

iempo de conflictos y desprecio mutuo habían servido para m

de mí, Arianna cambió la raqueta a su ot

¡Qué romántico! -gritó Dante con tono burlón

entretenerse. Todos callaron cuando Cristina perdió el control de su raquet

por orgullo, pero los tiros de Arianna eran cada vez más brutales. En uno de ellos, la pelota imp

tañeó. Su postura era f

temer! -exclamó Ivanno, medio i

levantó con evidente rabia, ignorando e

la raqueta, como si

o h

y precisión que terminó lastimando la muñeca de Cristina,

confirmando que no había ningún daño

había

a vez con

taba la ovación con indiferencia antes de dirigirse a

mi enojo er

-pregunté, cerrando l

siquiera

tó que me vengara

algo en mí, esa chispa que

es que sé que lo hiciste a propósito.

tamente, con una

da seca, dando un paso hacia mí-. No

te, peligrosa, pero no m

y llamarme zorra porque, según ella, te "robé". ¡No voy a tolerar berrinch

ujeres! -respon

cusas! ¡Solo mantén a tu

fuéramos una pareja recién casada y lo pe

y ya estás celosa? -pregunté con sa

ro lejos de apartarme, solo me acerqué más. Era com

silleros, mi rostro estab

jos ardiendo de furia-. ¿Crees que con esto vas a

haba. Su constante desafío era un fuego que avivaba mi p

s mi supuesta prometida. Si sigues fastidiándome

una batalla de voluntades y por alguna razón, est

endía... ni que

igrosamente cerca,

ad de sus ojos caramelo fijándose en los mí

abia, tenía algo más. Algo que

ntimidar, Sebastian? -me espetó

Me interesa que entiendas que

que mi autocontrol flaqueara. Estábamos tan cerca

una chispa, un fuego latente q

yaron contra el casillero a ambos lados de su

s tener la última

tándome, aunque su respiració

-replicó, pero su voz sonaba más tensa, como s

de algo que ninguno de los dos quería nombrar. Mi

No debí hab

dijo, con una mezcla d

? Al menos tengo derecho a mirarte bien la cara -respon

presión cambió. Su mandíbula se tensó, y por

sorprendió-. Lo peor de ti, Sebastian, no es tu

u mirada se movió fug

erme perder la poca com

né y mi voz salió más gr

batiéndose consigo misma, pero no dijo nada m

n más. La intensidad entre nosotros era insoportable, un

un roce, pero suficiente para

ndo? -preguntó, a

nsando hacer -respondí co

e iba a explotar en algo más. Pero entonces, como si recordara de r

itó, pero su voz tem

ismo estaba tan des

o tanto desde el fondo como e

iente ahora ¿ver

espetó, pero su mirada no podía

osotros no era solo odio. Era

sp

e minutos. Estoy oblig

ir más la

ad que me quedaba y reprenderme a m

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY