ia
nto contigo, Arianna
fuerte de lo habitual y cada p
dad sin mi permiso y ahora resulta que quieres casarte.
idad o que insinuara, sin el menor pudor, que podía estar embarazada de Seba
que Ariana no está embarazada! -Se apresur
valor para acompañarme allí a solas
bastían Bellucci. Contigo tengo un
irada, con la misma in
astra, era aún peor. Permanecía en silencio con esa mirada evalu
ue nos enteráramos de esta manera tan vergonzosa
spuesta que no me había atrevido a pensar hasta ese momento-. Se supone que deberías est
surgía tanto coraje, alcé la vista
el anhelo de un padre,
dulo y cada ve
a de lo que ac
astian y estoy dispuesta a
fá detrás de él, mientras Sebastian me lanzaba una
de dueña y señora de la casa, decidió inter
hacerte un examen de embarazo. Si estás ha
n poder creer lo qu
ecesario -dijo Sebastian-
s hecho suficiente con tu "román este momento no iba a permitir que Bárbara lo humillara de
ian-. No voy a ir a ningún lado contigo. Y deja de creer que t
da a causa de mi insolencia. Pero antes de que pudiera siquie
amenaza sutil-, le pido que no vuelva a intentar golpear
ada. Por un instante vislumbré en él ese mismo aire gris y peligroso que todos los Bel
al verlo tan protector y posesivo al defenderme. Me c
lugar. Y aunque todo era una farsa, no pude negar que en e
te at
to antes de que mi pad
ora Lucciano. Solo le pido que ta
era tan densa que ap
s, intentando dar una apariencia de seguridad en medio del caos. Bárbara nos m
, el padre de Sebastia
ncia y porte envidiables. Sus dos hijos habían heredado esa expresión gélida capaz de intimidar
ecordándonos que debíamos seguir
ha hecho gracia que nuestros hijos planeen unirse en matrimonio. ¿Ya o
sentado formalmente ante mí. Ninguna de mis dos hijas es un
persuadir a mi padre. Para sorpresa de todos,
ía ideado todo el pla
merece, y estoy seguro de que será el hombre que ella necesita. ¿Verdad, Sebastián?
ón sombría y derrotada, como si
tomado una decisión, y no
me provocaron un
promiso. Todos tienen que enterarse... -sugiri
tener esta mentira frente a
almente, Arianna? -preguntó mi padre, con su
ómodo. Me tomé unos segundos para pensar,
e escapar de un destino como amante de un hombre ma
te dije que am
y sus siguientes palabras me hici
que nunca vuelvas
nsigo una decepción que parecía irreparable. Bárbara lo
ola con mi supuest
o casi paternal-. Te prometo que haremos de
... aunque no precisamente de la