co
justando el nudo de mi corbata co
l y la fuerza, se movían con una cal
e perfecto, el cabello peinado ha
sión en el pecho que ya me era familiar. Una
y aunque debería haber algo de emoción
a por y para la familia, y eso significaba
abrió, y sin necesidad de gi
ridad, el tipo de autoridad que hacía que el
encio mientras cerraba la puerta detrás de él.
tando la corbata, asegurándome de qu
s, y probablemente no sería la última. Giré un p
expectativas, no mostraba ningu
padre, un hombre que vivía y resp
ndí con la vo
justo detrás de mí, y vi cómo su
ero mientras él siempre había tenido claro su propósito
ometida es influyente, sus lazos en el norte nos serán útiles. Su matrimonio fortalecerá nuestra p
de
rno a eso, y yo, como su primogénito, había sido criado par
de mí que la obe
lo que iba
el peso del mundo en sus ojos, un peso que alg
entía por dentro, pero que sabía debía mostrar.
iempre lo hacía. Quería asegurarse de que no solo cumplía, sino que lo hac
llar, -asintió, una pequeña se
a consideraba. Fallar no era una opción, nunca lo había sido. La
ué, con la convicci
ro no sin antes colocar una mano en mi hom
oz bajó un poco antes de continuar...
lpearon más fuerte
suavizar la dureza de la vida en esta familia, había si
que rápidamente reprimí, porque no h
y yo tenía que seguir
le respondí con l
girándose para salir de la habit
vez más, mirando a ese homb
s eso era lo que me hab
hondo. Esta noche no era para mí, no se trataba de lo qu
a lo que fuera necesario p
aurante puntua
ría, pero el interior del lugar
e manteles blancos y el suave murmullo de las conversacion
no lo
promiso sentía una presión invisible apretándome el pecho. No era ne
a mi futuro suegro, el jefe de
noso y ojos oscuros que parecían med
n que yo. Me detuve un segundo al ve
o que es
a su padre, con un rostro que apenas había empezado a perd
de edad y lo que representaba este compromiso me ha
ntuviera neutral. Esto era lo que te
ros. -Te presento a Pietro Ricci, nuestro n
es de extender la mano. Se notaba que también me evalua
a misma mirada evaluadora. Si él buscaba
un tono respetuo
ve. -Estoy seguro de que esta unión tr
estaba a su lado. Ella me miraba con un
do por un cabello castaño que caía en suaves ondas sobre sus ho
endo el breve silencio, -te
ave. Me acerqué a ella, intentando apartar cualquier duda de mi
ueña y fría en comparación con la mía, lo que me p
dad que no sabía que podía te
rmalidades. Pude ver que ella me daba una pequeña sonrisa, pero también noté una leve t
on su voz tan suave como su apariencia
mi padre intervino, dirigiéndose
untos -dijo con la convicción de quien está ac
no se esperaba lo que
presentaba este compromiso y la sensación cons
, la puerta del restaurante se abrió de golpe. El s
scaras que ocultaban sus rostros. Mi estómago se hundió d
e, todo se volv