co
on mientras observaba
a manera en que sus manos se movían bajo las sábanas, como
menzó a desmoronarse e
de la habitación, mis dedos moviéndos
a intensidad que me hizo apretar los dientes. El sonido de su respiración entrecor
re escapando de sus labios en un susurro entre
entrepierna otra vez, extendiéndose por
ma, tocándose por mí. Y saber que era yo el que la hacía perde
e apretaron en puños a mis costados, intenta
ese preciso momento, Valentina estaba
. La forma en que se mordía el labio, el brillo de su piel bajo la tenue
pagar las cámaras y alejarme de esta situación an
era en lo fácil que sería caminar por el pasillo, entr
escuchar esos gemidos directamente en mi oído mi
ic
gular, cada segundo de sus gemido
dejando que esto se desarrollara sin intervenir. No cuando cada fibra de mi
ciendo abruptamente. Sabía que lo que estaba a punto de h
la. Y tenía que
dad. Llegué rápidamente a la puerta de su habitación. No me molesté en golpear ni en
resaltó, sus ojos llenos de sorpresa y algo más..
sentía ella en ese momento, no cuando mi
lado de la cama. No esperé, no dudé. Arranqué las sá
i mirada hambrienta. Mi respiración se entrecortó al ver
ces l
Tenía un juguete que vibraba suavemente dentro de ella, arrancándole es
mientras sus labios estaban entreabiertos p
de dónde
momento, no importaba. Nada más importaba que la necesidad de tomar el cont
-gruñí, mi voz áspera, cargada co
adelante, hasta que mi rostro estaba a centímetros
rápida al escuchar mis palabras. Sus labios temblaron c
suya, agarré el juguete, quitándoselo suaveme
aron en un jadeo cuando sintió la pérdida del placer que se estaba dando. Pero n
hacerla completamente mía, para explorar cada rincón de
sistir la tentación de darle un
sus piernas, sintiendo la calidez húmeda que ya se había formado allí. Podía ver cómo sus labi
ra saborearla como quería, pero eso no significaba que no pudiera hacerl
lgar se moviera en círculos lentos sobre su clítori
l sonido de sus gemidos llenó la habitació
pequeño movimiento de mis dedos que arrancaba otro sonido placentero de sus labios.
y precisos, llevándola justo al límite, j
chó hacia atrás cerrando los ojos, y entonces sus p
beración. Su respiración se detuvo por un segundo, y luego, cuando exhaló, lo hizo co
spiración comenzaba a calmarse y su cuerpo
a fina capa de sudor. Todo en ella gritaba satisfacción, pero sabía que esto solo habí
entre sus piernas, el calor de su cuerpo
llevar mis dedos a mi boca. Uno a uno, los lamí lentamente, saboreando el rastro que ella había de
voz baja y ronca, llena de una c
gunta, no era
a decl
s lo s
to no había terminado, y