ent
el caos que siempre me acompañaba cu
abía decidido si llevar o no. Me mordí el labio mientras metía un pa
ada en el borde de la cama, mirando su teléfono con
semestre siendo l
nocernos bastante bien, aún no había teni
rás de eso, pero nunca h
staba a punt
que había esperado durante meses, y que no admitiría en voz alta. S
vantando la mirada de su teléfo
to en papel brillante estuviera seguro en el bolsillo. Había encontrado el regalo perfecto
o asegurarme de que no me olvido de nada. No quiero
ndose de la cama y acercá
sión. -Aunque de todas formas, si olvidas algo, siempre pue
entíamos cómodas compartiendo prácticamente todo. Era algo
habitación para asegurarme de que no me dejaba nada.
rande. -Eres la amiga que siempre está a
cambiará, pas
ojos, un destello de duda o preocupación, que
al, mientras caminábamos hacia la puerta. -Mi familia.
igíamos hacia su auto, subí, cerré la puerta y me acom
dad, y sentí que la ciudad pasaba lentamente a segundo plano mient
tando mantener un tono ca
abras cuidadosamente, -mi mamá murió cuando nací, así que no la recuerdo en
i pecho al escuchar eso. Perder a s
pado, aunque una pequeña nota de tristeza se filtraba en su voz. -Es... bueno, ya lo
dome para mirarla, sintiendo qu
sombra cruzó su rostro antes de que suspirara, resignada
bueno, él tuvo un incidente hace algunos años
o. Mis alertas se dispararon, pero
nté sin poder agua
, simplemente dejó de salir. No me ha contado lo que sucedió, y mi papá... bueno, mi papá nunca
e rumbo, y pronto nos encontramos hablando de cosas más ligeras: la un
medida que hablábamos, y sentí que el ambi
ros desaparecía poco a poco, sustituida por e
rándonos en una zona más tranquila y exclusiva. Las casas se eran cada vez más grandes
na entrada privada, y mis oj
ltas. Era majestuosa, con una belleza que casi intimidaba. Los jardines alrededor estaban p
i boca se abriera de sorpresa mientras
ijo con una pequeña sonris
asa y nos quedamos un momento en silencio,
ción alguna. Uno se colocó al lado de mi puerta, mientras el otro se paraba junto a la de Bianca. Abrie
reverencia que me pareció anticuada y formal, casi como si e
es extrañ
xpresión había cambiado. Parecía más tranquila ahora, más natural, como si al estar aq
admití, intentando mantener un tono ligero, aunq
-respondió, con un tono que mezclaba sinceridad y una pi
n detrás de nosotras en silencio, como sombras
el segundo piso. Sus movimientos eran casi inhumanos, y me hizo sentir un poco fuera
a con tranquilidad, como si fuera lo más normal del mund
ron capturados por un enorme ventanal que daba una vis
nrisa. Sin decir nada, ambas salimos corriendo hacia su habitación, nue
do que brillaba con la misma intensidad que los reflejos en la piscina, y e
os? -le pregunté, mientras jugueteaba con e
atrás de nosotras. Le seguí la vista y vi a uno de lo
era salido de una revista de moda, todo pulcro y profesional. Pero había algo en su postura, e
ación y tristeza en su voz, -pero no tienen pe
era solo la tristeza de no poder tener una relación
hacia adelante, -ese de ahí no
sonrisa que no llegó del todo a sus ojos
había aceptado la realidad tal
ilusiones... -respondió, tr
un hombre mira con esos ojos de amor a una mujer, y ese hombre, -añadí, señal