tiva de
ón. ¿Qué había hecho yo para merecer el odio de todos? Ya entendía por qué Sabri detestaba estar en ese lugar, sin embargo, en ese momento, comprendía aún más su dolor, y ni s
o y solitario? Rodando mis ojos, entré y hablé con el profesor, luego me dijo que debíamos trabajar con Hamlet y me indicó en qué lugar debería sentar
tención, yo no estaba allí para hacerme amiga de nadie que haya lastimado a Sabrina, y la gran mayoría de los alumnos lo había hecho. De repente
cama; se veía extremadamente atractivo. Tenía unos fascinantes ojos verdes, estos lograron que mis rodillas se debilitaran y quisieran derretirme. Él miró en mi
de los
pareja, me llamo Alberto, ¿cuál es tu nombre?", preguntó él, y en seguida mi sonrisa se desvaneció. Conocía ese nombre, al parecer afirmé demasiado p
, pero sabía que no podía ser tan comprensiva. Vi el dolor atravesar sus facciones, su sonrisa desvaneciéndo
evidentemente estaba confundido por mi actitud hostil. Lo observ
nojo aumentó rápidamente y mis puños empezaron a temblar. Mi loba estaba de acuerdo conmigo, afirmando que esa rabia hacia nuestra pareja estaba justificada, Sabri no se merecía la forma en que la gente la trat
ero me siento muy mal por eso, mi amor. Lo siento muchísimo. Cuando Santiago nos dijo a todos que Martín le había
a estaba muerta?", pregunté nuevamente, necesitaba estar seguro d
le había hecho. Él era un tonto. Por un tiempo tuvimos que vigilarlo de cerca, porque nos daba miedo que intentara quitarse la vida. Era como si no él tuviera nada por lo que vivir. Santiago fue mejorando poco a poco con el tiempo, quería ser el hombre que ella se merecía, a pesar de que ya no estaba con nosotros, o bueno, eso creíamos. Cuando nos dijo la noticia de su m
a al pobre chico. Mi amor, sinceramente, lamento mucho la forma en la que traté a Sabrina en el pasado, pero por favor, te lo pido, ¿me puedes perdonar y darnos una oportunidad?", suplicó mi pareja, sus ojos reflejaban total sinceridad y amor. En ese momento, yo estaba en un dilema
vencer la cara de felicidad de Julián cada vez que veía la comida, pero Alberto instantáneamente tomó el lugar número uno, mientras me a
ía venir conmigo pero yo me negué, le expliqué que tenía que ir a hablar con Sabri, a solas. Él accedió a regañadientes y se marchó, pero antes, me dio un beso en mi mejilla, me sentía como una colegiala, mientras caminaba por los pasillos, estaba ruborizada. Me caus
tiva de
artando la mirada de él, aun así, podía sentir su mirada sobre mí durante todo el rato, pero intenté ignorarlo. Cuando, finalmente, me asignó un asiento y un compañero de laboratorio, noté que me había tocado con él. Entonces,
í. La tomé con cierto escepticismo, al tiempo que respondía su pregunta. Él solo asintió con l
e no tenía sentido ocultar el hecho de que sí había sido yo, da
ebo mencionar el hecho de que eres el primer vampiro que veo en este colegio, ¿a qué viene eso?", dije, susurrando. No quería q
l tiempo que una sonrisa se extendía en sus labios. Lo miré molesta y él,
orta estar cerca de las otras especies, pero prefieren permanecer junto a los de su propia clase. Yo tan solo quería un pequeño cambio de escenario, quería asistir a un colegio que no fuese nada más
de ti mismo?", pregunté, con evidente preocupación en mi voz. Eso era totalmente cierto, Los Antiguos me habían contado muchas historias de vampiros que intentaron vivir
que había algo que se sentía extraño. Sin embargo, decidí no prestarle atención a ese sentimiento. Sabía que podía usar mis poderes para sacarle la verdad pero, para empezar,
guapo también, pero yo aún tenía pareja. Aunque, dicha pareja fue un completo imbécil conmigo el año pasado pero, sin importar eso, seguía si
lase la compartía con mis amigos, principalmente, quería contarles acerca de Camilo. Al entrar al salón de clase, los vi de inmediato sentados en una de las áreas, con
se podía notar su nerviosismo. Tomó una profun
ntré a mi
a brillante sonrisa en mis labios. Aunque, no duró mucho tiempo
tartamudeando. El miedo se hacía evidente en su voz, mientras divagaba. La miré sin poder salir de mi asombro, no por el hecho de que su pareja haya resultado ser Alberto, sino por el hecho de que pensara que
secreto que mucha gente de ese colegio había hecho de mi vida un infierno y, el año pasado, no me habría podido imaginar perdonarlos. Sin embargo, cuando estuve con Los Antiguos, aprendí que aferrarme a toda esa rabia no estaba bien, había que perdonar y seguir adelante
ás nerviosa", interrogó Vic, su
después de eso y mirando hacia cualquier otro lugar, menos a mí. De inmediato, la curiosidad y la ira invadieron mi cuerpo.
do en mis labios, mientras sentía a mi loba levanta
Mar