nterior. Había omitido muchos detalles, como lo de mi padrastro y que continuab
ypaz Flores, no es la primera vez que Rámses pelea, lo hubieses visto,
ro bueno, no fuiste la única con una tarde divertida el día de ayer. Después de qu
te feliz por ella. Pacita reía
podíamos llamarlo una cita. "Nuest
descubriría lo bella que era y el mundo debería temer. La emoción que la embargaba era contagiosa,
é mi mirada del almuerzo. Su voz dubitativa me llamó la at
ré, eres mi mejor amiga
.. ya sabes... tus sen
o no importasen, cuando en realidad la sola mención de San Valentín había arrugado mi corazón, porq
n Valentín, por suerte este año caía domingo, así que no tendría que echar sal en mi herida, viendo a otras parejas empalagosas; me bastaría c
*
o solo contemplando el techo de la habitación, sin más nada que hacer que esperar
equilla para hacerme un sanduche, pero la bolsa vacía de pan sobre la encimera, me recordó que no tendría buena suerte. Opté por un cereal nutritivo, que consistía en un tazón lleno de
nunca nada. Odié tener algún pensamiento positivo hacía él, así que me concentré en sacarlo de mi c
Buenos días bella-
. El timbre sonó para acentuar mi horror. Me acerqué hasta la puerta y ju
e sabe qué clase de loco intentará meterse-Gabriel entró con su característi
antes de entrar-repliqué t
ió guiñándome un
er a lo que se refería. No era una persona muy mañanera, me costaba que mi cerebro procesase la informació
s a buscarte-negué con lentitud-. Está bien beleza, no es tu culpa que
l bolso y metí los últimos cuadernos que había dejado en la encimera la noche anterior y me giré con rapidez para estrellarme en s
ieres... -ofreció señalando el
ome de su agarre, sus manos se habían sentido tan cálidas en mí, qu
l ceño pero haciendo uso de su ed
tardan tanto?- preguntó Rámses entran
r la puerta en esta casa
l giró los ojos y me tradujo lo que había dich
ilo-respondió Gabriel pasando al lado
robación mi plato de cereal-. ¿Y que eres, un
puerta y lo apremiaba a que me siguiera-. Mi mamá
jor que com
aba en la ruta desde su casa hasta el instituto así que podrían pasarme buscando todas las mañanas sin ningún problema, y también traerme en las tardes cuando quisiera, una idea que de forma esquiva evitaron decirme a quien se le había ocurrido, pero en cualquier caso les agradecí a ambos. Mis sentimiento
. Nuevamente mis celos aparecieron cuando un grupo de chicas lo saludaron con besos en las mejillas más lento de lo que puede ser considerado normal, pero la verdad aunque dolorosa era que yo no tenía ningún derecho a sentir celos, quizás Pacit
cuando Pacita me tomó del braz
había contado por mensajes lo ocurrido en la ma
zo con el de Pacita que aún quedaba libre, mientras continuábamos caminando-. Habrá una fiesta e
una cita-respondió c
oltó su brazo y caminando de espaldas continuó hablando con nosotras casi en un susurro-. No como Rafael, el bajito de la clase de química, ese... ese es mío, si algún día supera su timidez por supuesto. Bueno, ya me tengo q
ia, hiperactiva, acelerada, con exceso de cafeína y bastante amigable. Ella pudo haber sido amiga nuestra si dejase que en algún momento le respondiéramos. Miré a Pacita y nos reímos
*
Resultaba una tortura escuchar a Pacita todas las noches suspirar en el teléfono por Gabrie
s extrañaba a Daniel y lo que sus letras habían significado para mí. Porque por esas semanas cuando nos escribíamos por teléfono no me sen
ta revisando con detenimiento unos vestidos
vez de estar durmiendo, en un centro comercial en vísperas de San Valentín ayudando a mi amiga a esc
te acuerdas de él. Francamente Mia, dices que soy tu amiga, pero nunca me contaste lo qu
uestra amistad, pero lo que había pasado con Daniel, no podí
í para ti. La segunda, es que me da demasiada curiosidad saber lo que pasó con Daniel. Tú estabas tan enamorada de él y cuando por fin llegó el momento de l
n reflejo de lo que yo había sentido por él, y odiaba que me hubiese enamorado de Dan
de mi cuerpo y no me había dado cuenta que había estado gritando-. Ya entendí. Mejor ca
nde nos dedicamos a seguir mirando los vestidos, por fin llevábamos en bra
San Valentín-la voz aterciopelada de Pacita sona
acita se sintiese cómoda y sexy. Y la frase clave aquí es "se sintiese" porque la ver
más también es uno de los más guapos, no deberías estar pensando en tu solitaria mejor amiga
tinas, mi cara divertida le d
leada de la tienda se unió en mis alabanzas. Y sin embargo, Pacita se miraba con el ceño fruncid
quepan estas piernas y este trasero -dije gesticulando-, como una chica que moriría por tener tu figura así como muchas otras chicas. Dios santo Pacita, tu comes una
apidez para esconderse de mí. Se miró una vez más en el espejo y dio un bre
salimos de la tienda con el vestido, lo
prar muchas golosinas y toneladas de choco
iderando que me dejarás sola, te dejaré lavar
él bien vestido y entusiasmado por su cita, era más de lo que podía soportar. Llegué a la casa cargada con las bolsas de golosinas y las películas que habíamos escogido. Mi mamá aún no l
o fue expandiéndolo hasta tener ahora una de las floristerías más grandes e importantes de la ciudad. Era el único lugar donde mi mamá no era despistada, por el contrario trabajaba con detalle y precisión admirable. Organizaba eventos de todo tipo siempre recibiendo las mejores críticas, incluso
olo 13", amaba a Tom Hanks y a Kevin "Tocineta". Rebusqué en la bolsa de las golosinas por uno de los tantos chocolates que Pacita había comprado. La película come
pagado y una manta me cubría del frio. Mi mamá por fin había llegado a la casa y la escuché trasteand
r el refresco en el piso del cine. ¡RESCATA
é con rapidez la respuesta *Ríete y relájate. Disfruta la
r la carita molesta que me mandó
a de la encimera. Varias bolsas estaban desparramadas por la cocina, por lo que significaba que
z pálida, levantándose de donde había e
ra películas y chocolate, ¿te apuntas?-pregun
a forma. La había escuchado tantas veces arrullándome en las noches de miedo, explicándome una tarea o compartiendo conmigo una n
a y le plantó un casto beso en la sien que la hizo sonreír como adolescente y so
que volvemos a estar juntos, ¿no lo creen?-afirmó mi padrastro, c
a vez, jamás pensé que sería tan rápido. Pensé que tendría más tiempo para hacerme la idea o
queña?-insistió
e forma involuntaria y la poca manzana que había comido terminó en el piso blanco de la coc
entando acercarse hasta mí pero la
o con fuerza y pasando cerrojo. Este era el peor San Valentín de