chó por toda la mansión, el hombre tras el escritorio alzó la mirada hacia la joven
sus palmas sobre la madera -¡No me pu
tregó sus dedos en sus párpados para después mirarla c
a mirada -esto no es un juego y no tienes opción. De lo contrario p
única persona que saldría perdiendo sería ella. No se veía casada con un hombre al que ha
or las lágrimas que amenazaban por salir, pocas veces se miraban es
posarse detrás de la silueta de su hija, quien permanecía estática en la misma posición, tratan
bitación entró, encontrando a su hija sentada sobre la cam
su laptop y la hizo a un lado presta
escu
se está enfrentando a una crisis,
nquilidad, cuantas veces escuchó lo mis
todos nuestros bienes y lo perderemos todo -la voz de su madre se rompió -todo a
zar la voz -No, tiene que
puso y la miró detenidamente, torná
solución -rodó sus ojos con fas
a y le bastó para detestarlo, era demasiado arrogante y presuntuoso a su
él? ¿le prestará
ara tomar sus manos entre las suyas -Le dará el
del agarre de su madre, con su corazó
A
ptado. Vas a casarte
sus padres hicieran algo como eso. Pero el silencio de su madre fue sufi
n, por el de t
o en mí sino en su propio bienestar a
r con su vida. «No, no me voy a casar con ese hombre» se repetía continuamente, no
mizas el valor de las cosas y sólo buscas lo más caro, te gustan los lujos y no sobrevivirías ni un sólo día en la pobreza -emitió un
ra -como si fuese un objeto. P
ba por las puertas del despacho, tenía una actitud
sto -le dijo a su esposa, quie
e? -se dió la vuelta para enfrentarlo, no iba a casa
Esmeralda y no olvi
bufido y lo mi
ré su moneda de oro que
eso? -la miró con fastidio, harto de tener que lidiar con el
e por la cabeza como un padre le
tudiando, tengas los lujos a los que estás a
rderlo todo eres tú -soltó una risa carente de humor
de estrangular al francés por atreverse a verla como un objeto y pretender tene