y se dirigió hacia la imponente ventana que daba al balc
! -vociferó su padre levantándose de
as, al fin y al cabo de las dos formas estaré muerto
s que ese par de señoritas te están viendo? -le dijo F
con ella, ¡es una loca! Ayer casi me deja si
ierda está
rmal. Puede ser muy pequeña, y tener una cara bonita, pero está po
por poco tiempo, un año como máximo, pero es lo qu
la, frotándose las manos con ansiedad y rascándose la cabeza, mientras su tía tra
s color miel se dilataron, persiguiendo el cuerpo de la chica por toda la sal
ndo ella por fin se percató de su mirada atenta, y tuvo que
. Jimmy... Necesitamos que accedas a casarte, solo serán un par de firma
soltera y ustedes dos son los gerentes de ambas empresas; además no está nada mal, tiene cara de amargada y a veces parece la versión
aunque pareció sonrojarse por un momento-. Volvamos con ellas, no seas
par de segundos; ambos con el ceño fruncido y sin poder ocultar el terror que los invadía, al saber que debían casarse
iendo la tensión en el ambiente, la cual casi se podía ver en forma d
esbozaba una enorme sonrisa, como si todo ese tiempo hubiera estado cargando un eno
sus rostros, notoriamente estaban esperando que sucediera un milagro y que un
, para posteriormente acomodarse en la mesa, justo en medio de los fu
ta Salomé Salazar Sol; quienes contraerán nupcias por el beneficio de ambas familias, en un contrato matrimonial que favorecerá a am
su nuez, hasta que la punta de este se volvió de un color púrpura. Jimmy ya conocía mil maneras de hacer el nudo de su co
firmas, aquí y aquí -señaló el notario pa
le parecían los de una horrible bruja, que estaba a punto de convertirla en sapo si no la veía firmar esa hoja en los siguientes tres segundos; así que,
lo, ya que del futuro de la empresa dependían también sus sueños. No le quedó de otra que garabatear su firma en ambas hojas, justo como lo había hecho Salomé, no sin antes pensar en la idea de
e miraron con complicidad y sonrieron ampliamente por su triunfo, ta
sus anillos. Se despidió de los cuatro y luego de darles a cada uno tambi
se las venas, y un par de socios que no cabían en su piel de la felic
os por el gran paso que habían dado para el bien de ambas e
ó Frank, pasando un brazo sobre los hombros de s
-Jimmy se soltó del abrazo de su padre y salió de la sala de juntas dando un portazo, seguido por Salo
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o sucedido, pero se arrepintió. No sabía qué podría decirle; estaba claro que ella no le agradaba y por supuesto que él
como una magdalena. No hallaba la hora de poder estar sola
su vida normal, o al menos eso quería creer para no sentirse tan desgraciada; sin embargo, sabía que a partir de ese momento su vida cambiaría d
sobresalto y su desdicha fue mayor, cuando miró de reojo al hombre que se encontraba allí, y el chico solamente la miró por encima de su hombro arrugando el entrecejo, mientras