En realidad, piensa en todo, menos en la pelea que tendrá en unas pocas horas más, pues el libio en estos momentos es lo que menos la preocupa. Hasta que al final cae
os por presenciar el singular combate. Baltia, sin hacer caso al bullicio del numeroso público presente, camina hacia el centro de la arena; donde le
se dan cuenta de que no están presenciando a una guerrera cualquiera. En pocos minutos el gigante libio hace su aparición caminando hacia el centro de la arena. Lo hace
a ojeada a todo el coliseo y, con satisfacción, observa la gran expectativa por este combate. Levanta su mano dando la autorización y el cuerno suena, anunciando la orden para que empiece el combate. El gigante, al
taca inclemente una y otra vez; tratando de alcanzarla y herirla de alguna manera. Ella entiende que si demuestra todo l
haciéndolo de forma rigurosa y sin pausas. El gigante tapona con su escudo y como puede, las mortales acometidas. Pero ante tanto asedio, no puede evitar dejar despro
n el suelo tratando de incorporarse, pero recibe una patada en el brazo de apoyo, haciéndolo que vuelva a morder el polvo. El público reacciona con efervescencia y asombro ante
a y arremete. Pero su intención solo queda en eso... porque Baltia, que se encontraba de espaldas, intuye el ataque y, con una magistral media
extasiado público, pidiendo l
lla no le interesa y se marcha. Atom, por su parte, se encuentra maravillado por lo que acaba de presenciar. Ya tenía la intuición de que Baltia era una buena guerrera. No obstante, hasta antes de este comba
l todo sincera conmigo! -la cuestiona el soberano egipci
ber de mí? ¿O qué cre
guerrera a la que pretendo ofrecerle un puesto de
a decir verdad jamás había pensado ser parte de alguno; puesto que, hasta hoy su único objetivo siempre fue encontrar a su padre (Bartos) y nada más. Sin embargo, entiende qu
le en tus tropas? ¿Bajo qué cond
dad de la guerrera, ya que esta aún no co
parás el cargo de ese inútil que v
nción es encontrar a mi padre y nada m
proporcionarte muchas riquezas y quien sabe, hasta te podría ayudar a encontrar a tu padre. Me pesaría tenerte como una simple esclava, la cual solo sirva para proporcionar placer; ya sea a mí o a mis sucios comandantes. Te aseguro que tengo el poder para domarte y someterte para
aceptar le proporcionará respeto y seguridad; además de una circunstancia favorable para poder encontrar a su padre. En conclusiones, se da cuenta de que tiene una sola a
eñor que deseo
., él te est
porque este ya presume cuál es su decisión, razona mientras camina a paso firme. Ingresa al gran y lujoso salón, donde encuentra
e todo esto ha sido preparado especialmente para ti -manifiest
no lo manifiestan, simplemente permanecen en silencio, prestos a cualquier requerimie
etír
erano egipcio se acomoda al frente de l
upongo que vienes a decirme que aceptas mi oferta -expresa Atom, con un tono que demuest
o será a cambio de algo; sin embargo, sabe que no tiene otra opción.
mucho menos comandar y dirigir soldados. Mi padre me enseñó a luchar para defenderme y nada más. Por ello
r un breve instante, ambos experimentan una extraña he inexplicable sensación de afinidad. P
l temple que se necesita. Ya verás que te resultará más fácil de lo que imaginas. Además, en presencia de todo
ivisión del numeroso ejército egipcio. Los demás capitanes y soldados, entre ellos "Acayo", no tienen más remedio que expresar su sometimiento ante ella. Mente, la madre d