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Historia

Capítulo 8 Esmeralda No seas un canalla.

Palabras:4188    |    Actualizado en: 20/12/2020

po con las sábanas hasta la cara y sonrió. Claro que lo hubiera hecho, si no hubiera estado segura de que él se estaba conteniendo. Esperaba que fuera porque era un caballero y qu

evos revueltos y tostadas para desayunar algo ligero, se baño, y se vistió con un vestido rojo un poco largo holgado que disimulaba sus curvas a

nos mensajes de sus amigas Lisa y Melina cuando al esc

an solo un punto por debajo de nuestro récord, vayan buscando dónde trabajar. Es increíble: les pago tanto como

quello le enfureció. Ya sabía lo que era ser tratada peor que la suela de un zapato, insultada y amedrentada. Él podría ser todo lo guapo, sexi

con toda la dureza de la

r eso, en sus ojos brillo peligro, la miraba

den!», pensó

su voz era muy frí

zo su b

nte, como p

la instaba a huir rápidamente antes de que la bomba termine de estallar. Pero como la estúpida que era

on dulzura. La recepcionista se puso colorada y asintió

Con suma rapidez y sin darle tiempo a protestar, la metió dentro en el asiento del copiloto. Fue hacia el otro lado del au

s mol

e con fuerza y solt

eados. Pero también me ha encantado y excitado esa mirada desafiante, agápi

sde su asiento

Escucha, la verdad es que he sido tratada igual o peor que ella, incluso haciendo lo mejor, tratando de hacer mi trabajo con eficacia. Y por hombres gritone

compañía familiar estoy acostumbrado a que así se den órdenes, a veces cuesta recordar que es un h

a y un tanto nervios

lo hayas tomado tan bien -Esmeralda miro por la ve

molesta -luego volvió a hacer esa mueca tan linda con los labios-. P

rro, asintió, ciertamente estaba an

taría -ac

Alistaír pulsó un botón y las rejas se abrieron sin hacer casi nada de ruido, entraron y las rejas se cerraron detrás. Entonces observo la casa, muy del estilo de el: discreta

ta -admiró e

pio espacio, lejos de los

dio del lugar una fuente de mármol. Solamente pudo pensar en lo delicioso que quería darse un baño allí. Entrar

sto. Y espero que me perdones, pero n

la nuca con la mano y la atrajo hacia él, echándole la cabeza hacia atrás. Con los

fiereza y tanta exigencia que algo en su interior se rompió, y Esme sinti

ndo la forma de los senos, del estómago, de la cintura, hasta que una mano se colocó en sus pechos. Esmeralda se movió contra él, rozán

dominación.

o sus sentidos, haciendo arder todas sus terminaciones nerviosas. ¡Cómo le gustaba sentir las manos

urmuró, entre una

xperiencia, odiar

ntras se peg

ta manera, cariño

s femeninos e impacientemente se lo quito por comp

el pecho, en los pezones, y entonces él perdió también el

elo y la apoyó de espaldas

los muslos

anteniéndola inmóvil y beb

se estremeció al sentir la boca que le acariciaba entre las piernas, p

ernas le temblaban mientras él acariciaba con la lengua el pequeño b

ando sentir la lengua sobre

e los muslos se unían a su cuerpo, jugando con ella como si fuera una marioneta, que bailaba y se movía con cada caricia de s

te. Tenía la piel ardiendo

a de los senos, el movimiento irregular del diafragma, las finas caderas y los muslos separados. Mirándola a la cara, recorrió el sexo

ó ella, en un jad

con los labios, besándola y succionando los pliegues cálidos y ardientes, a la

sujetándose a él mientras la lengua de Alistaír la acariciaba y la excitaba, más ardiente y má

mentaba, y el clímax empezaba a ser algo tangible y real. Hundió las m

completame

erte

uerida,

camino se sus pensamientos. Los cuales sin duda no tuvo tiempo

ax de la pasión mientras la boca

lotando y sus oídos se encontraban tapados fruto del placer que había experimentado. No se dió cuenta cuando se fue

Sinceramente no soportaba más las gana

ntió, so

a sido una experiencia maravillosa -s

ometió-. ¿Tienes hambre? Po

e hizo una mueca, respir

me negaría a relajarme en esas ricas

otro movimiento... Pero se separó tan pronto que casi le ru

o a meter tus deliciosos pies en el agua -le explico-

casi vacío, no se escuchaban ruidos y las puertas d

n algo que le paralizó el corazón-. Oh, por f

rió con

os tú y yo,

hubiera encantado poner. Incluso la cama tenía un dosel de princesa en color rosa, pero lo que le puso nerviosa fue la ropa que estaba en la cama, eran un vestido y unas braguitas de mujer adulta. A Esme le faltó el aire. ¿Qué mujer dormía allí? Vió que él seguía avanzando y antes de que se diese c

de algo, incluso si

r vivía

é le me

conflictiva u obsesiva, primero tenía que saber qué terreno estaba pisando antes de tomar actitudes que en ese momento no le correspondían, además, podía echar a perder lo que apenas y estaba empezando, no quería que terminase abruptamente cuando su i

cesitaba a ese hombre convertido en uno con ella, ser su mujer y estar en la cima del cielo aun

mal por probar un

──༺༻─

n «chocoflan», así le decía su abuela Sadie. Realmente era clara de color (no tan pálida) pero con los efectos del sol existían partes de su piel que estaban cafés y parecía ser morena. Aun

ina, no dejaba de sacarse de la cabeza que alguien más vivía allí y él se lo omitió a propósito. No tenía sentido, era ropa de una mujer adulta

admitir delante de él que en realidad ni siquiera llegó a ese punto con otros hombres, no dejaba que nadie vaya más allá de eso porque todos siempre lo hacían ya que no

iones porque estaba muy segura de que tenía todo un repertorio a su disposición, sino porque

ora. De hecho estaba casi segura que todos estarían felices de saber que estaba viviendo aquello, solamente con verla feliz estarían de acuerd

en el agua. ¿Tardaría mucho Alistaír? Y

acía notar que no estaba tan gorda como parecía. En su hogar solía usar cosas holgadas y era lo que la hacía ver enorme, porque en verdad no era tan gorda solo «de huesos anchos» como diría la abuela. Pero prefería que pensaran q

autoestima no estaba en el mejor momento de su vida, ya había pasado por muchas broma

él que había regresado. Estaba tan sumida en sus

ó con la

a y adolescencia, pero no hay mucho que pensar. Las

lado de ella

lo que quieras, E

quedó hechizada bajo el efecto de sus poderosas faccion

podía contarle a Alistaír. Siendo sincera nunca había tenido tenido o sentido la necesidad de contarle a alguien más sobre sus problemas, generalmente le gustaba gua

ía con sus curvas. Decidió omitir las partes en las que casi quería desaparecer y lloraba todas las noches al volver de la escuela porque pensó que no era tan importante y además

bueno... Candentes. Pero ahí estaba, platicando con él en la piscina y poco le importó si le afectaría no haber ido ese día al tal

no era la casa y desapareció. No sabía por qué pero también le contó que estaba trabajando vendiendo seguros de autos aunque había estudiado una carrera para hacer otra cosa, le mencionó lo infeliz que se sentía en ese trabajo ya que era acosada, b

e ahora sus abuelos estaban descansando en Londres lejos de todo lo que implicaba el trabajo, disfrutando de los frutos de todos sus años de esfuerzo y sus padres por el contrario vivían en Atenas a un ferry de distancia nada más. Le agradó que también Alistaír le contase ciertas cosas

n el cielo cuando t

. Gracias por escucharme, sé

ricia el rostro, le da un beso en la fr

por horas sin pest

Comenzaron a lidiar una batalla ardiente de besos, las manos de él recorriendo su cuerpo y las de ella jalandole del cabello. Luego la tumbó de espa

te deseo cariño, ahora mis

ba exactamen

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