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directivos de Arquitech estarían en la oficina, y aunque no tendría que verlos, puesto que de eso se encargaba Richa
undo. Yo, por mi parte, me había encerrado en mi oficina, de donde no pensaba salir hasta que se hubieran marchado. Norah e
silencio de mi oficina se interrumpió por la
ter, el señor Co
ía pasar, debía irse tan pronto ter
as que ese hombre es la pers
onces, ¿Q
la que habló...y más. Es tu oportunidad, serías bastante estúpida si la dejas pasar.
, mi subconsciente
Norah,
nte, lista para l
*
nd
tras el escritorio. Me parecía casi irreal que esa mujer fuera la misma que
beza. Elevó una de sus perfectas cejas, a la vez que apoyaba los codos sobre el
jo, con actitud provocativa y
zar en su dirección y acomodarme en uno de
Otra vez esa voz, y mi ve
respuesta. -Quizá soné un poco ansioso, y es que lo estaba. Las últimas dos noches había
te sonrisa. Suspiró, dejándose caer en el respaldo de
ngo, K
con la que se estaba tomando las cosas, comenzaba a
ien?
e los reposabrazos de la si
-dijo
ajé mi postura. Mi sonrisa triunfante se desvaneció ensegu
noche... -Giró la silla que estaba libre, apuntándola hacía mi.-...no me basta para tener todo lo que quiero de usted. -Terminó de hablar, mientras se acomodab
sinuación de su cuerpo. Su apariencia inocente, contrastaba con la determinación y el brillo
r? -pregunté, con una ceja enarcada. La curiosidad
descubrir hasta dónde soy capaz de llegar y conocer mis límites. Pero sobre todo -Hizo
se dibujó en mis lab
oy suave, nena, tampoco consentidor. Te voy a coger duro, p
la oscuridad en sus ojos n
nsciente?
asi
ue quier
ra que me apod
*
le
rfe
de que se pusiera en pie como una bestia furiosa
l ventanal, apoyé mis manos para no estamparme contra el cristal. Sentí su cuerpo pegarse al mío, igual de caliente y agitado. Enroscó mi cabello en su brazo y tiró de él, echando mi cabeza hacia atrás y colando una de sus piern
caderas, sentí el bulto a punto de explotar dentro de sus pantalones. Las ganas inmensas de arran
licado cristal. Con la mano libre, subió mi vestido, hasta que este quedó enrollado por encima de mi ombligo; la sensación calor-frío de
to mentolado chocó contra mi piel
eando y pellizcando, enviando tortuosas descargas eléctricas por mi cuerpo. Está de más decir q
-Jadeé -.
ente acató su orden, pese a que mi cuerpo
Su respiración, su tacto, sus besos salvajes, se habían vuel
us largos dedos, en mi sobreexcitada cavidad, estimulando con movimientos rápidos y certeros, el punt
cuando me liberó de su aga
! -C
edo glande posicionarse en mi entrada. Mordí mi labio, reprimiendo el gemido que produjo su fuerte estocada; podía sentir cada centímetro de él rozando mis paredes internas, grueso, duro, ven
oño más delicioso que haya probado -Gruñ
dor que el primero. Mi vagina se contrajo, aprisionando su miembro dentro de e
aliendo de golpe y
, para no caer; sentí la mezcla caliente de nuestros cuerpos, escurr
a, aca
s pastillas -dije, acortando la distancia y acariciando
ró al
impiamos y
a la salida, señ
dijo, antes de aba