dignidad -, el caso es que
preciara de serlo pararía todo esto antes de que fuera demasiado tarde; se buscaría un hombre que la amara de ver
o quería oírlo. Ya era hora de marcharse de allí. Isabella echó a andar pero, al pasar
a otra. Si no me crees pregúntale a él si hay alguna mujer a la que quiera. Y pregún
tilleaban en la cabeza provocándole un dolor infinito. El aroma de las lilas que adornaban la iglesia era tan intenso que se sentía mareada, como si fue
solo quería hacerle daño. Y desde luego su último comentario era totalmente descabellado,
os herm
o tan ligeramente porque Dexter le puso la mano en el h
aquel debería haber sido el día más feliz de su vida, al fin y al cabo estaba casándose con el h
Hace un rato me ha parec
la preocupación dibujada en el rostro. Se sentí
algo que quie
la miraba y darse cuenta fue como una puñalada en el corazón. No tenían el menor aspecto de una pareja que acabab
. hay alguna muj
enía el ceño fruncido y los ojos clavados en los de ella. Isab
orazón se le hizo pedazos. Todo era verdad. Dexter
s cierto
rteza de que todo su mundo se estaba derrumbando en ese preciso instante. ¿Dónde estaba el hombre
ionado. A su espalda pudo oírlo gritar su nombre, pero solo consiguió que corriera aún más aprisa. En la calle de detrás de la iglesia vio un taxi del que estaba bajando una persona y, sin pensarlo dos ve
n voz temblorosa -.
lugar donde se encontraba la iglesia, con la esperanza de v
nductor, en tono jovial, tiene que ll
u -. En realidad lo que
plejo olvidándose del t
na novia a la fuga? Nun
mplemente le dio su dirección y vo
que alguien hubiera ido en su bu
n a la puerta de su casa Isabella tuvo las uñas clavadas en la tapic
mientras se iba quitando el vestido de novia con tal fuerza que acabó por desgarrar algunas c
que alejarse de su marido tanto como le fuera necesario. Si, como le había dicho Elena, solo quería casarse con ella para hacerse con el control de la empresa, no pararía hasta tenerlo; por lo que lo mejor era irse de allí enseguida. Isabella s
e había comprado especialmente para la luna de miel. Dentro de esa maleta esta
deseara... Bueno, todo ese dinero le iba a venir muy bien ahora, pensó amargamente sin querer detenerse en lo irónico de l
cia Río de Janeiro dentro de media hora -le dijo la a
mirar por encima del hombro, seguía esperando v
e, había reservado pl
que tanto había esperado dis
s, De