El matrimonio no fue más que en beneficio de las dos familias. Podía elegir a cualquiera para que fuera su esposa, pero en el momento en que la vio, supo que ella era la que quería. Sin embargo, su matrimonio no duró mucho debido a su indiferencia. Hasta el momento en que firmó el acuerdo de divorcio, finalmente fue testigo de sus verdaderas intenciones. Resultó que ella también se aprovechó de él. Su divorcio no fue el final sino el comienzo del verdadero juego del amor.
Cuando Michelle se levantó aquella mañana, no se sintió lo renovada que podría esperarse después de una buena noche de descanso. Estaba inquieta y ansiosa, y tenía una constante sensación de que algo malo estaba a punto de suceder, lo que la puso de mal humor. Unos momentos antes de que el reloj marcara las nueve, recibió una llamada directa de Gerard Roberts, pidiéndole que fuera a la empresa antes de las diez.
Ella estaba completamente desconcertada. Pese a que no tenía idea de por qué él quería verla tan de repente, en el fondo, sabía que debía de haber sucedido algo malo. Por ello, se vistió rápidamente y caminó durante unos diez minutos hasta llegar al edificio del Roberts Enterprise.
No era la primera vez que entraba en aquel edificio, por lo que no hubiera sido ninguna novedad si no fuese porque, en esa ocasión, había recibido una orden directa de su esposo, el hijo del dueño del Roberts Enterprise, para ir a la sede de su empresa en la ciudad Binfield para firmar el acuerdo de divorcio.
Al cabo de unos minutos, ya estaba sentada, en silencio, en la oficina de Gerard, mientras sostenía el bolígrafo en su mano con tanta fuerza que las yemas de sus dedos se pusieron pálidas rápidamente. Entonces miró hacia abajo, observando el acuerdo de divorcio que había sobre la mesa, e intentando, deliberadamente, evitar el contacto visual con los ojos fríos e indiferentes de su marido. Ella no entendía por qué aquel hombre quería ir tan lejos como para querer el divorcio. Llevaban casados alrededor de un año, ¿había hecho algo mal? ¿O había alguna otra razón que desconocía?
Lo más extraño era que, si él realmente quisiera el divorcio, no tenía necesidad de molestarse en pedirle que acudiera a su oficina, simplemente podrían ir a casa y hablarlo allí tranquilamente. Sin embargo, Michelle casi se olvidó de que él no había aparecido por casa durante algo más de dos meses. Incluso antes de ese tiempo, su marido rara vez hacía acto de presencia por allí. Además, y a pesar de ser pareja, tampoco dormían juntos ni tenían sexo.
Ella era perfectamente consciente de que la razón por la que él se casó fue que ella era de la familia Greenwood, la cual tenía un alto estatus y una importante reputación. Pese a que tan solo había transcurrido poco más de un año desde que se casaron, Gerard fue consiguiendo cada vez más poder hasta que rápidamente alcanzó un estatus lo suficientemente alto como para ser considerado una parte indispensable de la familia Roberts. Ahora tenía una gran influencia en la ciudad Binfield. Ella, en cambio, era simplemente Michelle, una mujer sin logros significativos; una don nadie. Por si fuese poco, nadie sabía siquiera que era la esposa legal de Gerard, ya que así se estipuló en el acuerdo entre él y la familia Greenwood. Su matrimonio debía mantenerse en secreto.
Para ganarse la lealtad de la familia Roberts, la familia Greenwood decidió obligarla a casarse con él a cualquier precio. Además, ella no era más que un activo prescindible dentro de la familia Roberts y su estatus era incluso más bajo que el de una sirvienta cualquiera. Mientras pensaba en todo ello, Michelle no pudo evitar resoplar con frialdad. Parecía que Gerard era realmente un tipo inteligente, ya que eligió casarse con ella en lugar de con una de sus primas, sabedor de la baja posición que ella ocupaba en la familia Greenwood. De esa manera, esperaba que la familia Greenwood no se preocupara por Michelle, y que no causasen problemas ni dijeran una sola palabra cuando llegase el momento del divorcio.
Mientras esas ideas pasaban por su cabeza, una amplia sonrisa se dibujó en el hermoso rostro de ella. Parecía que, al menos por esa vez, la familia Greenwood iba a probar un poco de su propia medicina. No solo no habían podido aprovechar su alianza con la familia Roberts, sino que además también sufrieron algunas pérdidas. ¿Qué pasaría si la familia Greenwood se enterara de que Gerard finalmente había decidido solicitar el divorcio? Todo hacía indicar que el patio iba a estar revuelto después de la separación...
"¡Firma!", exclamó Gerard con cierta indiferencia mientras la miraba fríamente.
"Está bien", contestó ella, armándose finalmente de valor para levantar la cabeza y mirarlo a los ojos. En ese momento, le pareció un tanto surrealista recordar el hecho de que aquel hombre había vivido con ella durante más de un año. Entonces, con una sonrisa de felicidad en su rostro, tomó el bolígrafo y firmó cuidadosamente, escribiendo su nombre como si estuviera tratando de ganar un concurso de caligrafía de la escuela. Se estaba tomando el asunto realmente en serio. Sin embargo, tras cada letra que escribía, podía sentir como si su corazón se hundiese lentamente. Lo que la entristecía no era que su matrimonio se hubiera terminado, sino el hecho de que todo aquello no hacía más que recordarle su propia insignificancia, tanto dentro de su familia como en su matrimonio.
"Michelle...", murmuró Gerard, que no esperaba que ella estuviera tan tranquila en aquella situación. De repente, él dejó la frase a medias, pareció que un gato le había comido la lengua. Después de firmar el documento, Michelle lo miró con una cálida sonrisa en sus labios, esperando que él rompiera el silencio. Entonces, Gerard se aclaró la garganta con torpeza y dijo: "Michelle, le pediré al abogado que transfiera inmediatamente a tu cuenta el dinero que te corresponde. Además, también conservarás la propiedad de nuestra casa, puesto que fue tuya desde el principio. Podrás seguir viviendo allí. En cuanto a mis pertenencias...".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabía que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se había casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
Sólo había un hombre en el corazón de Raegan: Mitchel. Tras dos años de matrimonio quedó embarazada. Raegan se sintió muy feliz. Pero antes de que ella pudiera darle la noticia, él solicitó el divorcio porque quería casarse con su primer amor. Más tarde, Raegan tuvo un accidente y, tumbada en un charco de su propia sangre, le pidió ayuda a Mitchel. Sin embargo, se fue con su primer amor en brazos. Afortunadamente, Raegan escapó por poco de la muerte y decidió retomar su vida. Años después, se hizo famosa en casi todo el mundo. Después del divorcio, Mitchel se sintió muy incómodo. Por alguna razón, empezó a extrañarla. Le dolió el corazón cuando la vio sonreírle a otro hombre. En la ceremonia de su boda, él irrumpió y se arrodilló. Con los ojos rojos, preguntó: "¿No dijiste que tu amor por mí era inquebrantable? ¿Por qué te casas con otro hombre? ¡Vuelve a mí!".
¿Quién les iba a decir que aquel encuentro por pura casualidad los uniría de por vida? Desde el primer momento en el que se vieron, sintieron una atracción tan fuerte que no pudieron evitar darle riendas sueltas a la pasión. Él, un hombre de 40 años que intenta divorsiarse de su esposa de hace 20 años y con un hijo con problemas de adicciones. Ella, una joven de 27 años que intenta encontrar amor propio para poder liberarse de un hombre quien, por más que ame, no la merece, la engaña, humilla y además, le pega. Sola y con un pequeño de a penas meses, debe salir a la vida sin imaginarse que por cosas del destino, terminaría trabajando en la empresa del padre biológico de su pequeño. Desde el momento en el que sus miradas se cruzan y sus cuerpos se rozan, la fuerte atracción sexual se manifiesta y ambos se adentran en un mundo desconocido pero adictivo en cuanto a todo lo que el famoso club swinger les ofrece. Ambos se ven seducidos por los diferentes juego sexuales y no pierden oportunidad de poder experimentar El éxtasis de sus propios sentidos.
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
El mayor arrepentimiento de Valerie es que aceptó trabajar como secretaria personal de Edwin. Resultó que la lealtad no significaba nada para él. Cuando se cansó de ella después de todo lo que ella había hecho por él durante los últimos cinco años, la transfirió a una sucursal sin pestañear. Se dijo que el trabajo en la sucursal era más difícil. Sin embargo, Valerie se regocijaba en cada momento. Estaba feliz de haber finalmente deshecho de ese malapata. Lejos de su jefe desagradable, la vida de Valerie ha experimentado muchos cambios: un chico guapo la invitó a salir. Mientras tanto, descubrió que su padre era un multimillonario moribundo. Solo tuvo que asentir con la cabeza para heredar su fortuna. Mientras Valerie disfrutaba de su nueva vida, sus caminos se cruzaron unos días después durante un cóctel. Edwin, que estaba tan absorto en sí mismo, se burló: "Veo que todavía no te has recuperado. Incluso me seguiste a esa fiesta. ¿Cómo puedes ser tan obstinada?". Valerie se rio de eso y chasqueó la lengua. "Hola, Edwin. No recuerdo haberte invitado aquí". "¿Qué estás diciendo? Oh, veo que la angustia ha afectado tu cerebro. Debes ir a ver al médico", replicó Edwin con una sonrisa irónica.